25/05/2017
Hoy seguramente no ha sido la jornada más difícil en Venezuela; seguramente hemos pasado noches más largas, de mayor incertidumbre y terror, de más frustración y dolor, pero debo reconocer que en lo personal, ha sido un día difícil.
El país se me desdibuja y se me pierde. Siento que me ahogo en el mar de lo desconocido; siento que me pierdo en el laberinto que se ha convertido Venezuela. Intento mantener la calma, la cordura, pero mi condición de ser humano me juega una mala jugada.
Hoy no ha sido fácil salir al aire y sentir la presión y responsabilidad de estar frente a un micrófono, con la oportunidad de llegar a masas a través de un programa de radio. Lo intento, créanme, mantener la cordura, el compromiso de llevar -como es mi trabajo- la información que se genera. Es difícil, es difícil comenzar un espacio de radio e informar el caso de un venezolano, herido de gravedad y al finalizar el mismo programa, tener que dar a conocer que ese joven, que ese venezolano, que ese futuro, murió.
Duele, duele muchísimo. A pesar de intentar mantenerme en mis funciones, mi corazón se quiebra. Soy ser humano. Soy venezolano.
Esta lucha no es solo de resistencia física, se trata de resistencia mental y emocional.
Pido disculpas de antemano por si en algún momento mi condición de ciudadano y ser humano se interpone ante mi condición de comunicador.