07/09/2023
Más escuelas públicas entre abandono y promesas y las millonadas que recibió el gobierno están desaparecidas
En Ahuachapán y Santa Ana no han llegado las mejoras ofrecidas por Bukele, pero el Gobierno no ha intervenido mil escuelas al año como prometió
Paredes y muros que tambalean y que están por caerse, pisos rajados, falta de internet, servicios sanitarios que urgen ser reparados… el panorama en tres escuelas visitadas en el occidente del país es gris, pero las voces desde las comunidades educativas abordadas han perdido las esperanzas en que el programa gubernamental Mi Nueva Escuela, finalmente, llegue a sus centros escolares.
Aunque el Gobierno ha sido incapaz de ir al ritmo prometido por el presidente Nayib Bukele en septiembre de 2022, cuando dijo que intervendrían mil escuelas cada año, hay optimismo en el maestro Carlos Armando Aragón Mejía, director del C. E. Gilberto Augusto Cárcamo, en el corazón del municipio de San Lorenzo, Ahuachapán, casi en la frontera con Guatemala.
“Estamos halagados, alegres, esperando con ansias que ese momento llegue, porque para ser una institución del centro (del municipio), los daños aquí son palpables, son tremendos”, responde el profesor, al consultarle cómo toma el plan Mi Nueva Escuela y la promesa de que les ayudarán.
Ni dos escuelas nuevas al día ni mil remodeladas en un año, no hay nada, solo millonadas que no se saben que se han hecho.
Positivo ante el ofrecimiento, el director explica que entre mayo y julio ha habido varias visitas de personal del Ministerio de Educación, e incluso de un topógrafo de la empresa que ejecutará las obras; y serán muchas, porque la escuela fue inaugurada en 1963 y nunca ha tenido una mejora profunda.
Salón en desuso en el C. E. Gilberto Augusto Cárcamo, en San Lorenzo, Ahuachapán, debido a que sus paredes están por caerse y esto representa un riesgo para docentes y estudiantes.
Hay 482 estudiantes de primero hasta noveno grado y 20 docentes en este centro escolar, “una institución ya antigua; San Lorenzo ha vivido muchos enjambres sísmicos, las paredes están dañadas, pasarelas cortadas, cunetas en mal estado. Hemos tenido gran deterioro en infraestructura. El techo ha sufrido daños, pero gracias a Dios y a una empresa, llamada Horizontes para la Pobreza, nos donó hace aproximadamente seis años toda la lámina. Tenemos algunas paredes que han colapsado y hay algunas que se mueven, tambalean, y otras que están cortadas en las partes de las esquinas”, describe el director Aragón.
Según el docente, los representantes de la departamental de Educación y de la empresa les han indicado que la remodelación será total en la infraestructura, con servicios sanitarios nuevos, cielo falso, ventanas francesas en lugar de malla ciclón y más facilidades.
También confían en tener un mejor servicio de agua potable, pues “como centro escolar no tenemos líquido potabilizado en la institución. Como municipalidad están trabajando para la atención en eso, pero mientras tanto nos abastecemos de agua de pozo propio, artesanal, con una bomba convencional” para llenar dos tanques de 1,500 litros cada uno.
Los maestros tenemos miedo de hablar ya que estamos amenazados con ejemplo de quien revele la verdad será quitado de su puesto, por eso nadie dice nada aunque estemos bien mal, dijo un maestro que pidió anonimato.
Encima, según confirma otra persona del plantel docente, Educación les ha depositado a cuentagotas los bonos que asigna el Gobierno para las necesidades administrativas de los centros escolares.
De los $2,000 esperados para la educación media, solo les han entregado $390 a estas alturas del año, hace cuatro meses; y de los $750 para básica, solo han recibido $290. “Ese dinero se va rápido y encima nos recortaron otros bonos”, lamenta la fuente. El centro escolar tiene 300 alumnos en promedio, 12 aulas y 15 docentes para atender de parvularia a bachillerato.
Gracias, Japón
Cayó una fuerte lluvia durante la visita al Centro Escolar Bartolomé Bolaños, cuatro kilómetros adentro desde la Carretera Panamericana, siempre en Santa Ana. Pero el aguacero no preocupó a la comunidad educativa del lugar, porque sus 11 aulas tienen techos nuevos desde enero de 2022… gracias al Gobierno de Japón y una contraparte de la alcaldía de Candelaria de La Frontera, que invirtieron $140,000 en mejorar los techos. No formó parte del presupuesto de “Mi Nueva Escuela”, ese dinero está desaparecido.
Pero la inversión no alcanzó para algunas aulas, como la de Primero B, donde las goteras eran evidentes en medio de la jornada educativa.
En esta escuela, esperan que las mejoras continúen y, según una fuente de la comunidad educativa local, también han recibido visitas de Educación y -se supone- que están en lista de espera para una futura remodelación, aunque no tienen fecha de inicio de obras.
Entre otros trabajos, la lista de necesidades en este complejo educativo incluye un muro perimetral, techo en la cancha de baloncesto y la construcción de un edificio de parvularia. Confirmaron en el lugar que la dirección de la escuela ya entregó la lista de pedidos al Ministerio de Educación, y están en lista de espera para que reciban el apoyo los 16 docentes y más de 550 estudiantes que conforman esta comunidad educativa.
Necesidades, promesa y a esperar. Esa es la ecuación en estas escuelas del occidente del país.
De acuerdo con el profesor David Rodríguez, secretario de organización de Bases Magisteriales, está claro que “el Mined no logró la meta que se esperaba de construir mil escuelas en un año”, según lo que reportan miles de docentes asociados a esta gremial, en el territorio nacional.
Como ejemplo del lento avance del programa “Mi Nueva Escuela”, Rodríguez confirma que en zonas de La Libertad como Colón, Tepecoyo o Jayaque, de parte de Educación “llegaron a pedir que los estudiantes se trasladaran para iniciar a trabajar, pero a la fecha no han iniciado construcciones. Menos mal que no se movieron” a instalaciones temporales, comenta.
A nivel nacional, “la mayoría de centros escolares no han gozado de ese privilegio de tener mejoras en infraestructura, lo que habían dicho del proyecto de mi Nueva Escuela, han sido pocas las beneficiadas”, agrega.