29/11/2021
Gesta democrática en Hong Kong
De nuevo, los estudiantes son la vanguardia de una gesta por la libertad y la democracia. Hong Kong, la excolonia británica, una próspera zona autónoma que pasó a manos de China hace 26 años, se convirtió en una constante peticionaria de los derechos fundamentales reconocidos por Pekín con motivo de esa
transferencia.
Esa atmósfera se fue agitando conforme las regulaciones y exigencias chinas escalaban en número y trascendencia, lo cual se intensificó con la llegada de Xi Jinping a la presidencia china en marzo del 2013. Había sido hasta ese momento secretario general del Partido Comunista, es decir, provenía de la aristocracia política y burocrática. Y, con este trasfondo, apenas arribó al poder, apretó los controles del Estado por doquier, aun en Hong Kong.
Esa atmósfera se fue agitando conforme las regulaciones y exigencias chinas escalaban en número y trascendencia, lo cual se intensificó con la llegada de Xi Jinping a la presidencia china en marzo del 2013. Había sido hasta ese momento secretario general del Partido Comunista, es decir, provenía de la aristocracia política y burocrática. Y, con este trasfondo, apenas arribó al poder, apretó los controles del Estado por doquier, aun en Hong Kong.
No menos difícil se ha tornado esta cadena creciente de protestas para Pekín y sus autoridades en Hong Kong. Aplastar las demostraciones, con altísimos costos políticos, sería un bumerán para las autoridades en la capital china. Las dificultades serán evocadas en estos días en los que se rememora la matanza de miles de ciudadanos y estudiantes universitarios en la plaza Tiananmen, en 1989. En esa ocasión, los tanques del Ejército, por órdenes urgentes del alto mando político, fueron desplegados en la céntrica plaza pekinesa y, fríamente, dispararon contra las filas de jóvenes desarmados que demandaban democracia.
El incidente tuvo inmensa trascendencia, descrito con detalles en una prolongada serie de libros y revistas intelectuales de Occidente. Se conoció entonces que la decisión fatal, ordenando la masacre de ciudadanos y no solo de estudiantes, emanó de un comité presidido por Deng Xiaoping, el anciano ídolo de los reformistas en China y sus admiradores del Oeste.
Posible salida. En la actual coyuntura, hay rumores de una posible salida que tal vez no vulneraría la coraza política del presidente Xi Jinping. Recordemos que la masacre de Tiananmen se produjo cuando China aún estaba en la sala de espera del despegue hacia las visiones de la gran potencia, donde modernos edificios citadinos y millares de fábricas futuristas dominarían el paisaje patrio. Hoy la República Popular ha avanzado notablemente en esa vía hacia el futuro y posiblemente goce de márgenes de actuación mucho mayores que antes. Esto posibilitaría poner en escena una salida política para el presente embrollo, pero con un sentido artístico. ¿Qué tal si el camarada ejecutivo mayor de Hong Kong cediera en algo que mejore la imagen global del presidente Xi Jinping sin generar un traspié que exija la cabeza del camarada?
Esta es una ventana para El Salvador,que aprendamos no confiar en mandatarios que no generan credibilidad.