13/03/2022
Aprovechamos para compartir una tarde pero necesaria reflexión de la guerra entre Rusia y Ucrania a la luz del pensamiento de don Pedro Albizu Campos.
Hace varias semanas la guerra entre Rusia y Ucrania consternó a la comunidad internacional, incluyendo a nuestra propia patria.
Los medios noticieros y las redes sociales difundieron imágenes e información al respecto, criticando a Rusia por la invasión. La mayoría de los puertorriqueños, que bajo la colonia reciben sus noticias internacionales directa o indirectamente de medios de Estados Unidos o poco críticos con sus políticas, culpan a Rusia, mientras que una minoría de puertorriqueños expuesta a fuentes alternas es capaz de comprender mejor, en alguno sentidos, las acciones de Rusia en su contexto.
Algunos de los puertorriqueños que no han participado en las críticas a Rusia lanzadas por el resto de sus compatriotas han sido independentistas. Algunas personas han criticado a los independentistas por no criticar la invasión de Rusia: dan la impresión de que, por ser Rusia ser un país rival y enemigo de los Estados Unidos, no quieren los independentistas criticar su guerra. Quieren, parece, que los independentistas dejen a un lado su oposición a los Estados Unidos para unirse a la mayoría de las personas en criticar también a Rusia por invadir Ucrania. Pueden pensar que si un independentista no lo hace, significa que está del lado de Rusia, y quieren que todos estén en contra de Rusia y en favor de Ucrania, que es país aliado de los Estados Unidos.
Ante esta situación nosotros los albizuistas respondemos: los independentistas puertorriqueños no tienen que estar del lado de nadie. Utilizaremos el ejemplo del Maestro don Pedro Albizu Campos para explicar nuestro no alineamiento.
Albizu Campos fue uno de los puertorriqueños más inteligentes y mejor educados de su época. Estaba al tanto de los eventos mundiales. Uno de los grandes eventos mundiales que ocurrió durante su vida fue la Segunda Guerra Mundial. Esa trágica guerra implicó la lucha de los países más poderosos de la época, incluyendo a los Estados Unidos que envió a los puertorriqueños a pelear en ella.
Una carta de Albizu a su esposa Laura escrita el 24 de diciembre de 1937* revela lo que podrían ser sus opiniones al inicio de la guerra, que aunque comenzó en 1939 ya se veía venir.
Albizu hace alusión, de manera directa o indirecta, de las grandes naciones que fueron los tres principales bandos de la guerra: las Naciones Unidas o los llamados Aliados (que a su vez se pueden dividir en otros dos, pues se opusieron el uno al otro al acabar la guerra, comenzando la Guerra Fría: uno compuesto de países capitalistas como Estados Unidos y Gran Bretaña; y otro compuesto de la potencia comunista que era la Unión Soviética) y el Eje Roma-Berlín-Tokío (cuyo país más poderoso era la Alemania gobernada por el Third Reich y su ideología ra***ta).
Albizu Campos reconoce los males presentes en los países antes mencionados y que la guerra que se librará, más allá de las causas legítimas con que algunos pretendan justificarla, será una guerra entre imperios. Da a entender su carta que no podía colocar la esperanza en la victoria de los imperios. Comprendía además el Maestro que las ideologías promovidas por los imperios en pugna eran contrarias a los valores morales puertorriqueños e hispanos, basados en la religión católica.
El imperio del capitalismo es malo porque permite el enriquecimiento de unos pocos por el abuso y la explotación de la mayoría. El imperio del comunismo es malo porque la implementación de la redistribución igualitaria de la riqueza que propone requiere someter a las personas a una tiranía directa y a un control excesivo. El imperio del racismo es malo porque promueve el dominio injusto y tiránico de las razas consideradas superiores sobre las consideradas inferiores. Los tres imperialismos produjeron y todavía producen, directa o indirectamente, la muerte de millones de personas.
Podría entenderse que en una lucha como esta, entre enemigos tan malos y con cosmovisiones tan distintas a la de nosotros, Puerto Rico debería hacer lo mejor posible por no apoyar ningún bando, y si por factores ajenos a su control se ve obligado a intervenir debería decidir siempre a favor del mal menor si elegir un bien no es posible.
Entendemos que una situación similar se da entre Rusia y Ucrania. Lo primero que deberían hacer las personas de un país como nosotros, tan geográficamente lejano al conflicto en cuestión, es informarse no solo sobre el acontecimiento, sino también sobre el contexto histórico que lo provocó. Es necesario para esto reconocer los sesgos de cada fuente para evitar ser presos de la manipulación que puedan tratar de llevar a cabo todas las partes involucradas y consultar fuentes alternas de información, algunas de las cuáles han sido censuradas por sus vínculos al estado ruso. Un análisis del contexto histórico revela conflictos pre-existentes entre ucranianos y rusos y cómo los mismos han sido agravados por las políticas de Estados Unidos en torno a Ucrania.
Representa la guerra entre Ucrania (apoyada por la OTÁN, alianza liderada por EE.UU.) y Rusia una lucha mucho mayor entre Estados Unidos y Rusia. El primero es un imperio en decadencia y el segundo podría ser un imperio en ascendencia. Las personas pueden pensar que ambos bandos pueden tener sus cosas criticables e incluso admirables, pero al fin y al cabo ninguno de los dos imperios representan plenamente los valores puertorriqueños antes aludidos.
Los independentistas no deben ser presionados a elegir un bando por las críticas de los que no piensan como ellos en torno a nuestro estatus político, pues ninguno de esos dos bandos es capaz de defender todos los intereses de Puerto Rico y por ende Puerto Rico debería apoyar a ninguno.
Algo que sí debería hacer Puerto Rico, en la medida de lo posible, es promover diálogos para lograr al menos un cese al fuego entre rusos y ucranianos en vista de crear una paz justa. Esto es necesario considerando que la guerra actual puede escalar hasta volverse un conflicto directo entre Rusia y Estados Unidos, que tienen armas nucleares cuyo uso en exceso podría eliminar a gran parte de la población humana y dañar la calidad de vida de los supervivientes. También podría trabajar para enviar la ayuda que pueda a los damnificados de ambas partes (recordemos que la parte oriental de Ucrania, donde dos repúblicas fueron autoproclamadas, está habitada por rusos, quiénes han sufrido los bombardeos del ejército ucraniano en sus intentos por restaurar su control del área).
Ninguna de las dos cosas puede hacerlas sin embargo permaneciendo como una colonia desmoralizada, quebrada y dividida. No podemos ser indiferentes a lo que pasa en el resto del mundo, pero tenemos que resolver los problemas de nosotros mismos si queremos poder ayudar a resolver los problemas de los demás.
Ya lo dijo una vez el Maestro: Puerto Rico tiene que jugar su papel en la historia pero para hacerlo tiene que ser libre.
*La carta mencionada fue publicada el 3 de mayo de 1938 en el periódico "La Democracia" bajo el título "Albizu Campos contra el fascismo y el comunismo", de acuerdo al medio en el cual se le incluyó como apéndice y se consultó como referencia: una obra producida por el Taller de Formación Política titulada "Pedro Albizu Campos: ¿conservador, fascista o revolucionario? (comentarios del libro de Luis A. Ferrao, 'Pedro Albizu Campos y el nacionalismo puertorriqueño'), publicado en 1991 e impreso por el Editorial Gráfico."