30/10/2025
¡INCREÍBLE!
El robot humanoide NEO HOME ya es una realidad y llega oficialmente al mercado a $20,000 (o $499/mes). Promete revolucionar la vida en el hogar:
Funciones destacadas
• Dobla ropa y organiza estantes.
• Aspira, limpia y mantiene la casa ordenada.
• Riega plantas y descarga el lavavajillas.
• Abre puertas, apaga luces y recoge objetos.
• Levanta hasta 70 kg y transporta 25 kg de forma continua, ¡aunque pesa solo 30 kg!
• Camina, se sienta, se agacha y se mueve con naturalidad.
• Mantiene conversaciones reales gracias a su avanzada IA (LLM) que comprende, razona y recuerda.
Lo que antes parecía ciencia ficción, hoy es una realidad tangible. Estamos viendo avanzar la tecnología a pasos agigantados.
¿Y SI ALGO SALE MAL?
¿Qué pasa si el sistema es hackeado y te impide salir de la casa?
¿Qué sucede si el robot decide quién puede visitar tu hogar o bloquea a determinados huéspedes? ¿Quién controla a quien controla a tu casa?
Estas preguntas no son solo ciencia ficción: ponen sobre la mesa riesgos reales — privacidad, seguridad, autonomía y control. Un dispositivo con acceso a cerraduras, cámaras, iluminación y comunicación puede convertirse en una puerta de control sobre la vida cotidiana si no tiene protecciones sólidas.
Algunas consideraciones prácticas y éticas:
• Exigir protocolos de seguridad: encriptación, actualizaciones verificadas y auditorías independientes.
• Controles físicos de emergencia: interruptores o llaves manuales que desconecten al robot.
• Derechos claros para los usuarios: quién tiene acceso, qué datos se almacenan y por cuánto tiempo.
• Regulación y responsabilidad legal para fabricantes y proveedores.
• Educación y sentido común: no delegar toda la autonomía en la máquina; mantener supervisión humana.
No se trata de rechazar el progreso, sino de abrir los ojos y preparar salvaguardas antes de depender por completo de estas tecnologías.
“Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.” — Daniel 12:4