04/04/2024
🔴🔵 El diseñador YANESHA
Los colores de la Selva Central se encuentran abigarrados dentro de una pequeña casa de adobe del distrito de Orcotuna, en Huancayo. En su sala-taller, el diseñador empírico Yoshihiro Otrera Ortiz confecciona una novedosa propuesta para vestir a las mujeres del mundo: Esperanza. Se trata de un conjunto de diseños que muestra las texturas y colores inspirados en la cultura yanesha, que el nativo busca mostrar al mundo, para romper con estereotipos sociales sobre su cultura.
Desde niño, Yoshihiro creció con el prejuicio de que ser yanesha no era bueno, pues la gente a menudo comentaba que eran flojos y que no lograban nada importante en sus vidas. Esto lo desconectaba de sus raíces, a pesar de las tradiciones arraigadas en su comunidad. Entonces, Yoshihiro, no sentía ninguna conexión real con la identidad yanesha y eso lo obligó a estudiar Educación Primaria en la Universidad de Pasco, profesión que nunca ejerció, porque su verdadera vocación y talento innato era el diseño de modas.
Esta vocación sería revelada luego de conocer a su mujer, Ruth Zárate Márquez, una profesional huancaína graduada en alta costura, con quien se dedicaría por un tiempo a las artesanías para subsistir. Ellos llegaron de Oxapampa a Huancayo para dedicarse a este emprendimiento y destinaron este lugar de su casa para hacer realidad esos sueños. Ahora estamos los tres, en esta misma sala, conversando sobre ese abrupto cambio de vida.
Aunque al principio no le parecía una buena idea para dedicarse por el resto de su vida, muy pronto, Yoshihiro entendió que el diseño de modas es una forma de empoderamiento y expresión cultural. “Es una declaración de que la moda puede trascender las fronteras impuestas por la sociedad los estereotipos y prejuicios sociales”, comenta mientras me muestra sus bocetos que luego su esposa plasmara en telas y colores. Sueña con llevar su arte a escenarios internacionales, no solo para mostrar la riqueza de la cultura yanesha, sino también para ser un defensor de la preservación cultural.
El diseñador entiende que cada hilo tejido es una conexión con las raíces profundas que sostienen su identidad y que, con cada puntada, su esposa Ruth arma el futuro de este propósito, así como sus objetivos y metas comunes. Ella es la encargada de plasmar y armar los diseños de su esposo, al que brinda su apoyo incondicional. Ruth comenta que en ciertas ocasiones desenvolver su rol de intérprete es complicado, porque las peleas y discusiones inundan el taller al momento de armar las piezas. Esto, no obstante, no los desmotiva, al contrario, armar y desarmar diseños los impulsa a buscar el perfeccionismo en cada creación. Por eso, hacer una pieza les lleva cerca de 3 semanas, empezando por el teñido de la tela tocuyo, hecho a través de técnicas ancestrales con insumos 100% naturales. Para lograr nuevos colores y cuidar la composición química los asesora un familiar que es ingeniero químico. Tras tomar el color deseado, las telas son inmediatamente llevadas al taller para que en manos de Ruth tomen vida.
Realizar este trabajo no solo les demanda tiempo si no también un fuerte capital monetario, el cual es obtenido a través de la venta de bolsitas artesanales que confeccionan y envían a Oxapampa, donde son vendidas por agencias de turismo. Estas bolsas contribuyen en gran medida a la realización de los impactantes diseños, que llegaron a estar en la última pasarela de PromPerú. Ahora, él trabaja en una nueva colección a inspirada en las “estrellas”, la cual verá la luz muy pronto y será exhibida en nuevas pasarelas. “Quiero que a través de mis creaciones se muestre también que los estereotipos pueden ser rotos, y que podemos ser parte del cambio, actualmente nuestra cultura está desapareciendo y otro de mis objetivos es preservarla a través de la moda”, finaliza el diseñador yanesha.