09/04/2023
¿EL MEGANIÑO DE 1891, tiene cierta similitud con la de este año?.
“El año 1891 las lluvias empezaron a mediados de febrero y se prolongaron hasta abril, habiendo durado más de 60 días.” Este dato sobre la duración de las lluvias es sumamente importante para caracterizar la magnitud del fenómeno ocurrido como un Meganiño (hoy conocida como Fenómeno El Niño de gran magnitud), lo que es corroborado por otras fuentes de información.
A partir de documentos de la época, principalmente periodísticos, Humberto Rodríguez en su trabajo “El diluvio de 1891” preparó una “Cronología del Diluvio de 1891”, que abarca principalmente los meses de marzo y abril y que va de Piura a Moquegua, en la que detalla los principales eventos ocurridos. Esta relación es muy importante para apreciar la extensión de las lluvias de 1891, a las que Rodríguez llamó “El diluvio pancosteño de 1891”. Las informaciones provenientes de documentos de la época tienen la enorme importancia y valor de la contemporaneidad con los sucesos descritos.
En 1891 se produjeron en Piura y Tumbes lluvias copiosas que según diversos testimonios de la época “fueron excepcionalmente fuertes”. Las lluvias en Piura empezaron a mediados de febrero, según información recogida por Rodríguez, y en enero, según otros. A fines de febrero llovía en todo el departamento y los daños eran ya muy fuertes. Varios autores mencionan que en Piura las lluvias fueron “abundantísimas”. Rodríguez recuerda que “las calles se convirtieron en cauces de ríos caudalosos”. Como se sabe, la ciudad de Piura no tiene condiciones naturales de drenaje, lo que explica lo sucedido en 1891, y en todas las oportunidades en las que ha habido lluvias fuertes, lo que hasta el presente constituye un serio problema para la ciudad. Estas lluvias se presentaron luego de varios años de escasez de agua por lo que al principio fueron recibidas con alegría, pero cuando se prolongaron y duraron más de sesenta días, entre febrero y abril, la alegría se transformó en tragedia. Esta duración tan larga, característica de un Meganiño, fue realmente extraordinaria y representó un fuerte contraste con la sequedad habitual de la zona.
En Chiclayo, y en todo el departamento de Lambayeque, se presentaron lluvias torrenciales que duraron más de dos meses y hubo tempestades, truenos y relámpagos. Años después, con motivo de las fuertes lluvias de 1925 el corresponsal de “El Comercio” en esa ciudad informó que desde 1891 no se habían presentado lluvias tan fuertes como las de esos días.
En TRUJILLO también hubo lluvias torrenciales que duraron más de dos meses y que estuvieron acompañadas de tempestades, truenos y relámpagos. En un El Meganiño de 1891 Arturo Rocha Felices 5
interesante artículo publicado en 1891, y cuya trascripción aparece en el libro “Diluvios Andinos” del historiador Lorenzo Huertas, Raúl E. Haya al referirse a lo ocurrido en Trujillo dice:
“Presentábase la atmósfera bastante cargada de vapores, pero todo el mundo se acostó tranquilo sin sospechar por un momento que habíamos de despertar sobresaltados a las 2 a. m. del otro día con el estrépito de una lluvia torrentosa que convirtió en pocos instantes las calles en arroyos, los patios en estanques y los techos en filtros...”
En Laredo hubo lluvias torrenciales. Alarmada la población, sacó en procesión la imagen del Cristo Crucificado, pidiendo el apoyo divino. Las lluvias cesaron y desde entonces consideraron dicha imagen como el “Señor de la Misericordia”. “Por reconocimiento otorgado por el papa Juan Pablo II se le considera el patrón del distrito y de su agricultura.”
El diario “El Comercio” de Lima informó el 7 de marzo de 1891 acerca de una gran inundación ocurrida la noche del 24 de febrero en Supe, y señaló que “La población quedó sin techo a causa de una lluvia torrencial de varias horas”.
Schweigger menciona que el fenómeno de 1891 estuvo acompañado por una profunda alteración climática y, naturalmente, por lluvias torrenciales que se extendieron hasta “gran parte de la costa central del Perú.” Citando a don Francisco Ballén menciona que el arenal al sur de Pisco “se cubrió con una vegetación exuberante.”
En conclusión, las informaciones citadas son suficientes para confirmar que en 1891 se produjeron fuertes lluvias en la costa norperuana, que tuvieron una duración aproximada dos meses y que, con menor fuerza y duración, alcanzaron la costa central.
Extraido de "LOS ALUVIONES DE 1891 Y LA INICIACIÓN DE LAS INVESTIGACIONES SOBRE EL FENÓMENO “EL NIÑO” (ENSO) EN EL PERÚ de Arturo Rocha - Felices
Universidad Nacional de Ingeniería (Peru)
No hay evidencias fotograficas, solo relatos.