La Asociación Nacional de Periodistas del Perú fue fundada el 21 de julio de 1928 por iniciativa de redactores, reporteros, articulistas, fotógrafos y dibujantes, cuando la sociedad de entonces se transformaba rápidamente, por efecto de nuevas ideas y acciones sociales y políticas más cercanas a la realidad peruana, constituyéndose en la matriz histórica del movimiento organizado de los trabajador
es periodistas. La exigencia de constituir la ANP brotó en el desaparecido diario "La Prensa", que funcionaba en el jirón de La Unión, y creció en forma rápida y multánime en Lima, para extenderse vigorosamente a lo ancho y largo del territorio patrio. El sábado 11 de agosto de 1928, el Ministerio de Fomento consideró de interés nacional la existencia de la ANP. “Es un acontecimiento en la vida del país”, refirió el ministro Enrique Martinelli, antes de proceder a la firma de la Resolución Ministerial que la reconocía oficialmente y le daba personería jurídica. El inicio de las relaciones en los años treinta con los gremios latinoamericanos, la promoción de la mujer en la vida gremial, el reconocimiento jurídico de la profesión mediante la Ley 6848, la conquista de los beneficios sociales a favor de los periodistas conforme a la Ley 4916 y la defensa de la libertad de prensa ante los excesos de los diferentes regímenes y la apertura de la primera Escuela de Periodismo en la Universidad de San Marcos en 1930, son algunas de las conquistas institucionales de la ANP en las últimas siete décadas. El 23 de agosto de 1958, la ANP, funda la Escuela de Periodismo Jaime Bausate Mesa, primer centro de formación profesional promovido por un gremio periodístico en América Latina. La escuela que tiene a la fecha 45 años de ininterrumpida y fecunda labor académica en el campo de las comunicaciones sociales del país ha formado en sus aulas a periodistas que hoy destacan en la prensa escrita, radial y televisiva, entre otras nuevas especialidades. Casi al concluir los años setenta y con el inicio de los años ochenta se produjo un proceso de transformación fecunda en el gremio. El predicamento de dirigentes como Hernando Aguirre Gamio tuvieron resonancia entre los afiliados, especialmente en las provincias del interior del país. Mensajes con hondo contenido, como "la democracia peligra si sólo se escucha la voz de los poderosos", "sin una auténtica libertad de prensa no hay democracia", "ser peruano es un orgullo, ser de la ANP un honor", "la peor opinión es el silencio" y de manera particular el lema "la libertad de información es un derecho del pueblo", calaron profundamente entre las nuevas hornadas de periodistas e hizo posible la afirmación de las bases gremiales en los más recónditos lugares del país.