30/12/2024
2024: OTRO AÑO PERDIDO
Chiclayo cierra el 2024 en una lamentable paradoja: la ciudad que está orgullosa de ser la “Capital de la Amistad”, ahora parece la “Capital de los Problemas”. Entre baches, montañas de basura adornando las esquinas y un centro histórico plagado de ambulantes y mendigos, el panorama no podría ser más desalentador. En el epicentro de este caos se encuentra la alcaldesa Janet Cubas, cuya gestión ha demostrado la capacidad de reacción equiparable a la de una roca.
Recordemos que Cubas intentó, en repetidas ocasiones, llegar a la alcaldía de Chiclayo sin éxito, además de postular al Congreso, en otro de sus intentos por ostentar poder. Finalmente, su 'perseverancia' dio frutos en las elecciones del 2022, pero parece que la única victoria fue la suya, porque los ciudadanos, claramente, salimos perdiendo.
El estado de las calles es un símbolo inequívoco de su gestión. Conductores maldicen a diario los baches que amenazan con destruir suspensiones y paciencia por igual. Y si logran sortearlos, se encuentran con el siguiente nivel del desafío: esquivar la basura. La falta de un sistema eficiente de recolección ha convertido a la ciudad en un basurero al aire libre. No contentos con esto, los transeúntes también deben abrirse paso entre ambulantes que han tomado las veredas y hasta la calzada principal como suyas.
En el centro histórico y el parque principal, el desamparo se hace visible con decenas de personas que piden limosna a diario. La proliferación de mendigos es un síntoma de la crisis social y un grito de auxilio que la alcaldesa ha decidido ignorar. Al parecer, Cubas ha optado por especializarse en justificaciones en lugar de soluciones. Según sus propias palabras, su inacción es producto de una "campaña de desprestigio" dirigida por trolls en redes sociales.
Un ejemplo notable del desgobierno (y sí, también del nivel de cultura ciudadana que tenemos) es la avenida Balta, corazón de la ciudad. Esta arteria, que debería ser un emblema de orden y desarrollo, se ha convertido en un mercado improvisado donde reinan los comerciantes informales, mientras la autoridad municipal parece haberles dado carta blanca.
Aunque su popularidad está en caída libre, ella sigue en su trono. Quizás el 2024 sea el año en que Janet Cubas aprenda una valiosa lección: la política no es una carrera de insistencia, sino de capacidad. Y si algo queda claro es que su gestión será recordada por la acumulación de problemas que dejó sin resolver. La ciudad merece más. Los chiclayanos merecemos más. Y este 2025 debería ser el año en que se inicie el arduo camino para recuperar una urbe que, hoy por hoy, parece abandonada por sus autoridades y habitantes.