19/11/2024
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- TODO SOBRE EL CASO DE LA JOVEN HALLADA EN COMAS: La mamá denunció la desaparición en comisaría pero no le hicieron caso
- Miércoles 13: Sheyla salió de su casa en Santa Anita sin dar detalles a dónde se dirigía. "Ya vuelvo, tía", expresó. Parecía un día cualquiera, cuenta su familiar, ella siempre volvía, no habría por qué preocuparse.
Ese día Sheyla no aparecía. No contestaba su celular ni los mensajes. Su familia se acercó en la noche a la comisaría en Santa Anita para denunciar la desaparición. Sin embargo, se llevó una sorpresa luego que los efectivos, cuentan, le decían: "Seguramente se fue con un chico, ya volverá", "Se habrá ido", "Ya aparecerá, esas cosas pasan, esas cosas no se denuncian". Ella [la tía] llorando insistió pero los efectivos no aceptaron su denuncia, narra.
- Viernes 15: La familia y el mejor amigo se percatan que Sheyla dejó su WhatsApp Web iniciado sesión en su laptop. Ahí pudieron leer las conversaciones que tuvo, y pudieron acceder a la última conversación con el suboficial Darwin Condori. Sabían su nombre, el número de su celular y quién era, porque salía su foto.
El último mensaje que Sheyla escribió por última vez fue dirigido a este suboficial, que decía: "Apresúrate porque no pienso bajarme de la moto. Tengo miedo".
De inmediato se dirigieron nuevamente a la comisaría de Santa Anita, donde le habían rechazado su denuncia, para que les hagan caso y busquen a Sheyla. No obstante, otra vez subestimaron lo que habían encontrado y les dijeron que mejor vayan a Comas a una comisaría cercana.
Se movilizaron de Santa Anita hasta Comas, específicamente en la comisaria de Santa Luzmila. Al llegar, los efectivos le dijeron "Si decide denunciar y luego aparece su hija la pueden denunciar [a la mamá] por difamación", entonces solo denunció la desaparición de Sheyla. Es así como se generó la nota de alerta por su desaparición.
Lo último que narra la tía de Sheyla, es que un oficial, con mala gana, LLAMÓ al suboficial Darwin Condori para preguntarle dónde estaba y sobre el paradero de Sheyla. La familia pidió que no hicieran eso, pero no les hicieron caso. Él respondió "Ah, sí, sí estaba acá pero se fue ese día a las 6 pm. No supe más". La familia narra que esa llamada se dio cuando estaban todos, y que se sentía LA CONFIANZA entre estos efectivos. Es decir, la propia policía, con base en esta llamada, ALERTÓ a este sujeto que estaban buscando a Sheyla. Le dieron tiempo para idear su escape.
- Sábado 16: La familia esperó que la policía la busque con la información que ya les habían proporcionado [Lugar, teléfono, nombre y foto]. Sin embargo, nada ocurría.
Ya en la noche, los vecinos del condominio Las Praderas cuentan que ellos alertaron del fuerte olor que se emanaba de la torre E, justamente en ese edificio. Esta información RECIÉN habría alertado a la policía.
- Domingo 17 aprox 1:00 am: La familia, tras mucho presionar, cuentan, lograron que unos efectivos los acompañaran al condominio. Luego de mucho insistir, les dieron acceso a las cámaras donde pudieron confirmar que Sheyla ingresó al lugar el miércoles 13 y no volvió a salir. Siguiendo las demás cámaras, pudieron ver que Sheyla ingresó al departamento 307.
Al subir al departamento la familia y los policías vieron a tres personas que ingresaban al lugar. Tras consultar, les dicen que estaban visitando a su promoción del Instituto Público de la Marina de Guerra. Poco después llega una mujer y un hombre que señalaron ser inquilinos de una de las habitaciones de ese departamento.
Mientras tanto, Elsa, la mamá, no pudo esperar más e ingresó a la fuerza al departamento en busca de su hija, yendo en todos los ambientes, percatándose que todo estaba desordenado. Cuando se dirigió a un cuarto, que al parecer sería de este suboficial, buscó y se dirigió al baño del lugar. Es ahí donde vio un paquete negro, embalado, que emanaba ese olor demasiado fuerte que reportaron. Al costado, un tacho color azul también embalado.
- Cuando la policía abrió ese paquete negro se percataron que habían restos internos, pero solo presumían de qué era. Al seguir buscando, debajo de la cama encontraron una maleta negra. Al abrirlo, Elsa se desmorona al ver a su hija... y empieza a gritar. Es ahí donde todos los vecinos despiertan y se enteran de lo sucedido.
Elsa fue quien buscó a su hija desde un inicio. Fue quien investigó. Y tras ejercer mucha presión logró encontrarla, ella misma, pero ya era demasiado tarde.
"No me hicieron caso. Quizá ese día hubiéramos ido. Yo ya sabía dónde estaba mi hija. Solo Dios sabe si la hubiese encontrado viva”, expresó Elsa a los medios.
Ahí también se enteró que Darwin Condori Antezana, el principal sospechoso, es un suboficial de la Policía, a quien en un inicio denunció, institución que al comienzo le rechazó su denuncia porque "esas cosas pasan y Sheyla ya volverá".
Darwin Marx Condori Antenaza es un suboficial que perteneció al Grupo Terna y que actualmente integraba el Escuadrón Verde. Él tiene una denuncia por V1o/la/ci/'0n grupal, justamente en ese mismo departamento en enero del año pasado.
La familia ya llegó a Lima de Tarma, porque de ahí viene Sheyla, ella es de Acobamba, un distrito en Tarma, en la región Junín.
Sheyla trabajaba en el restaurante de sus tíos como cajera. Estudió secretariado ejecutivo y ya se preparaba para estudiar contabilidad, porque ese era su sueño, ser contadora.
Lo último que se sabe, es que no se ha confirmado que Sheyla haya tenido algún tipo de relación con este suboficial. Este la contactó por redes sociales y con cuentos hizo que ella se dirigiera allá. Se habla de que quizá Sheyla fue allá para adoptar una mascota. Aún eso está en investigación.
Hoy el Ministerio del Interior intervino la Inspectoría de la PNP, para averiguar por qué este suboficial seguía en funciones pese a las denuncias que tenía. El coronel José Córdova señala que habrían encontrado algunas irregularidades sobre este caso. "La oficina de disciplina N° 16 estuvo a cargo de este caso, por ley debió hacer unas diligencias previas de 30 días, sin embargo, presuntamente han tenido el expediente 10 meses. Por qué no se pasó al retiro. Por qué no se hizo una investigación por faltas muy graves", expresó.
Cuando Elsa y la policía ingresaron al departamento de este suboficial, estaba de guardia en una comisaría en San Martín de Porres. Seguramente alertado, alegó que lo habían llamado de carácter urgente y huyó. Hasta el momento no se sabe de su paradero. La fiscalía está solicitando prisión preventiva y la familia también está solicitando no dejen libre a las personas halladas dentro de ese departamento, que se investigue bien, pues "no es posible que no hayan dicho nada si las bolsas emitían un olor muy fuerte".
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Desde este espacio exigimos justicia para Sheyla, la pena máxima para este suboficial y una sanción ejemplar para los policías QUE NO RECEPCIONARON LA DENUNCIA a la mamá en la comisaría de Santa Anita. Solo la vida sabe si en ese momento, si hubiesen hecho caso, hoy Sheyla estaría viva. Pero nunca lo sabremos.