21/12/2023
Eulalia Guzmán (1890 - 1985)
Se rebeló contra la idea de que la vida de una mujer estuviera ligada a la casa y decidió ser profesora en la Escuela Normal para Maestros de México, de donde se graduó en 1910. Su vocación de educadora la llevó años más tarde a convertirse en la jefa del primer Departamento de Alfabetización del país y a involucrarse en 1942 en un proyecto de alfabetización con Walt Disney.
De vocación política, Eulalia se unió a la lucha por otorgarles el derecho a voto a las mujeres, para lo cual conformó concon Hermila Galindo y Luz Vera, entre otras participantes, la asociación Admiradoras de Juárez, que desde 1906 impulsó el reconocimiento jurídico de las mujeres. Años más tarde, también fundó el desaparecido Partido Popular Socialista.
Eulalia estudió Antropología, Arte, Filosofía y Ciencias, tanto en México como en Estados Unidos y Alemania. Se convirtió en una experta en historia mexicana y, aun cuando el círculo académico y de investigación de la época estaba conformado solo por hombres, en 1933 participó de la excavación de una tumba en Monte Albán, ruinas de origen precolombino que habían sido recientemente descubiertas. De ahí en adelante comenzó a colaborar regularmente con diferentes especialistas en yacimientos arqueológicos como Chalcatzingo e Izapa.
Desde 1936 hasta 1940, Eulalia recopiló miles de documentos y archivos sobre el México antiguo, que se encontraban en museos y librerías de Estados Unidos y Europa. Estuvo encargada de los Archivos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, donde creó el primer archivo nacional histórico de México, en el que incluyó información sobre sus exploraciones en sitios arqueológicos de Oaxaca, Guerrero y Chiapas.
El momento negro de la vida de Eulalia comenzó cuando le pidieron examinar los documentos que establecían el lugar exacto donde estaba enterrado Cuauhtémoc, el último emperador mexica. Eulalia pensó que estaba frente a una revelación que cambiaría la historia y decidió excavar en la principal iglesia de Ixcateopan, donde encontró y analizó unos restos para luego anunciar que eran del rey mexica. Pero sus métodos fueron puestos en duda por varios antropólogos, quienes desconfiaron de la autenticidad del hallazgo. Durante años, Eulalia rebatió las dudas con nuevos estudios y publicaciones que avalaban la legitimidad de su descubrimiento. Finalmente, en 1976, se formó una cuarta comisión para dirimir el asunto, que concluyó que no correspondían a los restos de Cuauhtémoc.
Eulalia continuó sus últimos años trabajando e investigando sobre México y sus culturas prehispánicas, respecto de las cuales publicó libros como “México, sus antiguos pobladores” (1963), entre otros.