
04/03/2025
El maíz del tío Conejo.
Una vez fue el tío Conejo a pedir dinero a la cucaracha, a cuenta del maíz que él iba a cosechar. La cucaracha le dio el dinero y quedaron en que la entrega del maíz iba a ser cierto día, Así quedaron, Pero el dinero no le duró ni un día al tío Conejo,
Entonces fue a ver a la gallina y le pidió dinero a cuenta del maíz. La gallina se lo dio y Conejo le dijo que fuera a recogerlo cierto día, lo mismo que le había dicho a la cucaracha, Otra vez se le acabó el dinero al tío Conejo. Entonces fue a ver al coyote y pasó lo mismo. Se le acabó de vuelta el dinero y fue a ver al cazador, El cazador le dio el dinero y quedó de ir por el maíz el mismo día en que irían los animales.
Llegó el tiempo de la cosecha y el día fijado, se presentó la cucaracha y le dijo al tío Conejo,
Ya vengo por el maíz que tratamos.
Conejo le contestó
- Sí, pero espérame tantito, porque acaba de nacerle una criatura a mi mujer, Escóndete allí, no te vaya a comer,
La cucaracha se escondió debajo de una basurita, cuando en eso llegó la gallina por su maíz.
-Pues sí,-le contestó Conejo-, pero espérame tantito, Mientras, ¿no quieres comer algo? Mira, levanta esa basurita,
La gallina levantó la basurita y se comió a la cucaracha,
Entonces Conejo le dijo a la gallina que se metiera debajo de una canasta, porque iba a llegar el coyote,
En eso llegó el coyote,
-Vengo por la cuenta del maíz, -le dijo,
-Pues sí, pero espérame un momento, Mientras, te voy a dar de comer. Mira, levanta esa canasta a ver qué encuentras.
¡Y que va saliendo la gallinota! Entonces el coyote se la comió,
Luego el tío Conejo le dijo al coyote que se escondiera entre unas matas porque iba a venir el cazador, Al ratito llegó el cazador con su rifle y su perro.
-Vengo por el maíz que tratamos, -le dijo, Y Conejo le contestó,
-Si, ya te lo voy a dar Pero espérame tantito, Mientras, te voy a dar algo de comer,
Y que le enseña el lugar donde estaba el malvado coyote, y que lo atrapa el cazador. Entonces Conejo le dijo.
-Vamos por el maíz. Está lejos en el cerro,
Y se fueron caminando hasta un barranco tan hondo, que si una persona se caía, no podía salir. Allí estaba atravesado un palito podrido, Conejo se paró sobre el palo y no le pasó nada al puente, Entonces el cazador puso un pie sobre el palo y nomás se oía tronar de lo podrido,
- No, - dijo el cazador -, yo no paso por aquí porque está
podrido
- No, hombre dijo Conejo -, no pasa nada. ¿No ves que así suena este palo de por sí?
Y cruzó el puente varias veces el tío Conejo, muy contento, brincando y animando al cazador.
Mira cómo paso yo le decía,
Entonces el cazador se subió, y a la mitad del puente, que se troza el palo podrido. ¡Y hasta abajo fue a dar el cazador!
Ahí termina el cuento y también termina la cuenta del maíz del tío Conejo.
Cuento mazateco