
18/10/2024
REENCUENTRO
Esta noche mojigata es una dolorosa convalecencia de amor, es un puño delgado abriendo brecha en las arterias amarillas del alma, estoy como un tigre tiñendo el espejo de mi propia rebelión, golpeando las paredes invisibles hasta hacerlas sangrar y volverlas vid de ese árbol esquelético que dormita en la más absoluta indiferencia. Siempre hay una enmarañada excusa para huir, una luna amarilla asfixiada en el universo, inclinando su melancolía y rompiéndome los huesos. ¿acaso huyo de este desaliento que me agita el vientre? Estoy rota, desabastecida, acicalo las mismas letras de ayer, busco el faro de algún manuscrito traducido en mi memoria. Todo es una representación haciendo eco en las horas traslúcidas, cierro los ojos y ahí estoy, en la espalda del espejo, con ese trajín cotidiano de luces congestionadas. Ven, sumérgete en estas tibias aguas de mar apacible, vuélvete pez térmico, enciende la reminiscencia de las hojas ausentes que has olvidado, reinicia el fuego de tu esencia, todo está ahí, esperándote, he tenido miedo en la tormenta, mis fantasmas siguen aullando lejos, pero tú estás como una pintura abstracta haciendo olas en un barco de arcilla, el horizonte es un viaje infinito, un llamado de luz, una puerta en tu espacio interno, sacúdete el invierto y siembra rosas en tu frente y en tu cuerpo, tú eres el hombre que asciende en mis ojos, eres el mutante en este naufragio de estrellas. He venido como una oración, a tocar los objetos y expresarlos en la voz del espejo, esta noche tiene la corteza de un poema amarillo, la hipótesis de mi infancia, soy agua desnuda en la penitencia de este encuentro íntimo y doliente, soy la metamorfosis en la llave del universo. Me vi con alas despiertas y, en el fondo todo era luz, el tiempo en el relámpago de la vida.
Norma Pérez Jiménez-México.