13/03/2021
Dos propuestas de valor para el campo tabasqueño
Don Tapscott, profesor adjunto del INSEAD y autor de diversos libros acerca de blockchain y economía digital, de quien un servidor ha tenido la dicha de haber recibido sus lecciones, comúnmente menciona que nos encontramos viviendo 2 épocas simultáneamente; la cuarta revolución industrial y la segunda era del internet. En primer lugar, se refiere al uso de tecnologías aplicadas que aplicamos en nuestra vida diaria para producir, es decir, incorporar elementos tecnológicos, digitales e incluso biológicos dentro de las actividades económicas tradicionales. El segundo concepto se refiere al uso de internet como generador de información y de valor.
Si bien, la tendencia actual de la economía es digitalizar muchas de sus actividades, uno de los sectores que más se ha rezagado en este sentido, ha sido el agroalimentario. Y soy muy específico para el caso de Tabasco (México), en el que la tendencia hacia el sector energético se ha desarrollado en, las últimas cuatro décadas ha visto cómo el campo ha quedado en segundo plano.
Un sector que prácticamente ha sobrevivido a base de apoyos por parte del gobierno. El caso más reciente, la implementación del programa sembrando vida en la entidad, del cuál no es objeto de esta columna hablar acerca de sus resultados.
Esa dependencia o paternalismo como muchos se refieren, ha estado lejos de ofrecer una alternativa productiva al sector energético, específicamente de las actividades de petróleo y gas. Esto debido principalmente a la falta de infraestructura tanto material como financiera, e incluso legal.
Hoy el internet como generador de valor, podría abrirnos la puerta para romper esa brecha o falta de recursos financieros para invertir en el campo. Para este artículo en específico abordaré dos propuestas.
La primera es que por medio de aplicaciones o plataformas del tipo crowdfunding una persona desde cualquier dispositivo electrónico pueda adquirir un metro cuadrado o una fracción de éste y que este funcione como un activo financiero para los productores y una alternativa de inversión para el usuario. Si bien, esto ha funcionado en sectores como el inmobiliario, aún habría mucho que analizar para que esto pueda tener un óptimo funcionamiento; sobre todo cuestiones jurídicas y de seguridad.
La segunda es una alternativa, es la implementación de mecanismos de trazabilidad agroalimentaria vía blockchain. Es decir, poder rastrear desde el origen, así como todos los destinos y procesos por los cuales el producto pasó desde el campo hacia el consumidor, por medio de un registro en línea inmutable como lo ofrece la tecnología blockchain. Si bien, esto en principio puede ser una barrera para los productores, a la larga puede ser una ventaja tanto para el productor como para el consumidor. Ya que ambos podrían consultar por medio de una plataforma, la calidad y frescura de los alimentos. Actualmente IBM y muchas otras empresas tecnológicas están implementando este registro en otros países.
Una propuesta de corte financiera y la otra del tipo logística. Habría que analizar con mayor profundidad estas dos propuestas, sin embargo, ambas son alternativas a los apoyos gubernamentales y abren el camino para la implementación de la economía digital en el campo tabasqueño, ¿o acaso seguiremos dependiendo de los apoyos del gobierno?, o mejor dicho, ¿todas las políticas de apoyo al campo tienen que ser obligatoriamente del gobierno?
-Luis Enrique Gómez. Especialista en energía, tecnología y finanzas.