12/09/2022
POESÍA
ÁNGELES GIRALDOS BECERRO
Que no te engañen los versos
Ni las palabras vacías.
Fuiste engendrada con alas
Existes cuando las despliegas
Te elevas sobre la prosa
Vuelas los atardeceres ,
Como un pájaro dorado
Como una nota pérdida.
Y, la envidia te apedrea o
Un corazón deshonesto te daña
En lo más tuyo, tus vertiginosas plumas.
Con un verso retorcido
Con una palabra estrecha
Y, vienes a mi deshecha
Llorándome traiciones ajenas .
Y, yo te digo
Que no te dañen los versos
Ni las palabras baldías.
A ti te concibió ese Dios
Al que tú tanto súplicas,
Con plumas de terciopelo
Para ser su mensajera.
Eres de todos y de nadie
Nunca se te tiene entera.
A mí ,me hizo tu sombra
Para que te protegiera
Para que te persiguiera.
Desde que te conocí , Ya no soy nada
Sólo, un sueño de tu esencia .
Me he convertido en asfalto
Para que pises serena.
He redondeado esquinas
Para que no choques con ellas.
Y, te digo
Que no te dañen los versos
Ni las palabras vacías.
Yo, me retuerzo el alma, cuando me llegas herida
Por no poder abrazarte, ni rozarte, ni mimarte.
Por no poder salir a la calle ,repleto de ira
Para destrozar a mordiscos la vida vacía,
De quien te daño las alas
De quién te robo las plumas
De quién desdibujo tu sonrisa ,
Con una estrofa pequeña
Con una caricia tibia.
Y, te digo
Que no te dañen los versos
Ni las palabras baldías.
Antes de conocerte
Yo tenía mi trabajo o al menos eso creía
Media con mi telescopio
La distancia entre los astros y las galaxias
Hacía mil ecuaciones para descubrir
Los secretos del universo y las lunas
Pero apareciste tú; volátil, etérea, distinta.
Eras la incógnita de todas mis ecuaciones
Por eso, no las resolvía.
Sólo, tú eras proporción
Tus alas eran la medida.
Ahora,Yo, ya, no tengo trabajo, ni oficio, ni vida.
Mi dedicación plena
Es medir con mi telescopio
La distancia entre tu alma y la mía.
Y, te digo
Que no te dañen los versos
Ni las palabras vacías
Cuando me vienes derrotada en despedidas
Recojo tus lágrimas, en mi odre de silencio.
Limpio con mi pañuelo tú rímel desdibujado
Lo guardo como una reliquia.
Esperando, siempre esperando
Que ,por fin, llegue el día
En que desengañada de prosas, de versos necios;
De rimas fáciles, de dudosas ortografía.
Me conviertas en tu acera
En tus venas más dolidas.
Me permitas curar tus alas
Ser nido de tus caídas.
Pero, por Dios te lo pido
Ese Dios, que tú veneras .
Que no te dañen los versos
Ni las palabras vacías.
Y, cuando llegue ese momento sagrado
En que vuelvas a mí
Derrotada de otras rimas.
Y, te apoyes en mi Hombro
Para recorrer la vida,
Mirar juntos los ocasos
Despedir hojas caídas;
Acariciar los otoños
Seré cedro de tu alma
Payaso de tus mentiras.
Sólo, te pediré la mano, Lo sé
El resto de tu ser vuela, sino se moriría
No me importa, me vale con sostenerte
Y, tenerte , aunque sea compartida,
Con el cielo y con el suelo .
Porque, por fin, comprendiste
Que el Amor se desgasta
Cuando se vuelve palabra
Y no se teje a una vida .
Y, entonces, sólo entonces
Ya no te engañarán los versos
Ni las palabras vacías.
Septiembre 2016