11/12/2023
La planificación de las posadas en México
Por: Antonio Parra Méndez
Las posadas son fiestas populares que se celebran en México, Honduras, Guatemala, El Salvador, Costa Rica y Panamá durante los nueve días antes de la Nochebuena. Según los relatos tradicionales, José, acompañado de su esposa María, caminaron desde Nazaret a Belén hasta arribar a su destino.
Al llegar, la Virgen estaba a punto de dar a luz a su hijo Jesús, y al buscar alojamiento fueron rechazados en algunos hogares, entonces terminaron refugiándose en un establo. Este pasaje es conocido ahora como Las Posadas.
En la actualidad las posadas en los hogares mexicanos inicia cuando los anfitriones representan a los hosteleros y los invitados a los peregrinos, quienes piden alojo al entonar la letanía para pedir posada. Finalmente se ofrece a todos los invitados una pequeña cena y se rompen piñatas, además no pueden faltar los aguinaldos, los buñuelos, las luces de bengala y por supuesto el delicioso ponche.
La organización de posadas en México es un fenómeno que va más allá de una simple celebración; es un ritual arraigado en la rica tradición cultural del país. Desde principios del mes de diciembre, las colonias o barrios se movilizan para preparar estas festividades que unen a vecinos, familiares y amigos en un espíritu de solidaridad y alegría.
El proceso comienza con la elección de los anfitriones. Familias y vecinos se turnan para organizar las posadas, cada uno asumiendo la responsabilidad de recibir a la comunidad en su hogar. Este acto de compartir no solo fortalece lazos, sino que también distribuye la carga logística entre todos.
La planificación debe ser meticulosa, formando comités designados para gestionar la distribución de tareas de decoración, comida y demás actividades. Las calles se adornan con luces coloridas, adornos y piñatas suspendidas en el aire, creando un ambiente festivo que atrae a participantes de todas las edades.
Las posadas se llevan a cabo del 16 de diciembre hasta el 24, que fue el tiempo que José y María peregrinaron en busca de asilo. De esta forma, las posadas se rigen bajo ese itinerario y cada día de acuerdo con las creencias religiosas representa valores como humildad, fortaleza, desapego, caridad, confianza, justicia, pureza, alegría y generosidad.
Cada día que toque la posada, los peregrinos realizan un recorrido que simula el andar de José y María, esto hasta llegar a la casa, colonia o barrio de la gente que dará posada, misma gente que previamente debió haber preparado ponche, buñuelos, aguinaldos y piñatas para celebrar y festejar la llegada del niño Dios.
Al momento de arribar los peregrinos, los caseros deben tener cerrada la puerta para comenzar con los cantos peticionarios.
La música desempeña un papel fundamental. Los villancicos tradicionales resuenan en cada posada, interpretados con entusiasmo y júbilo. Las letras narran la búsqueda de posada de María y José, recordando la historia bíblica que es el fundamento de estas festividades.
La letanía concluye con el famoso estribillo: “Entren santos peregrinos, peregrinos, reciban este rincón. Y aunque es pobre la morada, la morada, os la doy de corazón”. Al momento de terminar el canto, se abren las puertas y entran los peregrinos, dando paso así a la repartición de la alimentos, pues la gastronomía es otra parte esencial.
Las cocinas bullen con la preparación de tamales, ponche, buñuelos y otros platillos típicos de la temporada. Cada familia aporta su especialidad, creando una variedad de sabores que reflejan la diversidad culinaria de México.
Tras repartir la comida y bebida tradicionales, se reparten aguinaldos a los más pequeños principalmente, para con ello dar paso al ritual de romper la piñata que sin duda es uno de los momentos más esperados. Niños y adultos se turnan para intentar, con los ojos vendados, golpear la colorida estructura hasta que se rompe, liberando golosinas y frutas.
Este acto simboliza la victoria sobre las adversidades y añade un toque lúdico a la celebración, en algunos casos las piñatas tienen siete picos que a su vez representan los siete pecados capitales y el pegarles simboliza el eliminarlos de sus vidas.
Con ello prácticamente se da por concluida la posada en dicho hogar, de dónde se parte en torno al día siguiente en busca de un nuevo refugio, así hasta llegar a noche buena.
La organización de posadas en México no solo celebra la Navidad, sino que también resalta la importancia de la comunidad y la solidaridad. Estos eventos trascienden lo religioso para convertirse en una manifestación cultural arraigada en la identidad mexicana, donde la hospitalidad y la unión comunitaria son los pilares de estas festividades inolvidables.
Imágenes ilustrativas.