Revista Ágora UAN

Revista Ágora UAN Ágora es una revista dirigida al público en general, con temas diversos como lo son ciencia, arte, cultura y actualidad.
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👋🏼 ¡Volveremos pronto!
28/06/2022

👋🏼 ¡Volveremos pronto!

Con mucho cariño y agradecimiento, nos despedimos de nuestra bienamada Ágora y de todas las personas que nos honraron co...
27/06/2022

Con mucho cariño y agradecimiento, nos despedimos de nuestra bienamada Ágora y de todas las personas que nos honraron con un poco de sí mismos al compartir textos, videos y fotografías con nosotros. Fueron años de aprendizaje en plenitud junto a ustedes. Dejamos también un poquito de nuestro ser y acontecer, acá, pedazos de corazón.
Ágora evoluciona bonito y les esperan grandes sorpresas con lo que vendrá, las manos que la reciben están llenas de nuevas ideas y talento.
Hasta la vista, queridos lectores. Ars longa, vita brevis.
Aimée y Eduardo.

Era abril de 2016 y el entonces Presidente de México Enrique Peña Nieto habló por primera vez del estado de ánimo de los...
28/04/2022

Era abril de 2016 y el entonces Presidente de México Enrique Peña Nieto habló por primera vez del estado de ánimo de los mexicanos, en el marco de la inauguración del tianguis turístico en Guadalajara señaló: “…a veces (se) puede decir y leyendo algunas notas, columnas y comentarios que recojo de aquí y de allá, en donde se dice: es que no hay buen humor, el ánimo está caído, hay un mal ambiente, un mal humor social”; y el entonces titular del Ejecutivo no se equivocaba, la política nos provoca mal humor.

Y no solo es cosa de las decisiones y hechos provocados de ese ex-presidente; lo mismo podríamos decir de la falta de entereza de Vicente Fox al aliarse con el priismo y no realizar los necesarios cambios que la sociedad demandaba, o de los casi 103 mil homicidios dolosos del sexenio de Felipe Calderón y ni que decir hoy del 0.64% de crecimiento anual que palidece contra el 4.18% de crecimiento en el sexenio del archi enemigo de AMLO y me refiero a Carlos Salinas de Gortari.

Sí, hay mucho mal humor y no es para menos.

Los consultores en temas de Gobierno y de Campaña siempre insistimos en torno a la necesidad de que se debe tener un Mensaje temático poderoso; esto es, un Mensaje que se dirija a la solución de aquel problema que inquieta a los grupos sociales en los cuales queremos influir y mover. Sin embargo, es importante destacar que, aún cuando puede un Gobierno o un Candidato contar con el Mensaje adecuado si el humor social rebasa a esa propuesta entonces las cosas se tronarán muy complicadas.

Me explico. Imagine Usted que ha llevado a cabo una impecable encuesta de referencia y ha obtenido los temas sociales que se deben atender, imaginemos también que junto con un grupo de profesionales ha diseñado correctamente la ruta para la operación presupuestal de esa necesidad, cuenta Usted también con toda la información suficiente de los públicos a quienes debe dirigir su Comunicación y ha confeccionado una correcta colación ganadora, dispone de datos acerca de los medios por los cuales esos grupos acceden a las redes sociales, los medios radiofónicos que le llegan para informarse, la pauta televisiva de los programas de su preferencia con sus horarios, por mencionar algunos elementos con los que debe contar para airear su Mensaje; pero la sociedad no le corresponde y ahí es donde entra el mal humor.

Desde luego, el tema del mal humor habrá de pagarlo con mayor énfasis aquel Candidato o Gobernante que comparta ideología (partido político) con el dirigente o responsable de aplicar malas políticas públicas.

Hablemos de hechos concretos, la población no puede creer en un discurso que no es congruente con la realidad. El gobierno no puede decir que la seguridad va bien cuando de acuerdo con datos del propio Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, por ejemplo, la cifra de homicidios dolosos presenta una tendencia constante a la alza. El gobierno no puede invitarnos a pagar más impuestos cuando se duda de la transparencia, honestidad y eficiencia en el ejercicio del gasto público. El gobierno no puede pedir confianza cuando el Presidente promete que se va a esclarecer el paradero de los 43 de Ayotzinapa y las pesquisas no aportan nuevos datos fidedignos y comprobables.

Si la comunicación social de gobiernos y campañas no funciona cuando se basa en adecuadas premisas técnicas, no es el resultado de que se haya elegido mal los temas a resolver o a los actores que habrán de ayudar a expandir los Mensajes, es porque el discurso no es congruente con el día a día de la gente, ni tampoco presenta empatía con las necesidades de la población. Tenemos entonces el primer asunto a atender: empatía.

El segundo problema es que el sobre vender las soluciones puede tener justo el efecto contrario, el de su desaprobación o incluso derogación.

Cualquiera estamos a favor de reformas que se dirijan a mejorar la calidad de vida de la sociedad, pero no se les puede pedir a esas premisas cosas que no pueden ofrecer. El ejemplo más trágico de esta situación es el del precio de los energéticos.

Hablar de los alcances reales de aquello que se promete debe ser atendido con enorme cuidado en materia de promesas cumplidas y aquellas que nos se pueden atender, un ejemplo claro corresponde a las gasolinas, si un político (Candidato) propone bajar el precio de las gasolinas por simple voluntad estará, por decir lo menos, mintiendo con todos los dientes; el precio de la gasolina en México se determina a partir de distintos factores: 1) el precio de la molécula o precio de referencia (en el mercado de Houston); 2) el ajuste por calidad; 3) los costos logísticos (transporte, almacenamiento, comercialización); 4) ganancia en estaciones de servicio, y 5) además de los impuestos; cuando los grupos sociales -sobre todo aquellos que no formaban parte de la base dura de ese candidato- ven que los precios nomas no bajan es cuando se produce el mal humor; en este apartado en concreto es cuando surge la culpa.

La culpa de haber creído o confiado en una persona que, sin más ni más, se le ocurrió que habría que prometer la baja de combustibles (siguiendo este ejemplo) y eso no va a ocurrir. Cuando la culpa se apodera del elector el sentimiento de frustración es alto y puede provocar diferentes o combinadas reacciones, por un lado votar en la siguiente elección en contra de ese partido sin importar a quien postule, hacer propaganda en contra utilizando los argumentos que le fueron vendidos para convencerlo pero esta vez por otra fuerza política, desilusionarse de la política en su conjunto y quedarse en casa en la elección siguiente, por mencionar sólo algunos.

Recordemos, el malestar ciudadano no es con la democracia como sistema de gobierno, sino con su falta de conexión con la ciudadanía.

Dentro de las consecuencias que trae consigo el mal humor en la política se encuentra, sin lugar a dudas, el surgimiento de personajes no sólo atípicos, sino también peligrosos en la arena pública. Hablamos de payasos (aparte de los que ya están en la arena pública pero que no se maquillan), de mujeres que proponen “chichis para todas” (Rocío Pino aspirante a Diputada Federal por Sonora en el 20219), hasta luchadores del pancracio que prometían aplicarle la hurracarrana al crimen organizado sin jamás mencionar cómo lo harían. Estamos entonces en el terreno de la banalidad,

La banalidad en la política trae consigo enormes riesgos, si de por si la falta de seriedad para enfrentar al crimen organizado o la injusticia en México es preocupante, todo esto solo hace más daño y los peligros no son menores, jugar con los temas que demanda la ciudadanía tiene un alto riesgo y no sólo hablamos de estupidizar la política sino del descarado entrometimiento de grupos del crimen organizado que pueden apoyar a estos personajes, atarlos, controlarlos y provocar la operación de políticas territoriales a su favor; sí, ya se que usted dirá que eso ya ocurre, pero no podemos negar que con estos personajes los endebles candados que existen se verán menoscabados.

El surgimiento de partidos políticos cuasi familiares abona a este tema, Redes Sociales Progresistas, el Verde, fuerza por México, el PT, Encuentro Solidario (la mayoría perdió su registro en el 2021) empujan la sensación en la sociedad de que la política es un negocio, donde los muy ricos entran para hacerse más ricos aún y en el que el ciudadano de a pie no es más que un inmóvil observador. ¿Cómo motivar la participación social con estos elementos? ¿Cómo no sembrar el ánimo de desasosiego con estos factores? El mal humor ahí esta y sigue creciendo.

Por supuesto que en este escenario la pandemia no ayudó en nada a tranquilizar los ánimos, y no me refiero solamente al asunto de que era, eventualmente, inevitable, sino a su manejo y resultados; más de 300 mil mu***os en cifras oficiales dejó en claro que la política en el país no está diseñada para mejorar nuestro nivel de vida. Además de la natural desconfianza de salir de casa y posiblemente contagiarse, salir a hacer “la cola” en la fila de la casilla no resultó muy atractivo que digamos en los pasados comicios federales.

La batalla por incentivar la participación social mayoritaria en los comicios se va perdiendo, nuestra sociedad atraviesa por un malestar que se refleja en los diversos modos de segregación, de accionares impulsivos, acelerados, pasajes al acto que impiden alcanzar la satisfacción de necesidades y en el mejor de los casos la felicidad. Para atizar esta la fauna política que se la pasan, desde el más alto nivel, agrediéndose unos a otros, el mal humor en base a un tipo de dinámica donde la afirmación de uno implica la destrucción del otro.

El peso del mal humor se traduce en al análisis que un ciudadano realiza al momento de tomar en consideración lo que puede ganar con uno u otro candidato. Veamos. ¿Que tiene mayor valor en nuestro ánimo?: llega a nuestra casa la propuesta de un aspirante a un puesto público, imaginemos que dejó de lado las ocurrencias y se concentra en un programa social que impulse los proyectos productivos; ¿que cree Usted que la mayor parte de población no militante en partido político alguno va a valorar?, ¿la propuesta o el salario que se va a embolsar él o la susodicha? ¿El tiempo en que una vecino podrá dejar la miseria como resultado de una política pública o las semanas en que el candidato -una vez erigido en diputado- cambiará por un flamante automóvil? Sí, la tradición de la política mexicana pesa más en este tipo de decisiones, influye en el mal humor.

¿Qué hacer?

Como describimos líneas arriba son al menos 3 elementos a considerar (dejaremos de lado la pandemia que, de momento, parece ir a la baja) en las manifestaciones del mal humor social: la empatía, la culpa, y la banalización es necesario que la Comunicación tanto de un Gobierno ya constituido como de un aspirante a un puesto de elección popular definan un tema a seguir (Mensaje temático) y relacionen en positivo el acontecer cotidiano con el mismo.

Para recuperar la empatía es fundamental actuar con prontitud y diligencia contra las manifestaciones deshonestas y de corrupción que se presenten en la política y hablo de la política en general y de cualquier nivel de operación. Abundo, si un Alcalde declara acerca de un hecho de corrupción en una demarcación distinta a la suya estará acercándose a la sensación popular de indignación y deseo de justicia, esto provoca que se le perciba como alguien no solamente a quien le duelen este tipo de sucesos, sino que no tolerará una acción de esa índole en su área de responsabilidad. Por supuesto la reacción debe ser mas estruendosa cuando corresponda a algún colaborador que falte a su responsabilidad o a quien se le atribuya un acto de esta naturaleza.

Liberar a la sociedad en su conjunto de la sensación de culpa es una tarea gigantesca; sin embargo resaltar en los distintos medios de comunicación los excesos, la impunidad, la falta de acceso a la justicia, la falta de movilidad social, la desintegración familiar, la desintegración social, como campo de cultivo fértil para reproducir la pobreza y la marginación debe ser una tarea permanente de medios y asociaciones civiles; en ella involucrar no sólo distintas áreas de Gobierno, sino a Organismos No Gubernamentales ayudará a aliviar la tensión.

Digamos las cosas como son, la falta de efectividad de los gobiernos en turno para erradicar la pobreza y la mala calidad de la educación no es un problema de recursos, es que la pobreza es en sí misma un capital político que entrega votos a cambio de los programas sociales y las acciones institucionales; la sociedad hemos permitido que las entregas a la población vulnerable de las distintas administraciones públicas sólo atiendan lo inmediato y no acciones de largo aliento, en este momento no tenemos programas orientados para que amplios grupos vulnerables abandonen su condición, la falta de insistencia en la penetración social para la toma de decisiones de los gobiernos nos ha costado mucho, pero mucho tiempo desperdiciado.

Nos divierten, nos hacen reír, los tomamos como elementos divertidos, pero los candidatos emergentes que se han manifestado en la arena pública no es algo que podamos seguir tomando a la ligera. La política debe tener una única función que es la resolución de nuestros problemas más urgentes; de que nos sirve un caso como el de esos candidatos que ahora hacen campaña hasta en carroza fúnebre y dentro de un féretro como el caso de Carlos Mayorga, suspirante de una diputación federal por el PES en Ciudad Juárez, o Carlos Augusto González, candidato del Verde Ecologista a la presidencia municipal de Reynosa, que inició su campaña con un evento en el que se presentó la banda Genitallica, al parecer andaba tan emocionado que hasta se comprometió a lograr que Metallica se presentara en dicha ciudad, totalmente gratis, si ganaba la presidencia local. Y asi podemos seguir in infinitum, esa banalidad si nos corresponde erradicarla, simplemente no se le pude hacer caso a este tipo de manifestaciones, de esta manera los propios partidos tendrán más cuidado por quien lanzan a los puestos de elección popular.

No, no hay recetas de cocina en estas tareas que nos competen, pero atenderlas y estar pendiente de ellas es una buena forma de mantener a los políticos dentro de la más elemental de las lógicas.

Autor: Alejandro Gándara

A mis 42 años tenía numerosos motivos para reducir o dejar los antidepresivos que había estado tomando por más de 2 déca...
31/03/2022

A mis 42 años tenía numerosos motivos para reducir o dejar los antidepresivos que había estado tomando por más de 2 décadas. A pesar de que mi cuerpo notablemente resentía la alta cantidad de sertralina diaria para combatir la depresión y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) mi mente creía lo que tantos psiquiatras, especialistas y personas muy cercanas solían decirme: que se trataba de algo fisiológico y que sin el medicamento no podría mejorar. Estaba enganchada a ese pronóstico y con cada intento de reducción de medicamento solía tener alguna crisis que implicaba más aumentos en las dosis o el cambio a otros antidepresivos con los que prácticamente comenzaba de cero.

Un día vi por casualidad el documental “Heal” y una luminosa epifanía me motivó a tomar las riendas de mi salud física, mental y emocional de una vez por todas. Comencé un proceso de “reprogramación” de mis pensamientos, las tremendas ideas limitantes que tenía, de las cuales no estaba realmente consciente. Empecé de manera intuitiva a leer, ver documentales y escuchar podcasts sobre temas como programación neurolingüística, neurociencia, neuroplasticidad, psicología positiva, neurociencia afectiva, y otros como meditación, mindfulness e incluso física cuántica. Con todo lo que iba aprendiendo diariamente supe que no sólo mi fe y mi espiritualidad me ayudarían sino que también la ciencia misma estaba de mi lado para sustentar mi compleja decisión: cambiar y mejorar la estructura, la química y las funciones de mi cerebro con herramientas que yo misma pudiera gestionar.

La primera meta que me propuse fue ir haciendo reducciones a la sertralina y dejar la terapia del psiquiatra, misma que posteriormente cambié por una maravillosa terapia especializada en toc.

Lo demás fue fluyendo paso a paso y un tema me condujo a otro. Aprendí a respirar correctamente y comencé a practicar técnicas de respiración para calmar la ansiedad, para la relajación y otras para la gestión de mi energía. Estudié mucho sobre las hormonas de la felicidad y la manera en cómo nuestro cuerpo puede producirlas naturalmente… muchas de mis actividades diarias se basan en ese conocimiento. Hoy en día sé que hay alimentos que favorecen mi producción de serotonina, un neurotransmisor relacionado con la sensación de bienestar y con la felicidad pero cuya escasez se vincula con la depresión y trastornos de ansiedad.

He adaptado mi alimentación para sentirme mejor y en esta convicción recibo mis “dosis de medicina natural” a través de la avena, almendras, moras, chocolate amargo, linaza, garbanzos, plátanos, yogurt natural, y otros ricos en zinc, magnesio, complejo B, vitamina C, omega 3, principalmente.

Estoy consciente del poder del sol a través de la vitamina D, de los grandes beneficios de la actividad física y del movimiento en sí. Caminar, saltar, nadar, son actividades que disfruto y a través de las cuales mi cuerpo produce endorfinas y dopamina, que tanto favorecen a mi estado de ánimo.

Han pasado más de 3 años desde que inicié mi sanación real y creo que he logrado grandes avances. Ya no siento la necesidad de ir con un médico, al contrario. He disminuido en más del 60% el medicamento y desde hace varios meses soy asistida virtualmente por una maravillosa psicóloga especialista en toc que me ayuda a enfrentar esos miedos añejos, a través de la terapia de exposición y prevención de respuesta, no es fácil pero voy hacia adelante y cuando menos lo pienso logro avanzar escalones en la montaña del toc.

Uno de los aspectos más importante en este proceso ha sido cambiar el formato de mis antiguos pensamientos. Solía pensar que necesitaba la medicina para estar bien, creía que mi cerebro no sería capaz de salir adelante por sí solo, consideraba que era casi imposible “domar” el ruido en mi cabeza, asumía que sería presa del miedo y la ansiedad mientras no tuviera a un psiquiatra a quien acudir… y estaba muy equivocada. No fue fácil creer en mí como fuente de salud y bienestar; no fue simple sacudirme el lavado de cerebro en el cual vivía inmersa; no ha sido una tarea simple pero es realmente satisfactorio sentir que paso a paso puedo reprogramar mi mente y lograr cambios significativos en mi estabilidad mental, emocional.

Estoy convencida del gran poder del lenguaje. No me permito limitarme o lastimarme con palabras o frases como “enferma”, “no puedo”, “tengo toc”, “qué tonta soy”, etc… En mi diccionario uso -en cambio- “estoy sanando de…”, “estoy enfrentando un síntoma de toc”, “voy a intentarlo”, “yo puedo hacerlo”. Me rodeo de mantras, de afirmaciones positivas y poderosas que me digo cada día; y, en los últimos meses he aprendido a meditar. La meditación, de la mano con la respiración, se ha convertido en una gran aliada para calmar mi mente, para enfocarme y estar en mejor comunicación con mi cuerpo, mis pensamientos y mis emociones.

Siempre que puedo me acerco a la naturaleza; intento ir al mar con cierta frecuencia y nadar entre las olas; esto es un regalo no sólo para mi cuerpo y mi mente sino también para mi espíritu. Es muy importante hacer esas pequeñas cosas, esas actividades que te brindan “momentos de felicidad” que te motivan y enriquecen tu calidad de vida. En mi caso es muy sencillo: abrazar a quienes amo, jugar con mis gatos, dormir una siesta y descansar, ver una buena película, comer algo delicioso, y mucho más.

Así mismo, en los últimos meses he añadido a mi proceso de sanación la práctica del yoga y el mindfulness. Hoy creo como nunca en la relación cuerpo-alma-espíritu y me parece que dichas actividades promueven la armonía entre éstos.

Sé que el camino que decidí recorrer fue el sendero más largo. La ruta corta se reduce a psiquiatras y medicamentos. Elegí el trayecto “difícil” con curvas y zonas de derrumbes pero cada tramo que avanzo me brinda más poder, y mayor seguridad en mí misma, en mis nuevas creencias, en mis decisiones. No sé si un día deje el medicamento por completo, intento vivir día a día y hacer frente a los desafíos uno a la vez. Me siento muy satisfecha con las reducciones que he hecho y profundamente agradecida por las grandes herramientas que se me han presentado en pro de mi bienestar; las he aquí mencionado y me siento feliz de compartirlas.

Autora: Zuri Aguirre

Son muchas la interrogantes, de acuerdo con la ONU la historia que gira en torno al día de la mujer dice algo como lo si...
24/03/2022

Son muchas la interrogantes, de acuerdo con la ONU la historia que gira en torno al día de la mujer dice algo como lo siguiente:

El Día Internacional de la Mujer es una fecha que se celebra en muchos países del mundo. Cuando las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, se unen para celebrar su día, pueden contemplar una tradición de no menos de noventa años de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.

El Día Internacional de la Mujer se refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre. En la antigua Grecia, Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra; en la Revolución Francesa, las parisienses que pedían "libertad, igualdad y fraternidad" marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino.

De acuerdo con lo anterior, me surge una interrogante más y una respuesta de acuerdo a las voces que habitan mi cabeza y los ecos sonoros de las historias que mis oídos han escuchado alguna vez a lo largo de mi trayectoria como docente, como amiga y como mujer.

Muchos preguntan qué por qué marchamos, ¿Que por qué marchamos?
Marchamos porque somos la voz de quienes no pudieron hablar
Somos la semilla que plantaron a través de la muerte cuando enterraron los cuerpos de las desaparecidas. Marchamos porque entre la multitud de iguales nos arropa una misma razón: ser mujer. Gritamos porque no sabíamos qué elegir nuestra ropa casual era un instrumento para la seducción de terceros y eso nos hace víctimas…y objeto de burla.

¿Por qué marchamos?
Porque las garantías escritas en una carta magna no son respetadas por la sociedad que no pertenece a nuestro género.
Lloramos a través de versos escritos con rabia, que son leídos con gracia por nuestros verdugos.

Entendemos que la semilla fecunda, sabemos que la tierra emancipa, pero la muerte y callar nuestra voz no es la mejor solución. Mujeres ante el espejo, deseosas de ser hombre a los ojos de la sociedad que minimiza nuestro intelecto por el tamaño de la copa que cubre los senos. Mujeres que luchan en silencio detrás de las puertas para garantizar la aceptación de un hogar, son mujeres que marchan a través del latido de su corazón, ausentes en la panorámica, pero presentes tras un perfil que permite participación.

No sé porque marchamos, quizá solo sea por incomodar.

Como una enredadera se unen las historias ocultas con mis palabras, con las tuyas, las nuestras, las de tantas mujeres que permanecen calladas ante los sistemas sociales, una historia de tantas que están ocultas, que son evidentes, pero no se ven…

Les comparto este cuento titulado: El Monstruo de tu habitación.

de las puertas del in****no,
libra señor su alma...

El tren está por partir ¡Anda vamos, es hora! dice la mujer de angelical voz. Los chasquidos de las ruedas entre las vías presagian la partida. La madrugada se acerca entre arreboles verdes y azules.

De nuevo no tengo boleto Julia, anda tú y disfruta, dijo el viejo de cejas espesas mientras en sus ojos se ausentaba el brillo.
Son más de tres viajes que hago desde que estamos juntos y no sé porque no quieres regresar a verlos José, debes ir, si algo hiciste mal ya te perdonaron, estoy segura, yo lo haría, creo que ella también. Creo que las reglas no son así, lamentó con prudencia el hombre de sonrisa escueta.

El tren partió, los felices pasajeros detenían sus mandíbulas ante su alegría, imaginaban lágrimas caer de las cuencas vacías, los corazones latían donde una vez yacieron. En el destino aguardaba Isabel, entre los lirios blancos y la flor de cempasúchil serenada, con gran decoro quitaba las hierbas que atisbaban la morada de sus padres. Enciende con devoción las veladoras que formaban una cruz en la lápida, coloca cuidadosamente los estambres y la costura que quedó a medias desde hace años. Le da el último toque de sazón al arroz con mole que espera en un plato de barro y acomoda curiosa la corunda calientita que se esconde entre las hojas de plátano. Al destapar el refresco de vainilla, no puede evitar darle un pequeño sorbo.
⎯ Sigue siendo delicioso Madre, solo un poquito ¿sí?, dice Isabel mientras paladea el líquido.

⎯Acomoda bien las flores Jacinto que a tu nana le gustaran mucho.
Jacinto a su corta edad, solo conoce a su nana a través de los relatos de Isabel, las fotos han servido mucho, pero las historias con los recuerdos son lo más importante.
⎯Si mami, dice el pequeño mientras acomoda las flores naranjas entre los arbustos verdes. La imagen de la guadalupana adornada con listones y flores coloridas de papel crepe engalana el centro de la morada.
El pequeño pueblo olvidado se viste de luces, con delicadas esperanzas entre la parafina y la cera. Los aromas se confunden entre el copal, el musgo fresco y los alimentos recién preparados, el dolor queda olvidado entre el abrazo de la nostalgia y la esperanza de volverse a sentir, ver, escuchar, aunque sea entre el murmullo del viento fresco que ambienta esta gran noche.
─ Ahora sí, todo está listo Mamá, esperaremos la hora para cenar juntas, dice con júbilo Isabel mientras se cubre con un jorongo de lana.
─ ¿Mami porque mi tata no acompaña a nana a cenar? Le dice Jacinto con curiosidad.
─ Hijo hay cosas que simplemente se olvidan para que ya no te hagan daño.
─ ¿Por qué se olvidan Mami?
─ Porque… porque no hay lugar en los recuerdos para todas las personas o todas las cosas, cuando seas grande lo entenderás, ¿quisieras acordarte de un monstruo que viste bajo tu cama? preguntó a Jacinto.
El pequeño sin dar crédito a la pregunta se sorprendió y movió la cabeza para negar.
─ Anda ya no preguntes más y pásame los cerillos, que el viento apagó estas veladoras.
─ ¿Y también hace que te lloren los ojos verdad mami? ─Cuestiona inocente Jacinto mientras le seca la lágrima débil que se le escapa a su madre.
─ Vamos a rezarle a tu nana y después cenaremos, ya va ser la hora, cálidamente indica Isabel al niño mientras agita el cerillo con el que encendió las veladoras.
Entre cada plegaria del rosario de cuentas negras, Isabel revive las imágenes del monstruo que entraba a su habitación por las noches, sus vellos se erizan mientras repite las jaculatorias.
Dios te salve María... Es la misma plegaria que repetía en su mente mientras se escondía bajo las sábanas.
Ruega señora por nosotros ...clamaba con los ojos cerrados cuando sentía unas grandes manos recorrer sus piernas de niña.
Hágase señor tu voluntad, aquí en la tierra... la bestia te hizo sangrar, pero no debes decirle a mamá.
Casa de oro, torre de marfil, torre de David...la luz se apaga en tu habitación, entre los muñecos de felpa buscas el rostro de él, te escondes bajo la cama, comenzó a oler a alcohol, sabes que ya está aquí.
Libra Virgen del in****no a quienes rezan tu rosario...el rostro del monstruo aparece...quedito le dices, por favor...ya no Papá.
En el nombre del padre del hijo... Isabel se santigua y besa fervientemente las cuentas negras del rosario, limpia su rostro con la manga de su suéter.
Anda Jacinto, pásame una corunda vamos a cenar con la nana seguro que ya está aquí, le dice al pequeño quien observa con toda la curiosidad el misticismo del escenario que lo rodea, mientras sostiene el retrato enmarcado de una mujer que sonríe.

Del corazón de alguien, que espera al viajero del Mictlán


Autora: Betty Solis

𝐒𝐄𝐑 𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄́𝐌𝐈𝐂𝐀 𝐘 𝐒𝐄𝐑 𝐌𝐔𝐉𝐄𝐑Autora: Georgina Castillo CastañedaActualmente soy profesora universitaria, investigadora y ma...
17/03/2022

𝐒𝐄𝐑 𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄́𝐌𝐈𝐂𝐀 𝐘 𝐒𝐄𝐑 𝐌𝐔𝐉𝐄𝐑
Autora: Georgina Castillo Castañeda

Actualmente soy profesora universitaria, investigadora y madre. Recuerdo que cuando estudié la maestría, en una ocasión fui de los pocos alumnos que realizó una tarea, y cuando la profesora preguntó por qué, una compañera (que aprecio mucho) dijo: “ah, es que es soltera” y en ese momento me molesté porque pensé que independientemente del estado civil, era mi responsabilidad cumplir con mis compromisos escolares, muchas veces haciendo a un lado los tiempos en familia o diversión.

Después de concluir la maestría, seguí estudiando un doctorado y me tomó 5 años titularme del mismo ¿por qué?, por lo mismo que dijo mi compañera en la maestría: no era soltera y ya era responsable de mi propia familia. Mi tesis de doctorado la escribí mientras cargaba en brazos a mi hijo, que aún era bebé, porque él no se iba a dormir hasta que yo me acostaba con él, además ya tenía una niña de 2 años.

Recuerdo que yo lloraba porque me sentía mala madre porque no estaba todo el tiempo que deseaba estar con mis hijos; mala esposa porque esperaba que mi esposo cumpliera con lo que yo dejaba de hacer y mala profesora porque había ocasiones que no leía detalladamente los trabajos de mis estudiantes, o llegaba a clase sin haber leído todo el material… y es que son tantos los roles que se le atribuyen a la mujer que se convierte en una labor titánica tratar de atenderlos todos. Ahí me di cuenta que no podía ser el modelo perfecto que nos venden en la sociedad, yo no cabía en ese molde, tenía que hacer el mío propio, adecuado a mis necesidades.

En una ocasión publiqué en facebook que mi hijo opinaba que tenía una mamá que trabajaba mucho y eso me dolía en el ego de mamá, y dos amigas me dijeron (cada una en su estilo propio) que la opinión de mi hijo era para sentir orgullo de que él percibe a una mamá que trabaja y se esfuerza no solo por superación personal, sino por mejorar la calidad de vida de su familia, y que ese ejemplo sería muy enriquecedor para él. Me siento afortunada de tener en mi red no solo a amigos y compañeros, sino también a amigas y compañeras que han sido un apoyo en diferentes momentos de mi vida académica y personal; red que apoya, orienta, guía, instruye y construye en colaboración.

No he estado exenta de acoso o insinuaciones a lo largo de 17 años en los diversos escenarios en los que he estado, y tampoco me he librado de los celos profesionales, de ser excluida de proyectos sin explicaciones, pero gracias a esas experiencias he reforzado mi valía, primado el respeto y soltado lo que no me permite avanzar.

Recientemente recibí el reconocimiento como candidata a investigadora nacional y aunque he contado con está red de apoyo académico, familiar y social, también es cierto que se debe a que me he aferrado a las metas que me he propuesto, que a veces he tenido que postergar, pero que permanecen como metas personales.

Hoy puedo decir que ser académica es difícil, pero ser mujer académica lo es más cuando se pretende satisfacer las expectativas ajenas. Mi consejo para las nuevas generaciones de mujeres que buscan avanzar en sus propios espacios es que hagamos sinergia entre nosotras, y que repensemos los roles que se nos atribuyen y elijamos aquellos con los que me siento bien y que forman parte de mi proyecto de vida personal y académico.

𝟕 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐑𝐙𝐎 𝐃𝐄 𝟐𝟎𝟐𝟐…
Autora: Lucía Pérez Sánchez

El día de hoy 7 de marzo tuve la oportunidad de compartir con tres académicas de otras universidades, nuestras experiencias con relación al ser profesora, universitaria, e investigadora… El objetivo era platicar sobre los retos que hemos tenido que enfrentar en este proceso… con respecto a mi participación compartía que mi decisión de estudiar la universidad vino posterior a la llegada de mis hijos, me casé joven y decidí ser madre también joven… en mi familia la educación siempre fue un valor que me fue inculcado como sumamente importante, mis padres fueron universitarios, de hecho siempre narro lo siguiente con muchísimo orgullo: “Mi madre fue de las primeras mujeres que decidieron ir en pantalones a la facultad de medicina, alterando la costumbre y lo esperado por las mujeres estudiantes, de la época en que ella se formó en su carrera” … pero cuando toco el tiempo de ir a mi a la universidad me rebele, y dije que no, que yo no quería estudiar…. que lo que deseaba era ser mamá y esposa y con ello estaba feliz…. En este punto hago una pausa para reconocer el respeto y paciencia que mi mamá (mi papá también, pero en este caso deseo destacar a mi mamá como mujer) tuvo conmigo, pues no cuestionó mi decisión y me permitió hacer lo que quería…. Fue posterior a ser madre que cambie mi decisión y entré a estudiar psicología, área que desde siempre y en particular en preparatoria la vi como de mucho interés para mi…. y así hasta el momento no he dejado de estudiar, porque encuentro en esta actividad una sensación emocionante e interminable…. así también, al entrar al territorio de la investigación fue muy muy agradable descubrir que me gustaba…. por supuesto reconozco y me doy cuenta de que los intereses investigativos responden a interrogantes íntimamente ligadas a mis vivencias biográficas: si investigo en los procesos familiares en situaciones de salud enfermedad, es porque mi familia estas experiencias ha tenido, y porque hay un constante de mujeres sobrevivientes a sus parejas que han mu**to a causa de una enfermedad crónica…. si estudio los procesos de desgaste del cuidador primario, responde a lo que mi madre ha vivido al tener a cargo a su abuela, y a su madre… si estudié las reconfiguraciones de ser abuela, es porque sé que las formas de presentar la abuelidad en mis hijos, deriva definitivamente de planteamientos distintos que las mujeres se han hecho con respecto a este rol…. y así... partir de resultados encontrados en estas investigaciones con mujeres, descubrí el concepto de sororidad, y esto me hizo pensar en rescatar estas historias que existen y están allí, en el día a día, en estos espacios académicos y que sólo cuando resistimos interactuar bajo estructuras que no son nuestras, la narrativa dominante contada sobre nosotras como rivales o con dificultades para relacionarnos, se ve amenazada y es que la oportunidad de transformación se presenta como posible…. si bien es cierto que he contado con una red de apoyo fuerte, en donde muchas mujeres forman parte, por lo que me gusta denominar como mi SORORED, aún queda mucho por seguir trabajando y luchando, para que los discursos de igualdad y equidad de género no sean solo eso, sino que se visualice en acciones que traspasan de manera congruente las estructuras institucionales, que los modos de la performances como mujeres sean espacios de flexibilidad, y no de repetición de papeles aprendidos desde figuraciones de dominación, desacreditación y diversas formas de violencia, que al normalizarse y ser aceptada, lastima y perpetúa la continuidad en las generaciones más jóvenes.

Por último, esta reflexión me lleva a ser consciente de las oportunidades a las que he tenido acceso, y por ende a los privilegios que éstas me proporcionan, y la responsabilidad ética a la que me hace acreedora con otras mujeres que vienen detrás de mí, y a lado mí. Mi compromiso radica en estar atenta y levantar la voz, para no perpetuar las prácticas que favorecen la segmentación, exclusión y dominación.


𝐒𝐄𝐑 𝐌𝐔𝐉𝐄𝐑, 𝐈𝐍𝐕𝐄𝐒𝐓𝐈𝐆𝐀𝐃𝐎𝐑𝐀 𝐲 𝐂𝐎𝐌𝐏𝐀𝐍̃𝐄𝐑𝐀 𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄́𝐌𝐈𝐂𝐀.
Autora: Lía Márquez.

Mi primer acercamiento a la investigación fue reprobando, me reprobó un profesor de la prepa 1 de la UAN, él ponía como opción para pasar la materia hablar en su oficina, claro… por la tarde como a eso de las 6pm, obviamente sola. Recuerdo que pensé, “ahora tengo dos problemas, la reprobada y quitarme de encima al profesor”.

No le dije nada a mis papás, le comenté a uno de mis compañeros; me dijo que no me dejaría ir sola, fuimos los dos. No le pareció esta situación al profesor y me reprobó nuevamente, hasta que pregunte qué podía hacer si el profesor no me dejaba pasar y yo cumplía con casi todo lo solicitado, excepto ir sola a su oficina (pues no me daba buena espina). Al fin logré pasar, en ese momento no le di más importancia al profesor, solo lo evité.

Al ingresar a la Universidad, conocí profesoras que me impresionaron al momento de impartir algún tema en la clase, digo profesoras porque a ellas las note más apasionadas y curiosas al momento de expresarse. En la Licenciatura iniciaron los trabajos en comunidades, congresos, la tesis, incluso la posibilidad de escribir en un libro, todas esas oportunidades las tomé.

Me recuerdo con una beba de meses, amamantando, estudiando, gracias al apoyo de mis papás pude construir la tesis y vivir una de las experiencias más significativas en mi vida, sentí la investigación.

Es curioso, pero cuando hablo de mis momentos más potentes como sujeta siempre hay una investigación acompañando mis roles, ya sea como madre, pareja, amiga, estudiante, hija, hermana y los roles que ahora mismo no recuerdo, pero sí tengo.

Cuando realizo mi investigación para la maestría estaba viviendo con alguien, estaba siendo madre, proveedora, señora del aseo, chofer, maestra, hija, pocas veces amiga, ya no me daba mucho tiempo para socializar, lo cual me fue alejando de mi misma, ya que mis amigos son un espejo para mi, muchas veces deje de verme y solo veía lo que tenía que hacer para los demás. Por todos estos deberes, por poco y dejo la maestría, pero nuevamente la investigación ahí estuvo para decirme…” espera, tu tienes esta curiosidad, hazlo”, lo hice, fue uno de los retos más grandes, me sentí satisfecha y muy cansada porque me centré en lo que yo tenía planeado realizar, era un momento para demostrarme confianza, valía y respeto.

Así que dejé lo que me alejaba de mí, y me uní al maravilloso equipo de Diálogo de Saberes, lo que puedo decir de eso es que fui feliz, me sentí cuidada, escuchada, parte de un equipo, amé aún más la investigación, con ellos me sentí segura al trabajar en campo, al exponer ideas y que se me reconocieran.

Desde entonces muchos trabajos de investigación van y vienen, así como las personas con las que trabajo, me he dado cuenta que dentro de mi institución casi siempre son las mujeres las que planean el proyecto, generan estrategias, acciones, traen a la mesa conceptos, autores para discutir y construir, pero son los hombres a los que se les escucha en los discursos. Es decir, el quehacer que como investigadoras se hace, queda oculto, se invisibiliza. Les pido a mis compañeros hombres o cualquier género que se encuentre en posición de poder, se cuestione si está incurriendo o no en esta práctica.

𝟎𝟖 𝐌𝐀𝐑𝐙𝐎 𝟐𝟎𝟐𝟐
Autora: Diana Pérez Pimienta

Mi experiencia con ser académica y mujer afortunadamente han estado más llenas de cosas positivas que negativas, por ejemplo se me han presentado oportunidades por mi preparación o capacidad y no por mi s**o, ademas de que he conocido personas maravillosas, tanto hombres como mujeres, que me han brindado su apoyo y han creído en mí en los distintos proyectos en los que he colaborado como docente universitaria.
Otro aspecto positivo como mujer académica es que creas un lazo de sororidad entre tus compañeras, se genera un atmósfera de confianza. A muchas de ellas las considero mis mejores amigas, que me han apoyado en cada momento de mi vida laboral y personal. También he conocido muchas mujeres que admiro, y me han enseñado de sus experiencias.

Además de ello, como mujer en la docencia, muchas estudiantes se te acercan para confiarle sus problemas, te preguntan tu punto de vista en diferentes situaciones, y eso me hace sentir muy feliz, saber que ellas pueden acercarse a mí por la confianza que les transmito.

Aunque también hay cosas negativas, por ejemplo, la presión que tienes de cumplir con las expectativas de los demás y poder equilibrar tu vida. Yo tiendo a ser autocrítica y perfeccionista, y eso me ha generado estrés, ansiedad y hasta momentos de depresión, sin embargo como mujer académica tienes la presión constante de estar bien en todo momento, verte bien, estar sana, ser la mejor docente pero también investigadora, estar en tales proyectos aparte de ser buena ama de casa y esposa, son tantos los roles que se nos asignan qué es abrumador.

En lo personal, he decidido posponer el tener hijos(as), precisamente porque estoy enfocada cien por ciento en este momento de mi vida en lo laboral, y esto puede ser criticado por muchas personas, como si fuera un sinónimo de no ser “maternal” o no estar “completa”, cuando disfruto al máximo esta fase y no la cambiaría.

También ha habido algunos casos de acoso laboral, chismes, difamación y competencia, lo más triste de todo casi siempre por parte de mujeres. Una vez también recuerdo que un maestro me pidió que le hiciera y le llevara un café a su oficina, cabe aclarar que yo no dependía laboralmente en absoluto de él, el maestro dio por sentado que como soy mujer tenía que hacerlo y que sabía cómo hacerlo (sin saber que yo jamás había puesto una cafetera porque no me gusta el café).

Por último, creo que es importante señalar que como mujeres tenemos un arduo trabajo que hacer para eliminar esta violencia de género, como mujeres nos corresponde poner un límite, saber cuando decir no, y en especial como mujeres apoyarnos, no criticarnos ni violentarnos entre nosotras, suficiente presión tenemos como para sumarle. Y como sociedad nos toca reflexionar y hacer consciencia de qué papel estamos jugando en detener este tipo de violencia, quizá no lo hacemos directamente, pero pensemos si detenemos a alguien que cuenta algún chiste machista, enseñamos a los hijos o a nuestros estudiantes a implicarse en el tema o si simplemente damos el ejemplo.

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