30/06/2022
Tocó a mi puerta la desilusión
Y yo le dije:
-Pasa, te estaba esperando
-Te acabo de ver hace poco ¿qué haces por acá?
Y me contestó:
-Pues lástima, me tienes que volver a mirar, aquí estoy.
Aunque extrañosa y asombrada me dijo:
- Te veo tranquilo
Y yo le dije
-Asi es, ven siéntate y toma algo de vino
-¿Te vas a quedar mucho tiempo?
Le pregunté
Solo me miró y se quedó en silencio
Le sonreí y le dije: no pasa nada, relajate, estás en tu casa
Me dijo:
-Espera, recuerdo que cuando llegaba a ti, decaías y rompías en llanto, te ahogabas en alcohol y hasta te sentías morir cuando oías mi canto.
Le dije:
-Ah si, no lo recuerdo bien, es que has venido tantas veces, que ya perdí la cuenta, supongo que se volvió normal tu presencia, tantas tardes noches y madrugadas que me ostigabas, mientras no dejaba de lamentarme en mi cama.
Me acostumbré supongo a tus espinas, me cansé de todo , me diste tantos golpes que hoy ya no me hieres, las noches sin fin, que verte a menudo tocando mi puerta ya no me duele.
Entonces me dijo:
-Olvida el vino mejor quiero un whisky con hielo.
A lo que la miré, le regalé una soberbia sonrisa y le dije sin dudar
-¿El hielo lo quieres del congelador o de mi pecho?
Me miró de nuevo, escuché su silencio, no dijo nada más
Le dije:
-Entonces piensas quedarte ¿o qué?
Bueno, si es así te mando compania si deseas platicar, puedes sentarte ahi toda la noche con mi soledad.
A lo que me respondió:
-Solo estaré un rato, luego me iré, no hace falta tu fingida hospitalidad
Has cambiado, ya no eres el mismo pero no te sientas cómodo que te seguiré visitando y muchas veces hasta vendré seguido.
Y le dije:
-¡Adelante! las puertas están abiertas para ti, total me da igual, ya no puedes romperme en más pedazos, ya no queda más esperanza que quemar, a mis cenizas ya no las puedes despedazar mas, mi corazón es una piedra, por más que lo intentes no le harás ni un rasguño, me da igual si vuelves, de ti ya no huyo.
Te espero con una copa, quédate el tiempo que quieras, mas no esperes verme en suelo agonizando o de duelo, no pienso regalarte una sola lágrima más.
Ven cuando quieras que aquí te voy a esperar con mi querida soledad...
-Paul T Carrillo.