12/12/2024
I VÍSPERAS - NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, Patrona de América Latina
Fiesta. En México: Solemnidad.
Según una constante y sólida tradición, la imagen de la Virgen de Guadalupe, a raíz de su impresión en la tilma del indio Juan Diego en 1531, en la ciudad de México, permaneció algunos días en la capilla episcopal del obispo fraile Juan de Zumárraga, y luego en el templo mayor. El 26 de diciembre de ese mismo año fue trasladada solemnemente a una ermita construida al pie del cerro del Tepeyac. Su culto se propagó rápidamente e influyó mucho para la difusión de la fe entre los indígenas. Después de habérsele construido sucesivamente otros tres templos al pie del cerro, se construyó el actual, que fue terminado en 1709 y elevado a la categoría de basílica por san Pío X en 1904. En 1754, Benedicto XIV confirmó el patronato de la Virgen de Guadalupe sobre toda la Nueva España (desde Arizona hasta Costa Rica) y concedió la primera misa y Oficio propios. Puerto Rico la proclamó su Patrona en 1758. El 12 de octubre de 1895 tuvo lugar la coronación pontificia de la imagen, concedida por León XIII, el cual había aprobado un año antes un nuevo Oficio propio. En 1910, san Pío X la proclamó Patrona de la América Latina; en 1935, Pío XI la nombró Patrona de las Islas Filipinas; y, en 1945, Pío XII le dio el título de Emperatriz de América.
La veneración a la Virgen de Guadalupe despierta en el pueblo una grande confianza filial hacia ella, ya que se presenta solícita para dar auxilio y defensa en las tribulaciones; es, además, un impulso hacia la práctica de la caridad cristiana, al mostrar la predilección de María por los humildes y necesitados, y su disposición por remediar sus angustias.
Las I Vísperas sólo se dicen en México y en aquellas iglesias en las que la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe se celebra como solemnidad.
ÁNGELUS
V. El ángel del Señor anunció a María.
R. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María...
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María...
V. El Verbo de Dios se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María...
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
Oración: Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Como a Belén llegaste a dar a luz a tu Hijo,
del Padre la sustancia, de tu carne vestido,
al Tepeyac desciendes por engendrar al indio
al amor de una patria y a la fe en Jesucristo.
A prueba de unas rosas nacidas del invierno,
tú pides que se erija en la colina una templo;
de tu vientre nos naces a doble alumbramiento,
flor de patria mestiza y fruto de Evangelio.
Diego cree que en su ayate una carga de rosas,
que a vista del obispo como argumento arroja;
sólo una Rosa impresa de tez morena asoma,
a pinceles pintada por Quien pintó la aurora.
Danos la paz y el trigo, Señora y Niña nuestra,
una patria que sume hogar, templo y escuela,
un pan que alcance a todos y una fe que se encienda
por tus manos unidas, por tus ojos de estrella. Amén.
SALMODIA
Ant. 1 ¿Qué es esto que sube del desierto, como nube de incienso y de mirra y de perfumes preciosos?
- Salmo 112 -
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 1 ¿Qué es esto que sube del desierto, como nube de incienso y de mirra y de perfumes preciosos?
Ant. 2 Brotan flores en el páramo, y las colinas se ciñen de alegría.
- Salmo 147 -
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de Ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
té sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 2 Brotan flores en el páramo, y las colinas se ciñen de alegría.
Ant. 3 Será como huerto bien regado, como manantial cuyas aguas nunca faltan.
Cántico Ef. 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas
tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 3 Será como huerto bien regado, como manantial cuyas aguas nunca faltan.
LECTURA BREVE Ap 11, 19-12, 1
Se abrió el santuario de Dios en el cielo, y apareció el arca de su alianza en el santuario, y se produjeron relámpagos, fragor de truenos, temblor de tierra y fuerte granizada. Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.
RESPONSORIO BREVE
V. Transformará el desierto en un jardín, y hará brotar fuentes de la roca.
R. Transformará el desierto en un jardín, y hará brotar fuentes de la roca.
V. Habrá allí regocijos y cantos de alegría
R. Y hará brotar fuentes de la roca.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Transformará el desierto en un jardín, y hará brotar fuentes de la roca.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Soy morena pero hermosa, como las tiendas del desierto, como los pabellones de Salomón, pues el sol me ha bronceado.
Cántico de la Santísima Virgen María Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes
por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
--como lo había prometido a nuestros padres--
en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Soy morena pero hermosa, como las tiendas del desierto, como los pabellones de Salomón, pues el sol me ha bronceado.
PRECES
Elevemos nuestras súplicas a Dios, que quiso enviarnos a la Santísima Virgen María para darnos consuelo en nuestras p***s y llevarnos hacia él; pidámosle confiadamente:
Concédenos su amor, auxilio y defensa.
Tú que has hecho surgir a la Santísima Virgen María como el sol sobre los montes para iluminar a tu Iglesia,
haz que, bajo el influjo de su belleza y de su amor, reine la justicia y la paz en todo el mundo.
Señor, Dios nuestro, que quisiste que la Madre de tu Hijo imprimiera su figura en el ayate del indio Juan Diego y tomara nuestros rasgos,
haz que copiemos en nosotros sus virtudes y su amor hacia los pobres y desamparados.
Tú que, por medio de María, convertiste la aridez del Tepeyac en jardín florido y perfumado,
trasforma a nuestro pueblo, por medio de ella, en un plantío fecundo de verdaderos cristianos.
Haz que aprendamos de Juan Diego la sencillez y la humildad,
la constancia en el sufrimiento y la fidelidad a tu santísima Madre.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que has constituido a la Virgen María como protectora de todos los que la invoquen y en ella confíen,
haz llegar la luz de su consuelo hasta los miembros de tu pueblo santo que ya han salido de este mundo.
Unidos fraternalmente bajo la protección maternal de María, digamos a Dios con profunda confianza filial:
Padrenuestro
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, que has concedido a tu pueblo la protección maternal de la siempre Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, permanecer siempre firmes en la fe y servir con sincero amor a nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.