27/02/2022
LOS BORREGOS DEL PUENTE "CALAPA"
| Esta historia fue compartida por el ilustrador DanyaelArt sobre una aterradora experiencia ocurrida en el Puente Calapa de la Autopista Cuacnopalan - Oaxaca
Era ya algo tarde,más o menos como las 10:30 de la noche, cuando íbamos viajando en coche hacia Oaxaca por la supercarretera; y antes de pasar el puente Calapa, había una desviación para poder detenerse ahí a tomar fotos.
La noche en donde no hay luz es hermosa, las luces de las estrellas y la luna iluminan todo y deja ver el esplendor del cielo y de lo que guarda esos cerros, perdidos entre saguaros.
Recuerdo que bajé y hacía frío y, en temporada baja, son muy pocos carros los que bajan esporádicamente, así que el sonido de el viento corriendo por ahí, en el desfiladero que termina en un pequeño río es todo lo que se escucha.
Bajé y tomé aire, aspiré profundo, y me senté en la mini cornisa que estaba por ahí y me tomé una coca mientras estiraba los pies.
Estuve un rato, mirando simplemente, todo lo que se ve, son sombras por la noche, algún atisbo de la luz de la luna deja entrever las columnas del puente, inmensas y colosales para poder hacer esta mega construcción.
Hay momentos en los cuales la tranquilidad pasa, y sientes que algo no anda bien, que hay algo que no te da confianza. Un frío que te recorre la espalda.
Así lo sentí.
El aire se sentía pesado y comenzó a hacer más frío; en eso, escuché como unas piedras sonaban. Busqué de dónde era, y eran un par de chivos y unos borregos. Vamos, es común que dejen al ganado estar por acá, pero, ¿A estas horas?
Nada de cuidado, salvo que iban bajando... hasta que se detuvieron en seco. Como si algo los asustara, como si algo no les gustara...como si algo estuviera ahí, viéndolos.
En mi pendejez, quise ver a que le estaban teniendo miedo, me asomé y... nada. Todo vacío.
Sólo eran las columnas de el puente lo que se llegaba a ver.
Decidí regresar al carro, cuando salieron corriendo los animales cerro arriba.
Sacado de onda, me asomé y sí, iban corriendo.
De desmadre me asomé a ver las columnas de nuevo y ahí, en la noche, hasta abajo, al parecer había alguien.
Pensé que solo era un efecto de pareidolia*, por la distancia, pero no. Algo se movía ahí. Alguien estaba ahí abajo. El dueño de los animales pensé.
Total, no era muy tarde que digamos, si acaso 10:45 en ese momento.
Me disponía a dar la vuelta e irme, pero, sonó alguien gritando: —¡¡¡Ya no más, por el amor de tu mamacita ya no mas!!!—
Totalmente sacado de onda, me asomé a ver que era.
Resulta que la persona que estaba abajo, tenía un objeto como un palo, prendido en fuego, pegándole a las columnas mientras se reía.
Brincaba, y se reía mientras les pegaba con una fuerza que sonaba hasta donde estaba yo.
Pero, él no era quien se quejaba.
Cada que le pegaba a las columnas sonaba...
Hasta que viendo bien, de las columnas se asomaban miembros de personas, manos, pies, y todo y era donde pegaba y se reía...
Hasta que dejó de hacerlo y se quedó quieto riendo.
A este momento ya la sensación era de un miedo horrendo, no quería estar ahí y decidí subirme al carro y largarme de ese lugar.
Aún a pesar de que pasaría por encima de donde estaba pasando todo eso.
Lo hice y aceleré...
A la mitad del puente, solo vi que estaba el ganado que iba cruzando del lado izquierdo de la carretera...
Los rebasé y al espejear me percaté de que iba uno de esos chivos atrás del mini rebaño... pero ese chivo iba en dos patas, mientras los demás, los borregos, tenían cabezas de personas y se iban quejando.
Aceleré más y con la debida precaución, no me detuve hasta Coixtlahuaca. Me detuve en los baños de ahí, salí por un agua a una tiendita cercana.
La señora que me atendió me vio y me preguntó que que había sucedido así que le comenté mi experiencia.
Después de escucharme, me dio a beber un madrazo de mezcal y me dijo:
—Ay joven. Cada que hacen carreteras, puentes, o túneles, los
ingenieros ya saben, que hay que ofrecerle algo al dueño de esas tierras, para que no se caigan.— comenzó a explicar aquella señora,
— Éste, les ofrece trabajadores y hace pasar todo por un accidente, estos mueren y sus cadáveres son emparedados en los cimientos de las construcciones para que sus almas sean el pago de todo lo que se construyó—, continuó con su relato.
— A veces, la cosa mala va a divertirse con ellos, total, el ya es dueño de sus almas y cuerpos. Lo que usted vio es su ganado personal, algo con lo que se divierte. Al menos, no le tocó verlos en el túnel...— la señora hizo una larga pausa.
— Ese túnel se ha caído muchas veces, por que el ingeniero no quiso pagar, por eso se ha llevado a muchísimas personas... Ay hijito que bueno que no te toco ver al malo de frente, si no, serías un borrego mas.—
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