29/07/2024
VOLVER A CONFIAR
Paco Palafox
Amar es darle el poder a una persona de destruirte y la confianza de no hacerlo.
Pasar el tiempo, entre dar y recibir, con las balanzas propias que a veces no están a nuestro favor, "un poco desequilibradas", pensamos, "un tanto amañadas".
Después de tanto entregar como si fuera una batalla de amor, una competencia de corazones, de emociones a fuego cruzado sin saber a dónde van los sentimientos.
¿Cómo va el otro?, ¿cómo llega la decepción?, ¿cómo es que de pronto se siente la puñalada por la espalda que nunca esperábamos? ¿Cómo es que desconfiamos de quién tanto esperábamos?
Empezar a dudar es saberse en el filo de la muerte, de ese paro cardíaco de la relación, es como estar en medio del abismo, como saber que vas a morir y sin embargo no hacerlo, pero como siempre, la agonía duele más que la muerte.
Es esa confianza la que ya no crees tener, la que crees perder desde la primera vez que en plena inocencia entregas el corazón y un pedazo de alma, creyendo que esto iba a ser para siempre, creyendo que ese amor duraría para toda la vida.
Pero obviamente no es así, no dura para toda la vida y la vida puede ser mucho, puede ser un total de momentos que nacen y se mueren, simplemente es así, momentos, aprendizajes, vivencias, y el dolor que causa vivirla cuando la queremos vivir solos, con nuestras propias decisiones, con nuestras propias emociones.
Después de haber entregado esa vida por vez primera y sentir que eso era todo, ¿cómo tener confianza de entregarla de nuevo?
La confianza perdida y la confianza recuperada
Entonces entras en la vida adulta, o casi adulta, a lo que muchos llaman “madurar”, y de pronto, a la vuelta de la esquina, en ese café, en las redes virtuales o en las sillas ultimas de la iglesia, encuentras a ese ser que crees que "ahora sí es la persona idónea", como en las películas, como en los cuentos, como en las predicaciones rosas de amor, donde nada muere donde “fueron felices para siempre”, donde se vieron y una luz del cielo hizo sentir “es esa persona para ti”, puede que sea así, tampoco seamos tan faltos de fe, pero eso no lo sabes, no lo sabes hasta que te rompen el corazón en varios pedazos.
Cuando entregas el alma, el tiempo, y muchas veces el cuerpo, cuando entregas esos sueños, esas ilusiones, esas oraciones que confundiendo la respuesta, confiaste que era en esa persona en quien podías agradecerlas, confirmarlas y depositarlas. Las tenias guardadas, las tenias reservadas, esas confianzas que de tanto guardar crecieron solas, y no cabían dentro de ti, confiaste y entregaste, por una simple y sencilla razón, por simple y sencilla que es la vida, tu vida, por esos momentos que pensamos que son pequeñas eternidades llenas de luz y que se convierten en tinieblas.
“Toma mis restos toma mis momentos toma lo que soy y transfórmalo, renuévalo”.
Lo primero es volver a poner la confianza en Dios, en su misericordia, en su gracia, en su perdón, en su renovación y en su dirección. esa sí es otra vida, la vida de lo eterno, de lo que va más allá de este mundo. Entonces después, pero un poco después, se repetirán las oportunidades, encontraremos opciones, conoceremos personas, estaremos con esa incertidumbre de volver a confiar, preguntaremos sin decir.
“¿Si te pido que me ames lo harás?, ¿Podré confiar que será para siempre?”.
Entonces con la madurez no solo de vivencias pasadas sino de un espíritu renovado, algo en nuestro interior escuchará esa voz, que nos dice esa persona sin decir.
“Debes saber que los cuentos eternos se quedan por fuera de este intento, que es eso, un intento, un intento de compartir esta vida, estos momentos que sólo se pueden hacer eternos si Él los tiene en su mano, ten por seguro que haré mi mejor esfuerzo pero ten por seguro que esto puede volver a caer”.
Y así, saliendo de mil cenizas aparecen los cimientos, de lo que construiste, de otras caídas y sobre todo de muchas decepciones, pero con materiales nuevos, espirituales, siendo una persona diferente, en Dios, una vez más intenta volver a confiar.
“¿Si te pido que me ames, lo harás de nuevo?”
Y la otra persona parece responder: "yo estoy dispuesto a armarme de valor por ti, a tenerte en mi brazo y no dejarte caer aunque caiga en el intento".
Esto es un pequeño trato con verdades a medias si la vida está a medias con Dios, pero si la verdad está en los dos, las mentiras se callan, se salen de la relación, se olvidan, se mueren, porque donde no está Dios, no hay vida.
Porque para confiar de nuevo, primero debo confiar en Dios, para confiar en la otra persona debo saber que hay enormes posibilidades de lastimarse de nuevo, uno al otro, sin desequilibrar la balanza, pero también están las posibilidades de ser felices “para siempre”, y en esas vamos a poner nuestro esfuerzo, nuestra confianza confiando en Dios.
Salmos 37.5
SI perdiste al confianza, atrévete a confiar de nuevo, confiando en Dios, de eso se trata la vida.
Escrito Julio 2016