03/08/2024
Para mis amigos pozarricos, hoy no hay foto de comida, solo este recuerdo.
Caminaba hoy por la mañana en La Mina, más bien andaba de compras, y me topé con esta imagen al fondo de la calle Simón Bolívar. De inmediato me trajo recuerdos de hace más o menos medio siglo, cuando cerca de mi casa, en la colonia Revolución había un pozo petrolero.
Día y noche se erigia majestuoso, con obreros trabajando incansablemente para extraer el crudo que nos había dado por muchos años, el sobrenombre a Poza Rica de "La capital petrolera de México".
En el día a veces, cuando el sol caía a plomo, con un bochorno tremendo por los aguaceros que ya se sentían en agosto, los petroleros detenían temprano su trabajo. Solo se escuchaban apenas unos motores, pero la actividad bajaba considerablemente.
Por las noches volvían a trabajar, recuerdo que al lado del pozo estaba un campito de fútbol, el "Luciano Santes" nombre de aquel entrenador de ahí de la colonia, "Don Chano" que se movía en una silla de ruedas porque no tenia piernas.
Cuando caía la oscuridad, en los alrededores del pozo encendían las potentes lámparas y se iluminaba todo alrededor, hasta el campito donde salíamos la palomilla a jugar fútbol hasta ya tarde, no había problema porque como era sábado, al día siguente no teníamos que ir a estudiar a escuelita "Aquiles Serdán" que aun sigue ahí al lado.
A veces nos "agarraba" el aguacero pero nadie se salía del campo, "La changa", "la brocha", "King kong", "el pulpo, "la araña", "el ebrio", "el marciano", toda esa fauna de la colonia seguíamos ahí jugando entre los charcos y nadie se enfermaba, si acaso una gripa con calentura (no se llamaba fiebre entonces) que las jefas nos la quitaban con unas pastillas que se llamaban "Conmel" o los más conocidos, el Desenfriol D. También estaban aquellos que decía su slogan, "Mejor, mejora, Mejoral".
Dejaba de llover y quedaban las calles con lodo de ese amarillo, no habia pavimento ni banquetas. Las lagunas estaban llenas de "gusarapos" y algunas culebras las cuales aplastabamos con nuestras botas de hule con figuras y tacón vaquero. Nunca me gustaron, pero me las tenía que poner para ir a la escuela.
A veces los petroleros nos regalaban agua fría que llevaban en termos y también les pediamos "queroseno" o petróleo crudo que acarreabamos en cubetas para la casa, no servía de mucho porque no encendía tan fácilmente.
Eran tiempos bonitos, como chamacos que eramos, que nos gustaba ir a vagar a las pozas que había atrás del Cbtis 78, a las granjas de pollo o a cortar naranjas, puanes o capulines, también íbamos a traer heno en época de Navidad para poner el arbolito, que más bien era una rama cubierta de algodón y unas cuantas esferas y la estrella de hasta arriba, que era la misma de cada año.
Hoy poco o nada queda de eso, el campito nos lo quitaron y ahora están unos edificios, las pozas fueros cubiertas y construyeron enormes casas, los potreros ya sin monte, vaya ni garrapatas ni piojos hay creo, nuestros viejos ya se fueron, solo quedan recuerdos como estos tan lindos que, esos, nunca se van a ir de mi memoria.
Y como dice la nana Goya, "esta historia continuará".
PD. Si quieren compartir una anécdota, adelante por favor.