19/03/2024
Comenzaba la noche, la sutileza de la luz en aquel lugar tan acogedor, unos tragos de cerveza que me incitaban y desinhibían, pasaban las horas, me tenía seducida tu sonrisa, ya estaba apresada en tu cuerpo embriagador, captaste mi atención con tu pertinaz mirada en el mismo instante en que te volteé a ver, te gocé en una danza, sintiendo tu abdomen y el movimiento de tu pelvis a ritmo de una seductora salsa, te tuve tan cerca, era inevitable rozar mi entrepierna en cada acercamiento sintiendo tu virilidad torturándome deliciosamente. Anochecía y cada vez bajaba más la temperatura, mi cuerpo estaba confundido, erizado por la mezcla de frío y excitación. Mis gritos silenciosos anhelando sentirme en tu cálido ser, haciéndome temblar como una campana de cristal, sin prisas ni aliento, en un tiempo inmoral…
desde esa noche permanezco inquieta, perturbada,
excitada al recuerdo, buscando condensar mis sueños.
©Betty Fernández Nájera