28/02/2024
En pleno auge negocio de propiedades en renta
Si bien por décadas el esquema tradicional para uso habitacional dominó el mercado, hoy en día el sistema de estancias cortas vive un gran momento dado los beneficios que reporta. Antes de inclinarse por uno u otro modelo, los arrendadores deben conocer a detalle cada una de estas opciones.
El esquema de rentas de larga temporada ha sido durante mucho tiempo la manera más común de alquilar una propiedad. Una de las mayores ventajas que ofrece a los dueños es, sin duda, poder disfrutar un ingreso fijo constante. Al elaborar contratos de manera anual, se tiene mayor certeza de percibir una cantidad determinada a lo largo de 12 meses. Además, cada año, el precio de la renta aumenta de acuerdo con la inflación.
Una vez que se encuentra a un inquilino, se dedica menos tiempo a la administración de la casa o departamento en cuestión, pues no hay que supervisar la entrada y salida periódica de usuarios. De hecho, el propietario puede hacerse cargo de la gestión o, bien, delegarla a una persona dedicada a ello. Si desde un principio se formula adecuadamente un contrato de arrendamiento y se cumple con la normativa, los dueños de las propiedades quedan protegidos ante posibles incidentes, ya que el servicio de alquiler está regulado por las leyes. Dicho acuerdo sirve como defensa para ambas partes (propietario e inquilino), pues quedan establecidos derechos, obligaciones y sanciones.
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Los propietarios que apuestan por este esquema enfrentan unos cuantos retos. Entre los principales está encontrar a un buen inquilino, quien no solo pague el alquiler de manera puntual, sino también que trate el inmueble con respeto y sea considerado con los demás vecinos.
Lo anterior puede provocar que alquilar la casa o departamento conlleve más tiempo del esperado, sobre todo por la serie de trámites y requisitos que deben cubrir los arrendatarios (principalmente contar con un fiador con un bien inmueble en la zona geográfica donde se busca rentar).
Especialistas de la plataforma inmobiliaria La Haus advierten también sobre tener menos flexibilidad en cuanto a la disponibilidad de la propiedad, ya que una vez que el dueño firma el contrato de arrendamiento, no podrá hacer uso del inmueble durante dicho periodo, o de lo contrario, podría enfrentar situaciones legales.
La demanda de rentas de corta estancia sigue creciendo en las grandes urbes como CDMX, Guadalajara o Monterrey, debido principalmente al flujo tanto de nómadas digitales como de viajeros. “Cada vez más extranjeros llegan a México, por lo que se abren muchas oportunidades para el sector de arrendamiento”, indica Caterine Castillo, especialista en tecnología para el mercado inmobiliario, quien considera que deben eficientizarse los procesos de alquiler, así como quitar trabas que entorpecen la renta de propiedades.
Entre las ventajas que resultan atractivas para los arrendadores se encuentra poder cobrar precios por noche y así obtener ingresos mensuales más elevados, en comparación con el esquema tradicional. Las llamadas temporadas altas (como Semana Santa, verano o Navidad) permiten cobrar una tarifa mayor debido a la demanda. Mientras que en épocas de baja ocupación, los propietarios pueden hacer uso personal del inmueble.
Además, las plataformas especializadas en cortas estancias permiten conocer un poco a los futuros inquilinos pues, por lo general, cuentan con valoraciones por parte de otros dueños, así como con filtros de registro.
Sin embargo, este esquema también presenta inconvenientes, relacionados sobre todo con los ingresos y la gestión de las unidades. Si bien cobrar tarifas por noche representa una ventaja respecto a la renta tradicional, nadie asegura que la casa o departamento se alquilará durante todo el año. Incluso, en temporadas de baja demanda puede ser necesario bajar el precio para atraer a más usuarios. Los clientes que optan por esta modalidad prefieren, sobre todo, inmuebles con amenidades como terrazas, balcones, gimnasio o alberca. De no contar con éstas, el proceso de alquiler se complica. Comúnmente, en este tipo de renta son los propietarios quienes se encargan de cubrir los gastos de luz, agua, gas e internet, contrario a las de uso habitacional, en las que los arrendatarios asumen el pago de dichos servicios.
El sistema de corta estancia exige más tiempo de los propietarios. Es necesario estar al pendiente de los requerimientos o problemas de los inquilinos, así como ocuparse de la limpieza cada que ingresa alguien nuevo y llevar a cabo una revisión periódica de las condiciones del inmueble. Entre más personas hagan uso de la propiedad, hay mayor posibilidad de afectaciones.
Decidirse por uno u otro esquema depende de diferentes factores, entre ellos se consideran la ubicación del inmueble y las condiciones en que se encuentre, además de los objetivos del propietario: si busca generar más dinero por el alquiler de la vivienda destinando tiempo a su gestión o si prefiere mayor estabilidad y menos riesgo con inquilinos a largo plazo.