22/06/2024
Lisi Fracchia. La historia de la argentina que era profe de inglés y terminó diseñando joyas para la realeza
Un diseño de su autoría fue lucido recientemente por Máxima Zorreguieta y se viralizó en redes. Te contamos la historia de esta argentina que vive en España y diseña joyas que lucen varios integrantes de la realeza europea.
María Luisa “Lisi” Fracchia es argentina, oriunda de Cipolletti (Río Negro) y hasta sus 35 años se desempeñaba como profesora de inglés en escuelas y empresas petroleras de la zona. Si en ese entonces alguien le hubiera vaticinado que años más tarde diseñaría joyas que serían lucidas por celebridades e integrantes de la realeza europea, probablemente ella se hubiera reído escéptica, pero las pasiones y vocaciones pueden aparecer en los momentos menos pensados, y su historia de vida es prueba fehaciente de esta afirmación.
Un giro inesperado
En 2005 la vida de Lisi dio un giro determinante para su futuro profesional, aunque ella en ese entonces no era totalmente consciente de ello. Por cuestiones laborales, su marido fue trasladado a Madrid y la familia completa (matrimonio e hija) se instaló en el país extranjero donde Lisi continuó desempeñándose como profesora de inglés.
María Luisa “Lisi” Fracchia es argentina, oriunda de Cipolletti (Río Negro) y hasta sus 35 años se desempeñaba como profesora de inglés en escuelas y empresas petroleras de la zona. Si en ese entonces alguien le hubiera vaticinado que años más tarde diseñaría joyas que serían lucidas por celebridades e integrantes de la realeza europea, probablemente ella se hubiera reído escéptica, pero las pasiones y vocaciones pueden aparecer en los momentos menos pensados, y su historia de vida es prueba fehaciente de esta afirmación.
Un giro inesperado
En 2005 la vida de Lisi dio un giro determinante para su futuro profesional, aunque ella en ese entonces no era totalmente consciente de ello. Por cuestiones laborales, su marido fue trasladado a Madrid y la familia completa (matrimonio e hija) se instaló en el país extranjero donde Lisi continuó desempeñándose como profesora de inglés.
Daba clases a los ingenieros que trabajaban en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (famosa por la serie La Casa de Papel) y en empresas como Repsol, hasta que quedó embarazada de su segunda hija y la necesidad de hacer reposo la llevó a buscar una nueva manera de mantenerse ocupada.
“Estoy acostumbrada a trabajar mucho; cuando quedé embarazada de mi segunda hija, no podía seguir con el mismo ritmo, pero necesitaba seguir ocupada de alguna manera. Por mi profesión, siempre viajé mucho; y cuando viajaba, me volvía con valijas llenas de libros, porque antes no era como ahora que podés comprarlos online. Y si tenía que mirar algo más, siempre miraba zapatos o bolsos, pero nunca joyas. Sí, en cambio, me llamaban la atención las piedras sueltas. De todos los viajes me traía algunas que me llamaban la atención y las tenía de adorno. Así que cuando me puse a pensar qué podía hacer, me dirigí al Instituto Gemológico Español, que además me permitían tomar clases llevando a mi hija”, cuenta Lisi.
Fue en el Instituto Gemológico Español donde Lisi encontró su verdadera vocación. “La pasión que le pone el profesor que da la clase suele ser determinante, y en mi caso hizo que me apasionara por este nuevo mundo que hoy es mi profesión, pero del que realmente no sabía nada en ese momento”, apunta.
Después de completar su primer curso, Lisi continuó formándose en gemología y enfilado de perlas hasta que un nuevo traslado familiar la llevó a mudarse a Brasil. Una vez instalada en su nuevo hogar, intensificó sus estudios de gemología y orfebrería, escribió dos libros sobre diamantes y gemas de color, y ganó varios premios que la llevaron a aparecer en prestigiosas revistas como Elle y Vogue, un reconocimiento que le abrió puertas y consolidó su reputación en el mundo de la joyería. Cuando su carrera comenzaba a despegar en Brasil, en 2014 volvieron a mudarse a España.
A la semana de regresar a Madrid, se acercó otra vez al Instituto Gemológico y sus colegas la convencieron de que se anotara en el concurso de joyería de Iberjoya (hoy conocido como Madrid Joya), una de las ferias más importantes de Europa. Contra sus expectativas, ganó el concurso, y esto marcó el comienzo de su carrera profesional en la joyería. “No lo podía creer”, comenta Lisi. “Tuve que hacer tarjetas, anotarme en la DGI, porque hasta ese momento yo lo hacía como hobby”, suma.
Desde ese momento comenzó a tomar pedidos especiales, lanzar colecciones y participar de todas las ferias posibles. Hoy su marca Lisi Fracchia Joyas tiene renombre mundial y sus modelos son elegidos por celebridades y miembros de la realeza europea.
“Puse joyas en los premios Oscar, en los Goya, los Latin Grammy, en los premios Platino, en el Festival de Cine de Málaga, estuve en Cannes. Trabajo muchísimo”, cuenta.
En 2018, la reina Letizia de España lució unos pendientes diseñados por Lisi y su carrera tuvo una explosión mediática. Se trató de unas piezas únicas confeccionadas con esfalerita española.
“La esfalerita es una de las gemas más tradicionales e importantes de España, pero no se usa en joyería porque es muy difícil de trabajar. Yo soy una de las únicas que tiene una colección con esta gema porque me encanta”, dice.
También diseñó piezas para la reina Sofía de España, las infantas, condesas y otras importantes figuras que ella prefiere mantener en secreto, a menos que se trate de casos que hicieron públicos los medios o los protagonistas en cuestión.
-Hablame del brazalete de Argentina que lució Máxima Zorreguieta hace poco y se viralizó en redes. ¿Cómo llegó a ella? ¿Fue un encargo especial?
–No. De su majestad la reina Máxima me enteré porque me etiquetó una influencer de Londres. Yo tengo venta online, entonces hay un montón de piezas que no sé para quiénes van. Esa foto fue un boom. Se hizo viral en TikTok y en Twitter, me dijeron, porque yo no tengo nada de eso y después, bueno... salió en más de 60 medios de prensa, de Estados Unidos, de Europa, y también en varios medios de Argentina. Así que muy feliz, porque la visibilidad que te da eso es tremenda, así que muy agradecida. Además, lo lució justo en una visita oficial.
–¿Cuánto se tarda en hacer un brazalete como ese y cuál es el precio de venta?
–Es un brazalete de Argentina que tiene las Malvinas colgando. Lo aclaro porque algunos comentaban ‘qué lástima que no haya incluido las islas’, pero sí están. Están colgando en una chapita, de un lado están las Malvinas y del otro lado está mi logo. Eso lo hice así porque si no no se podían agregar y no quedaba con forma armoniosa el brazalete. Ese modelo está realizado en plata 925 y tiene un enchapado de oro amarillo de 18 quilates. Para hacer este brazalete tardamos casi dos meses. Son piezas artesanales que tienen su proceso de fabricación y que demoran. Ese cuesta entre 1.200 y 1.300 euros, pero hay otras opciones más accesibles.
–¿Te gustaría vender tus joyas en Argentina?
–Claro. La importación-exportación no estaba tan fácil, pero ahora parece que sí. Teóricamente, en diciembre contaríamos con puntos de venta en Argentina. No sé si van a ser en hoteles, o si va a haber un punto fijo, o con diseñadores de ropa, no lo sé aún.
–Argentina está recurrentemente presente en tus trabajos. ¿Qué es lo que más te inspira de tu país?
–Yo lo que quiero es dar a conocer el país con las colecciones que creo, que la gente se interese. Que vea el nombre de la colección y que a través de eso vaya a descubrir por qué se llaman así y se encuentren con los paisajes de Argentina, que son una maravilla. Tengo colecciones inspiradas en el sur, una que se llama Amancay, nombre de una flor típica; otra llamada Glaciares patagónicos, Atardecer en el fin del mundo, Arcoíris del Litoral. Y ahora estoy trabajando en otra que va a estar inspirada en Jujuy. También tengo otra colección que se llama “Destellos del Colón”, con sortijas espectaculares que son un homenaje a todos los artistas que pasan por el teatro Colón.
–Parte de tu corazón todavía está en Argentina.
–Siempre. Eso siempre.