18/01/2023
Recordamos esta historia: "Durante la década de 1950, cuando el vinilo era escaso, en la Unión Soviética se hacían grabaciones en radiografías rescatadas de la basura de los hospitales. Música occidental prohibida, jazz y rock. Se cortaban con tijeras, el agujero se abría con un ci******lo y se ofrecían clandestinamente en las calles.
Placas de rayos X reutilizadas como base para discos extraños que vendían en secreto. En una era en la que la industria discográfica era controlada por el estado, encontraron un medio increíblemente atrevido para hacerlo: construyeron sus propias máquinas de grabación y utilizaron radiografías desechadas en los contenedores de basura de los hospitales. El proceso de producción era muy artesanal, ya que incluía el recortado –normalmente a mano– de la radiografía, perforar el agujero del centro –normalmente con un ci******lo– y grabar los surcos con la música usando un dispositivo que leía el disco original.
Conocidos como «costillas», «música en costillas», «discos de huesos» o roentgenizdat, no sonaban muy bien y no duraban mucho, pero hoy en día son una curiosa reliquia de una época pasada y de sus circunstancias, que además, según sea el recorte de la radiografía, una extraordinaria obra de arte que secretamente contenía música plasmada literalmente sobre la estampa del sufrimiento humano... arte clandestino, prohibido...".