07/01/2023
¡SE RECOMIENDA DISCRECIÓN!😱😳
Hola, me llamo Martín y hasta hace unos meses trabajé en el aeropuerto de CIUDAD JUÁREZ porque en ese entonces hacía mis prácticas profesionales de la carrera. Yo hacía este servicio en una de las aerolíneas y mientras estaba trabajando me abordó una mujer de mediana edad y me dijo con una voz entrecortada “joven, ¿podría ayudarme a ver a que hora saldrá mi vuelo?”; yo en mi papel servicial salí de mi área de trabajo y le pedí que me acompañara a las pantallas donde anuncian las salidas de cada uno de los vuelos. Al acercarnos, le pregunté que a qué ciudad se dirigía, pero al voltear para verla ya no se encontraba ahí. Confundido volteé a varios lugares para tratar de buscarla, pero ya no la encontré por ninguna parte por lo que regresé a mi lugar de trabajo sin darle mayor importancia.
Al cabo de un rato, casi al terminar mi turno de trabajo y muy cansado, se acercó la misma mujer a hacerme exactamente la misma pregunta de hacía unas cuentas horas; “joven, ¿podría ayudarme a ver a que hora saldrá mi vuelo?”. Volteé a ver a la mujer nuevamente y esta vez con un tono molesto le contesté “¿aún sigue aquí señora?” a lo que me respondió “sí, disculpe usted, estoy atrapada aquí y no he podido irme”. Dicho esto sentí un poco de verguenza conmigo mismo al darme cuenta que tal vez había perdido sus vuelos. Se veía que era una persona un poco mayor y a la gente de la edad de ella les suceden estas cosas con mucha frecuencia. Nuevamente la llevé a las pantallas pero en esta ocasión no la perdí de vista. Al llegar hasta ahí le pregunté que a donde se dirigía su vuelo, y confundida me respondió “en realidad no lo sé” y comenzó a buscar en su bolso un boleto de abordar. Ahora, más molesto que al principio, le dije “como no va a saber hacía donde se dirige señora” y ella con un poco de pena me volvió a contestar “es que estoy atrapada aquí, no puedo irme”. Me molestó porque creí que estaba jugando y me fui dejándola ahí. Realmente no le había prestado atención porque eran días de mucho trabajo y lo menos que me importaba era si alguien había o no perdido su vuelo.
Al día siguiente, como de costumbre, llevé a uno de mis compañeros a su casa a la salida pues me quedaba de paso y él no llevaba auto. Entre la platica me preguntó que como había tomado la situación de la señora de ayer, a lo que le respondí que de que señora hablaba pues no estaba entendiendo a lo que se referia y me contesta “a la señora wey, ayer vimos que estabas con ella parada ahí en las pantallas. A todos ya nos pasó lo mismo, es una señora que tiene algunos meses apareciéndose”. Debo confesar que hasta ese momento yo siempre había sido una persona escéptica que le encuentra explicación a las cosas. Le contesté que se dejara de mamadas y que no creyera en estúpideces y solo me contestó “bueno pues tu sabes si me quieres creer wey” y cambiamos de tema.
Al pasar un tiempo entraron a trabajar conmigo un par de chicas. Unas semanas después de su entrada, yo me encontraba en mi auto ya listo para irme a mi casa, pero me sonó el teléfono y era una de esas chicas y llorando me pidió que si podía llevarla a su casa. Creí que se había peleado con su novio o algo así. Cuando me bajó del auto y entro al aeropuerto para ir por ella, volví a ver a la misma mujer que meses antes me había preguntado que a qué hora salía su vuelo. La vi ahí parada casi junto a mi compañera pero traté de darle una explicación lógica. Fui por mi compañera que aún estaba llorando, y a pesar de que le pregunté en varias ocasiones qué es lo que le había pasado, no me quería responder pues estaba en una especie de shock. En todo el camino ella no dijo ni una sola palabra.
Pasó el tiempo y no se volvió a hablar de estas situaciones extrañas con esa mujer. Hasta un día en una reunión en casa de un compañero, uno de nosotros sacó a relucir el tema de la señora: “¿qué tal el alma de la señora que está atrapada en el aeropuerto?” por lo que mi compañera que yo había llevado a su casa meses antes platicó como fue que la señora la abordó pero en este caso dijo que ella de inmediato se dio cuenta que era alguien fuera de este mundo y por eso su estado de shock.
Me sorprendió muchísimo que alguien más platicaba una historia tan similar a la mía, esperaba realmente impactado. Un compañero que tenía ya muchos años trabajando ahí explicó que en el 2020 hubo una balacera en el aeropuerto en donde desgraciadamente esa mujer murió de un infarto por el miedo al escuchar los balazos. Se dice que estaba esperando para entrar a su sala de abordar cuando entraron los sicarios a disparar a diestra y siniestra y ella murió del miedo. Al mostrarnos la foto de la persona mu**ta en esa balacera recordé de inmediato el rostro de la mujer que me preguntó por su vuelo. Era exactamente la misma persona.
Muchas personas la han visto, incluso yo, y desde esa reunión no hay ni un solo día en que por mi cabeza no retumbe la frase “es que estoy atrapada aquí, y no puedo irme”.