Iglesia Adventista del Séptimo Día Leona Vicario

Iglesia Adventista del Séptimo Día Leona Vicario Página Oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Leona Vicario. Central del Distrito III de Chetumal de la Misión Sur de Quintana Roo.

Pastor del Distrito III: Ptr. Moisés Nomelí Molina López

07/11/2024

HECHOS 11


Pareciera que el capítulo 10 y 11 de Hechos relatarán casi lo mismo. Era muy importante para el Apóstol Pedro ante la pregunta que le hacen al enterarse de lo acontecido en la casa de Cornelio: “¿Por qué has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos?” (Hechos 11:3). Es importante notar que esta pregunta la hacen los “que eran de la circuncisión”.

Entonces comenzó Pedro a contarles por orden lo sucedido, relatando lo que miró en visión, etc. La reacción de los que escucharon ese testimonio poderoso de Pedro fue: “Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios? Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida! (Hechos 11:17-18).

¿De qué forma un cristiano puede estorbar la obra de Dios?
Es triste y lamentable cuando las personas se bautizan escuchar expresiones de algunos creyentes como: Solo los están remojando, lo único que les importa es ganar un blanco de almas, pero sí esos ni preparados estaban, etc. Lo mejor que se puede hacer al ver los avances de la iglesia es orar por los proyectos misioneros, orar por los que van a buscar a los perdidos, orar por los líderes, guardar silencio y sobre todo involucrarse. Para que pueda haber un involucramiento sincero se necesita “estar lleno del Espíritu”. Hay que humillarse delante de Dios, pedir perdón si se ha mantenido una actitud semejante, suplicar la unción del Espíritu Santo, buscarlo y se recibirá.

En Antioquia la predicación del evangelio a los gentiles tuvo su mayor impacto. Los que habían sido dispersados después del apedreamiento de Esteban, se propusieron predicar solo a los judíos: “Hora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino solo a los judíos.” (Hechos 11:19).

Pero el Espíritu Santo sigue activo en la conducción de alcanzar a los gentiles: “Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor.” (Hechos 11:20-21).

“Y la mano del Señor estaba con ellos” Maravillosa descripción. Y se convirtió un gran número. Bernabé fue enviado para ayudar, este hombre era un, “varón bueno y lleno del Espíritu Santo y de fe” (Hechos 11:24). El éxito del Espíritu Santo a través de Bernabé fue notorio: “Una gran multitud fue agregada al Señor” (Hechos 11:24). Luego, invitó a Pablo, desde Tarso, donde estaba, y durante un año enseñaron juntos en Antioquía. Elena G de White menciona al respecto:

“La obra de Bernabé en Antioquía fue copiosamente bendecida y aumentó allí muchísimo el número de fieles. Al prosperar la obra, sintió Bernabé la necesidad de ayuda conveniente a fin de avanzar por las puertas abiertas por la providencia de Dios; y así se fue a Tarso en busca de Pablo quien, después de salir de Jerusalén algún tiempo antes, había estado trabajando en las comarcas de “Siria y de Cilicia,” anunciando “la fe que en otro tiempo destruía.” Gálatas 1:21, 23. Bernabé encontró a Pablo y le persuadió a que volviese con él como su compañero en el ministerio.” Hechos de los Apóstoles, pág.,127.

El Espíritu Santo todavía se encuentra presente en este mundo y desea encontrar cristianos dispuestos a ser utilizados plenamente por él. Es tiempo de orar e involucrarse en el cumplimiento de la misión, es tiempo de romper con formalismos y tradiciones religiosas y predicar a Cristo crucificado, resucitado y pronto a venir. Que nadie estorbe la obra de Dios.

Es tiempo de formar equipo con algún hermano (a), parejas misioneras. Y ser testigos de cómo Dios multiplica los esfuerzos evangelísticos y las almas se unen al pueblo de Dios.
Dios te bendiga.

07/11/2024

Temas del Evangelio de Juan
Lección 6. MÁS TESTIMONIOS ACERCA DE JESÚS
Para el 9 de noviembre de 2024

Una vez establecidos en Canaán, los israelitas se acostumbraron a celebrar con demostraciones de gran regocijo el flujo del agua dela roca en el desierto. En la época de Cristo esta celebración se había convertido en una ceremonia muy impresionante. Se realizaba en ocasión de la fiesta de las cabañas, cuando el pueblo de todo el país se congregaba en Jerusalén. Durante los siete días de la fiesta los sacerdotes salían cada día acompañados de música y del coro de los levitas, a sacar en un recipiente de oro agua de la fuente de Siloé. Iban seguidos por grandes multitudes de adoradores, de los cuales tantos como podían acercarse al agua bebían de ella, mientras se elevaban los acordes llenos de júbilo: «Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salud». Isaías 12:3…

El Salvador utilizó este servicio simbólico para dirigir la atención del pueblo a las bendiciones que él había venido a traerles… se oyó su voz en tono que resonó por todos los ámbitos del templo, diciendo: «Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre». «Y esto —dice Juan— dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él».

Juan 7:37-39. El agua refrescante… es un emblema de la gracia divina que solo Cristo puede conceder, y que, como agua viva, purifica, refrigera y fortalece el alma (Historia de los patriarcas y profetas, p. 437).

Aquel en quien mora Cristo tiene dentro de sí una fuente eterna de gracia y fortaleza. Jesús alegra la vida y alumbra el sendero de todos aquellos que le buscan de todo corazón. Su amor, recibido en el corazón, se manifestará en buenas obras para la vida eterna. Y no solo bendice al alma de la cual brota, sino que la corriente viva fluirá en palabras y acciones justas, para refrescar a los sedientos que la rodean (Historia de los patriarcas y profetas, pp. 437, 438).

¿Habéis agotado la fuente? —No; porque es inagotable. No bien sintáis vuestra necesidad, podéis beber, y beber otra vez; la fuente siempre está llena. Y cuando hayáis bebido una vez de esa fuente, no andaréis procurando apagar vuestra sed en las cisternas rotas de este mundo; no andaréis averiguando cómo podéis encontrar más placer, diversión y entretenimientos. No; porque habréis estado bebiendo de las corrientes que alegran la ciudad de Dios. Entonces vuestro gozo será pleno (Nuestra elevada vocación, p. 67).

06/11/2024

HECHOS 10


En este capítulo apreciamos la conversión de Cornelio, el centurión romano. También es muy interesante notar que el capítulo continúa el relato sobre el ministerio de Pedro que realizó en Jope: “Y aconteció que se quedó muchos días en Jope en casa de un cierto Simón, curtidor”. (Hechos 9:43). Pedro pronto no aparecerá más en escena y el libro de Hechos se centrará en la obra del espíritu Santo a través de Pablo. Aunque Pablo fue llamado el Apóstol a los gentiles, no debemos olvidar que fue Pedro quien abrió la puerta para éstos, yendo a la casa de Cornelio y presentando a todos los ahí reunidos el mensaje de la salvación por medio de Jesucristo.
“Había en Cesárea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo y oraba siempre a Dios.” (Hechos 10:1-2). Los hechos del Espíritu Santo siguen manifestándose en su plenitud, la iglesia Primitiva se expande y el Espíritu Santo alcanza a los gentiles a través de diferentes personas llenas del Espíritu Santo. Podemos apreciar cómo un gentil es impresionado por el Espíritu Santo y Pedro cumple una misión a pesar de los prejuicios que todavía tenía en contra de los gentiles.
Cornelio es el ejemplo de que hay muchas personas que son muy buenas. Incluso hay personas tan buenas que dicen yo no necesito a Dios, no tengo necesidad de asistir o pertenecer a alguna iglesia. No roban, no fuman, no matan, excelentes ciudadanos, buenos filántropos. Este no era el caso de Cornelio, quien era una persona piadosa, temerosa de Dios, un hombre de oración. Mejor que cualquier cristiano nominal. A Cornelio le faltaba lo más importante y vital para tener la salvación. Aceptar a Jesús como Salvador personal. Al mismo tiempo que Cornelio tenía esa necesidad, Dios necesitaba seguir preparando a uno de sus apóstoles, que tenía todavía sus prejuicios, en contra de los gentiles, bien arraigados.
Hay muchas personas buscando respuestas, pero no saben dónde encontrarlas. Dios se manifestó en la vida de este buen hombre: “Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. Él, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro.” (Hechos 10:3-6).

La visión del apóstol Pedro. Pedro se encontraba en la azotea de la casa donde estaba hospedado en Jope, para orar. Sintiendo hambre, contempló en visión un gran lienzo que descendía a la tierra en el que había toda clase de animales limpios e inmundos, y oyó una voz que le decía: "Pedro, mata y come". Su respuesta fue clara: "Señor, no, porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás". Esto se repitió tres veces (versículos. 13-16). "Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí, sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, llegaron a la puerta" preguntando por él. "Y mientras meditaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende, y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado" (Hechos 10:17-20).

Para el apóstol Pedro quedó bien claro lo que esta visión significaba. No se trataba de que comiera animales inmundos. Si no de que no considerara como inmundos a los gentiles. Por eso se le dijo: "Lo que Dios limpió, no lo llames tú común" (Hechos 10:15).
Después de escuchar a los tres hombres gentiles que llegaron a buscarle, Pedro se va con ellos. Y las primeras palabras de Pedro cuando llegó a la casa de Cornelio fueron: "Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo” (Hechos 10:28).

Y entonces Pedro reafirma el significado de la visión: "En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia" (Hechos 10:34-35). Se puede notar que esta visión no tiene en ningún momento la intención de enseñar que se puede comer cualquier animal considerado inmundo en Levíticos 11. Emplear esta visión para sustentar que con la oración se purifican todos los alimentos es contrario no solo al significado que Pedro está dejando bien claro, sino que también es atentar contra la unidad de las Sagradas Escrituras.

El apóstol Pedro les predica el evangelio, las buenas nuevas a Jesús: “Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste ES SEÑOR DE TODOS". (Hechos 10:36).

Al escuchar el evangelio, las buenas nuevas, las buenas noticias. Este menaje transmitió esperanza y paz a todos los presentes y su reacción fue aceptar ese mensaje: “Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.” (Hechos 10:47-48).
Que los prejuicios contra las personas, no nos impidan predicarles las buenas nuevas. Pues en cada persona independientemente de su condición social, política, religiosa, etc. "Hay posibilidades infinitas", de ser instrumentos útiles para la gloria De Dios. Y esa responsabilidad se nos ha confiado. Es en el contexto de Cornelio el Centurión Romano que Elena G. de White escribió lo siguiente:
"Dios no escoge, para que sean sus representantes entre los hombres, a ángeles que nunca cayeron, sino a seres humanos, a hombres de pasiones semejantes a las de aquellos a quienes tratan de salvar. Cristo se humanó a fin de poder alcanzar a la humanidad. Se necesitaba un Salvador a la vez divino y humano para traer salvación al mundo. Y a los hombres y mujeres ha sido confiado el sagrado cometido de dar a conocer “las inescrutables riquezas de Cristo." Hechos de los Apóstoles, pág., 109.
Dios te bendiga.

06/11/2024

Temas del Evangelio de Juan
Lección 6. MÁS TESTIMONIOS ACERCA DE JESÚS
Para el 9 de noviembre de 2024

Para Cristo, el mundo no era un lugar de comodidad y engrandecimiento propio. No buscaba una oportunidad para recibir su poder y su gloria. No le ofrecía ningún premio tal. Era el lugar al cual su Padre le había enviado. Había sido dado para la vida del mundo, para realizar el gran plan de redención. Estaba haciendo su obra en favor de la especie caída. Pero no había de ser presuntuoso, ni precipitarse al peligro, ni tampoco apresurar una crisis. Cada acontecimiento de su obra tenía su hora señalada. Debía esperar con paciencia. Sabía que iba a ser blanco del odio del mundo; sabía que su obra le conduciría a la muerte; pero exponerse prematuramente no habría sido obrar según la voluntad de su Padre (El Deseado de todas las gentes, p. 415).

¿Cuál fue la labor del mensajero de Dios a nuestro mundo? El unigénito Hijo de Dios revistió su divinidad de humanidad y vino a nuestro mundo como maestro, como instructor, a fin de contrastar la verdad con el error. La verdad, la verdad salvadora, nunca se extinguió en su lengua, nunca sufrió en sus manos, sino que fue resaltado clara y nítidamente en medio de las tinieblas morales que prevalecen en nuestro mundo. Para esta obra dejó los atrios celestiales. Dijo de sí mismo: «Para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad». La verdad brotaba de sus labios con frescura y poder, como una nueva revelación. El era el camino, la verdad y la vida. Su vida, ofrendada por este mundo pecador, estaba repleta de seriedad y resultados trascendentales; porque su obra era salvar a las almas que perecen.

Salió para ser la Luz Verdadera, resplandeciendo en medio de las tinieblas morales de la superstición y el error, y fue anunciado por una voz del cielo, que proclamaba: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia». Y en su transfiguración se oyó de nuevo esta voz del cielo: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd» (Fundamentals of Christian Education, p. 405).

El [Salvador] quitó los pecados del paralítico y luego lo presentó ante Dios perdonado. Y también lo sanó físicamente. Dios le había dado poder a su Hijo para acudir al trono eterno. Aunque Cristo actuaba con su propia personalidad, reflejaba el lustre de la posición de honor que había tenido en medio de la espléndida luz del trono eterno.

En otra ocasión, Cristo solicitó: «Padre, glorifica tu nombre». Y en respuesta «vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez». Juan 12:28.

Si esta voz no conmovió a los impenitentes, si el poder que Cristo manifestó en sus poderosos milagros no hizo que los judíos creyeran, no debiera sorprendemos demasiado descubrir que los hombres y mujeres de ahora están en peligro… de manifestar la misma incredulidad que demostraron los judíos, y de cultivar el mismo entendimiento pe******do (Testimonios para la iglesia, t. 8, pp. 214, 215).

05/11/2024

HECHOS 9


"Solamente Cristo transforma vidas"
Dios tiene un propósito en cada circunstancia. Él no actúa al azar. Ananías, un creyente que vivía en Damasco, se encontró con Saulo, quien había venido a Damasco para continuar su obra de ataque y persecución en contra de los cristianos: “Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.” (Hechos 9:1-2).

Después de ese momento en el que Saulo tuvo la visión en el camino: “Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.” (Hechos 9:4-6).

Las palabras de Ananías revelan como Dios lleva adelante sus propósitos de una manera asombrosa: “El Señor Jesús que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo” (Hechos 9:.17).
”Lleno del Espíritu Santo” Dios desea conducir de manera total, completa y voluntaria la vida de Saulo y de cualquier otro creyente. “Cuando el vaso está lleno, no existe ningún espacio vacío en él. Y el consentimiento elimina las reservas de espacio para uso propio.” (Mario Veloso). Siendo así, el creyente está disponible para el Espíritu Santo. Saulo había sido impresionado por el Espíritu Santo en ocasión de muerte de Esteban. Sin embargo, sus prejuicios fueron más fuertes y se colocó en oposición directa en contra de la iglesia a quien perseguía. Ahora las cosas cambian, de perseguidor se convierte en perseguido.

Ananías toca los ojos de Saulo, para que reciba la vista, coloca sus manos sobre él, y mientras ora en el nombre de Cristo, Saulo recibe Espíritu Santo. Jesús podría perfectamente cambiar al hombre tan solo con decirlo. Pero él se goza al pedir la colaboración de sus hijos. ¡Qué privilegio tan especial!

Es un privilegio ser llamado y elegido por Dios. Elena G. de White describe cómo mira Jesús al ser humano: “Cuando Dios mira al ser humano, ve en él posibilidades infinitas”. La Educación, pág., 74. Dios mira la utilidad, no la condición del momento. Cuando Dios llama independientemente de la condición en la que te encuentres, Dios restaura: “Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco.” (Hechos 9:6).

Puede ser que los demás no confíen, pero Dios sí: “Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.” (Hechos 9:13-14).
Cuando Dios restaura nos convierte en instrumentos útiles: “El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel.” (Hechos 9:15). Ananías obedeció las indicaciones que se le dieron. Cuando la respuesta es “heme aquí”, como lo hizo Ananías, entonces las cosas se hacen como Dios indica: “Fue entonces Ananías, y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.” (Hechos 9:17).

Cuando se acepta, el llamado Dios restaura completamente la vida: “Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.” (Hechos 9:18).
Cuando Dios llama, solo hay que decirle como Saulo: “Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?" (Hechos 9:6). Y entonces, una vez que obedeció y fue restaurado:. “En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios.” (Hechos 9:20).

Las críticas no lo detuvieron, se esforzaba más en predicar: “Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es este el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.” (Hechos 9:25).

Era normal que los creyentes tuvieran sus reservas y rechazaran a Saulo, ahora Pablo este los comprendía muy bien. “Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo.” (Hechos 9:26).
“Las sorpresas de Dios”. En el cielo habrá muchos de quienes sus prójimos suponían que nunca entrarían allí.” Palabras de Vida del Gran Maestro, pág., 50. Dios mira nuestra utilidad, no nuestra condición. ¿Podrías decirle hoy como Saulo: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?. También podrías, como Ananías, pedir a Dios que te ayude a derrumbar prejuicios e ir a buscar a aquellos que en las manos de Dios son instrumentos útiles y necesitan de la restauración del evangelio.

Dios te bendiga.

05/11/2024

Temas del Evangelio de Juan
Lección 6. MÁS TESTIMONIOS ACERCA DE JESÚS
Para el 9 de noviembre de 2024

Los judíos estaban por celebrar la Pascua en Jerusalén, en conmemoración de la noche en que Israel había sido librado, cuando el ángel destructor hirió los hogares de Egipto. En el cordero pascual, Dios deseaba que ellos viesen el Cordero de Dios, y que por este símbolo recibiesen a Aquel que se daba a sí mismo para la vida del mundo. Pero los judíos habían llegado a dar toda la importancia al símbolo, mientras que pasaban por alto su significado. No discernían el cuerpo del Señor. La misma verdad que estaba simbolizada en la ceremonia pascual, estaba enseñada en las palabras de Cristo. Pero no la discernían tampoco.

Entonces los rabinos exclamaron airadamente: «¿Cómo puede este damos su carne a comer?» Afectaron comprender sus palabras en el mismo sentido literal que Nicodemo cuando preguntó: «¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo?» Juan 3:4. Hasta cierto punto comprendían lo que Jesús quería decir, pero no querían reconocerlo. Torciendo sus palabras, esperaban crear prejuicios contra él en la gente.

Cristo no suavizó su representación simbólica. Reiteró la verdad con lenguaje aun más fuerte: «De cierto, de cierto os digo: Si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él» (El Deseado de todas las gentes, pp. 352, 353).

Cristo había pronunciado una verdad sagrada y eterna acerca de la relación entre él y sus seguidores. El conocía el carácter de los que aseveraban ser discípulos suyos, y sus palabras probaron su fe. Declaró que habían de creer y obrar según su enseñanza. Todos los que le recibían debían participar de su naturaleza y ser conformados según su carácter. Esto entrañaba renunciar a sus ambiciones más caras. Requería la completa entrega de sí mismos a Jesús. Eran llamados a ser abnegados, mansos y humildes de corazón. Debían andar en la senda estrecha recorrida por el Hombre del Calvario, si querían participar en el don de la vida y la gloria del cielo.

La prueba era demasiado grande. El entusiasmo de aquellos que habían procurado tomarle por fuerza y hacerle rey se enfrió. Este discurso pronunciado en la sinagoga —declararon— les había abierto los ojos. Ahora estaban desengañados. Para ellos, las palabras de él eran una confesión directa de que no era el Mesías, y de que no se habían de obtener recompensas terrenales por estar en relación con él. Habían dado la bienvenida a su poder de obrar milagros; estaban ávidos de verse libres de la enfermedad y el sufrimiento; pero no podían simpatizar con su vida de sacrificio propio. No les interesaba el misterioso reino espiritual del cual les hablaba. Los que no eran sinceros, los egoístas, que le habían buscado, no le deseaban más. Si no quería consagrar su poder e influencia a obtener su libertad de los romanos, no querían tener nada que ver con él (El Deseado de todas las gentes, p. 355, 356).

05/11/2024

Temas del Evangelio de Juan
Lección 6. MÁS TESTIMONIOS ACERCA DE JESÚS
Para el 9 de noviembre de 2024

Cuando el Salvador principió su ministerio, el concepto que el pueblo tenía acerca del Mesías y de su obra era tal que inhabilitaba completamente al pueblo para recibirlo. El espíritu de verdadera devoción se había perdido en las tradiciones y el ritualismo, y las profecías eran interpretadas al antojo de corazones orgullosos y amantes del mundo. Los judíos no esperaban como Salvador del pecado a Aquel que iba a venir, sino como a un príncipe poderoso que sometería a todas las naciones a la supremacía del León de la tribu de Judá. En vano les había pedido Juan el Bautista, con la fuerza conmovedora de los profetas antiguos, que se arrepintiesen. En vano, a orillas del Jordán, había señalado a Jesús como Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dios trataba de dirigir su atención a la profecía de Isaías con respecto al Salvador doliente, pero no quisieron oírlo (El discurso maestro de Jesucristo, p. 7).

A la luz de la revelación divina, por medio del sacrificio expiatorio, podemos ver el glorioso plan de redención por el cual nuestros pecados son perdonados, y nosotros somos atraídos al corazón del amor infinito. Vemos cómo Dios puede conservar toda su justicia y, sin embargo, perdonar al transgresor de su ley. Y no somos simplemente perdonados, sino que somos aceptados por Dios a través del Amado. El plan de redención no es solo una forma de escapar del castigo de la transgresión, sino que el pecador recibe el perdón de sus pecados por medio de ese plan, y finalmente será recibido en el cielo; pero no como un delincuente que es perdonado y dejado en libertad y que sin embargo es objeto de desconfianza y no se le brinda amistad ni se le tiene fe, sino que se le da la bienvenida como a un hijo y se le da de nuevo la más plena confianza.

El sacrificio de nuestro Salvador ha hecho amplia provisión para cada alma arrepentida y creyente. Somos salvos porque Dios ama lo que ha sido comprado con la sangre de Cristo, y no solo perdonará al pecador arrepentido, no solo le permitirá entrar en el cielo, sino que él, el Padre de misericordia, aguardará en los mismos portales del cielo para darnos la bienvenida, para darnos una amplia entrada en las mansiones de los bienaventurados. ¡Oh, qué amor, que maravilloso amor ha mostrado el Padre en la dádiva de su amado Hijo por esta raza caída! Y este Sacrificio es un canal para que fluya su amor infinito, para que todo el que cree en Jesucristo pueda recibir, como el hijo pródigo, plena y gratuita reintegración al favor del cielo (The Review and Herald, 21 de septiembre, 1886, párrafo 12; parcialmente en Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 7, p. 962).

Jesús es nuestro sacrificio expiatorio. No podemos hacer expiación por nosotros mismos, pero por fe podemos aceptar la expiación que ha sido hecha. «Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios». 1 Pedro 3:18. «Fuisteis rescatados… no con cosas corruptibles… sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación». 1 Pedro 1:18, 19 (Mensajes selectos, t. 1, p. 378).

03/11/2024

HECHOS 7


Esteban fue un hombre justo, temeroso de Dios y comprometido en el cumplimiento de misión: “Y Esteban estaba lleno de gracia y de poder”. Aunque tenía presente que su vida estaba en riesgo, no dejó de predicar las buenas nuevas del evangelio. El discurso dado a los judíos y la muerte de Esteban desempeñaron un importante papel en el desarrollo del cumplimiento de la misión cristiana. El profeta Daniel había profetizado que: “Setenta semanas estaban determinadas para el pueblo judío”, efectivamente a los suyos vino y los suyos no le recibieron”, también la profecía de Daniel indicaba que al final de las setenta semanas: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos.” (Daniel 9:27).

La muerte de Esteban provocó que la iglesia se dispersara por medio de la persecución, forzando a los apóstoles a salir de Jerusalén e ir a los gentiles. Las circunstancias los obligaron a dejar Jerusalén. De esta forma, el mensaje de salvación a través de Jesús, el mesías prometido “alcanzó una nueva audiencia en Samaria y el resto del mundo, deseoso de oír el evangelio. "Bajo el liderazgo de los apóstoles judeocristianos y de los creyentes, se cumplió el plan original de Dios para bendecir a todas las naciones de la Tierra a través de Abraham (Génesis. 12:1-3).” (José Ángel Manuel Rodríguez). El plan de Dios progresó tal como lo había planeado, y la profecía se cumplió.

Precisamente, la vida de Esteban se caracterizó por estar llena de Espíritu y poder. En el discurso que dio a los judíos que lo iban a apedrear, reveló que tenía un amplio conocimiento de la Palabra de Dios, de las profecías bíblicas.

Jesús dijo: “Escudriñad las Escrituras porque ellas son las que dan testimonio de mí”. La Biblia es la fuente inagotable de conocimiento y poder; desafortunadamente, cada vez se lee menos y se confía más en lo que otros comentan sobre ella: “Y él dijo: Varones, hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán, y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré.” (Hechos 7:3).

Esteban, guiado por el Espíritu Santo. Comienza su discurso trazando el origen del pueblo judío y de manera bien organizada presenta la forma como Dios condujo a su pueblo escogido. Esteban enfrentó a sus enemigos con la Palabra. Así como Jesús enfrentó al Diablo con un Escrito Está. El conocimiento y la gracia de Dios nos dan fortaleza para enfrentar a nuestros enemigos o enemigos de la obra de Cristo. Al terminar su discurso, expresó con autoridad lo siguiente: “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.” (Hechos 7:51).
El Espíritu Santo no solo nos guía al conocimiento de la verdad, sino que también nos ayuda a guardar y a practicar ese conocimiento en la vida personal: “Vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.” (Hechos 7:53).
La reacción dura de los enemigos: “Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él.” (Hechos 7:54). Cuando se tiene el conocimiento, pero no se aplica o se acepta en la vida personal, el enemigo de Dios utiliza como sus instrumentos para el mal a todas aquellas personas. Podemos ver la contraparte Esteban está a punto de ser apedreado por todos aquellos que tenían el conocimiento de la Palabra, pero que no se dejaron guiar por el Espíritu Santo.

“Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús, que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre, que está a la diestra de Dios.” (Hechos 7:56-57). Y mientras los apedreaban, pudo resistir el golpe de las piedras: “Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu.” (Hechos 7:59).

Aun en medio de esas circunstancias tan críticas. Esteban perdona a sus verdugos: “Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.” (Hechos 7:60). Que testimonio tan inspirador que. Nos muestra que ninguna circunstancia por terrible que sea impedirá que veamos la gloria de Dios. Solo el conocimiento verdadero de la palabra de Dios puede transformar nuestra vida. Elena G de White menciona:

“El conocimiento de Dios es el fundamento de toda verdadera educación y de todo servicio verdadero. Es la única salvaguardia contra la tentación. Es también lo único que puede hacernos semejantes a Dios en carácter. Tal es el conocimiento que necesitan cuantos trabajan por el levantamiento de sus semejantes. La transformación del carácter, la pureza de vida, la eficacia en el servicio, la adhesión a los principios verdaderos, todo esto depende del verdadero conocimiento de Dios. Este conocimiento es la preparación esencial para esta vida y para la venidera.” El Ministerio de Curación, pág., 318.

Dios te bendiga.

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