11/01/2022
Sé que estás ahí,
puedo escucharte
al otro lado del muro,
¡Déjame salir!, ¡enciende la luz!
¡Está encendida, gran necia!
Ahí está esa voz de nuevo,
mi celosa carcelera.
Sé que me observa,
que está a mi vera.
¡La puerta está abierta! ¡Sal!… si la encuentras.
Escucho a lo lejos
el eco de mis caballos
andar sin rumbo perdidos,
escucho el agua del arroyo
llegar al océano sumergido.
Afuera, de nuevo burlona,
la voz de mi carcelera:
¡Sal de ahí! ¡Qué esperas?
¡La puerta está abierta!
Mas para mí en lugar de abierta,
parece aún más estrecha.
¡Debo salir!, ¡abre ya!
No respiro. ¿Alba, dónde estás?
Bendito y trémulo destello
que dilata mis pupilas,
tras la puerta abierta
corren las aguas tranquilas.
¡Ahí está!, se me escapa en un grito
la tan ansiada puerta.
Salen a todo galope
mis caballos ya sin brida.
Ya afuera lo busco,
el rostro de mi carcelera.
¡Anda, da la cara!
Para ver quién eres, quién era.
Nadie responde, nadie, solo yo.
El corazón me da un vuelco.
Nunca hubo nadie.
Siempre fui yo, solo yo.
https://smallbluelibrary.com/2022/01/10/poesia-en-voz-de-sus-autoras-celdas-caballos-y-letras-de-gabriela-sahagun/
Gabriela Sahagún (Guadalajara, Jalisco. México, 1975). Estudió la licenciatura en Contaduría Pública en...