23/10/2022
Hoy revisando la habitacion de una de nuestros usuarioas antes de llegar la visita he encontrado un folio tirado debajo de una de las camas. Lo he cogido y me ha dicho la abuela que se le había caído a ella. Que era una carta que había escrito y que no la había enviado porque no la encontraba. Me ha pedido que si se la podía enviar por correo a su hijo. Antes de cerrarla en el sobre me ha pedido que se la leyera en alto y que si consideraba que debía mandarla a su hijo. Una vez leída la carta, y con los ojos llenos de lágrimas, casi enmudecido, le he dicho que esta carta debían enviarla todas las madres a sus hijos y le he pedido que me dejara reproducirla, claro está, sin nombres. Ha accedido a ello y después, me ha dado un fuerte abrazo y un beso como si me tuviera que agradecer algo por haberle leído la carta y haberle dicho que sí se la enviaba a su hijo.
Os transcribo la carta para que la leáis y aprendáis de nuestr@s abuel@s.
Dice así:
Hola hijo, te escribo para proponerte un trato, lo he pensado mucho y nos convendría a los dos, pero no te voy a obligar a que lo aceptes, pero déjame explicarte en qué consiste:
No te pongas triste, pero todos algún día vamos a dejar este cuerpo, algunos antes, otros después, pero a todos nos llegará la hora. Estoy segura que ese día tú estarás muy triste, ya te veo con tu traje de negro, viajando y llegando al lugar para despedirte, con una corona de rosas, o tal vez un ramo de rosas. Me llorarás, y así sucesivamente, y por supuesto tratarás de cumplir con todos los protocolos de un fallecimiento.
Bueno aquí va mi trato… ¿qué te parece si en vez de llevarme rosas cuando muera me las traes ahora? Al fin y al cabo una vez mu**ta qué más me da. Una vez mu**ta no voy a ver lo bellas que son y menos aún sentir su aroma.
¿Qué te parece si en vez de ese día, que seguro todos tomaréis un café en mi velatorio, vienes ahora y nos tomamos ese café juntos? Seguro que va estar más rico que el que te prepararán ese día. Tú sabes que yo tengo mi secreto para el café y lo acompañamos con esos panecillos y esos dulces que tanto nos gustan.
¿Qué te parece si en vez de venir en mi velatorio de traje negro elegante, vienes hoy con un traje de cualquier color, o mejor sin traje y nos vamos a comer a algún restaurante o algún bar muy bonito y poder estar juntos? No te preocupes que yo pago.
Me imagino que ese día vendrás con tu mujer y mis nietos, y todos estarán con la cara triste. ¿Y si lo cambiamos porque vengas ahora y cocino algo rico, para tu mujer y mis nietos? Y si te apetece ponemos alguna película todos juntos como cuando eras niño. O si quieres salimos a pasear, y comemos helados, tú sabes que me encantan.
¿Qué te parece si en vez de viajar desesperado por llegar a tiempo a mi velatorio ese día, vienes ahora y estás conmigo que estoy viva? Una vez mu**ta para qué necesitas darte prisa para venir. Llegado ese momento no vamos a poder conversar. Ahora te podría contar tantas cosas…pero tú siempre vives con el tiempo justo para aprovechar nuestros ratitos. Qué te parece si te das una pausa y charlamos…
Dime hijo, ¿qué te parece mi trato?, te lo cambio por el día de mi muerte, ese día no vengas, ven hoy y así disfrutamos los dos.
De tu madre que te quiere mucho.