27/09/2024
—Y esta era mi mecedora favorita —dijo Woolly en voz alta. Estaba en el porche, solo, y hacía poco que Duchess había ido a la tienda. Empujó la mecedora y se quedó escuchando sus ruiditos al balancearse adelante y atrás, y fijándose en que los ruiditos estaban cada vez más cerca unos de otros a medida que los balanceos se hacían más cortos hasta que se interrumpieron por completo.
Por José Mª Rodríguez Matarredona
literaturaconciencia el blog de José Mª Rodríguez Matarredona —Y esta era mi mecedora favorita —dijo Woolly en voz alta. Estaba en el porche, solo, y hacía poco que Duchess había ido a la tienda. Empujó la mecedora y se quedó escuchando sus ruiditos al balancearse adelante y atrás, y ...