30/05/2022
LA ESTRATEGIA DEL PP
Las preguntas que Feijóo no quiere responder
El presidente del PP evita las preguntas que no quiere responder contestando con evasivas o asegurando que son temas de los que sólo quiere hablar el Gobierno
Feijóo se escabulle para no tener que opinar sobre la corrupción que demuestran los audios de Villarejo, los pactos con Vox en Andalucía o la subida de las pensiones
Lleva décadas en política y eso se nota. Especialmente a la hora de sortear las preguntas de los periodistas en las pocas ocasiones en las que, hasta ahora, se ha sometido a ruedas de prensa desde que se hizo cargo de la Presidencia del Partido Popular.
Cuando comparece ante la prensa, Alberto Núñez Feijóo lo hace dispuesto a no salirse del carril fijado previamente con la ayuda de sus asesores. Si las preguntas señalan problemas del Gobierno o de sus socios, se contestan con normalidad. Hablar sobre el ministro del Interior y un supuesto veto al rey, sí. Defender al emérito, también. Criticar las declaraciones de Pedro Sánchez en Davos, sin problema. Pero si las preguntas afectan al PP o comprometen la posición de su presidente sobre asuntos polémicos, no se contestan.
Feijóo no niega nunca directamente la respuesta. Su estrategia es otra: dice que no es un asunto relevante y que desvía la atención sobre el objeto de su comparecencia o bien responde hablando de otra cosa pero sin atender la cuestión formulada por los periodistas. Y lo hace repetidamente. Aunque haya repreguntas.
Estos son algunos ejemplos de los temas sobre los que Feijóo no quiere hablar, tomados de las ruedas de prensa que ha ofrecido en las ultimas semanas.
La repetición de elecciones en Andalucía
A pesar de las preguntas formuladas repetidamente por los periodistas, seguimos sin saber si a Feijóo le parece mejor repetir elecciones en Andalucía que dejar entrar a Vox en la Junta en un gobierno con el PP. La pregunta es relevante, porque su candidato, Juanma Moreno, ha dicho que no lo descarta para no tener que ceder a las exigencias que le va a plantear la aspirante ultra, Macarena Olona. Y porque el propio Feijóo justificó en su día que Alfonso Fernández Mañueco diese entrada a la extrema derecha en el Gobierno de Castilla y León con el argumento de que la prioridad era precisamente evitar una repetición de las elecciones, que entonces le parecía la peor solución.
Para no contestar, el líder de la oposición se escuda en que es el candidato, Juanma Moreno, el que decide “su posición y estrategia” y, a renglón seguido, se limita a decir que “el objetivo es ganar” para “que todos los andaluces duerman tranquilos a partir de la noche electoral”. Pero nadie le preguntaba quién tomará la decisión sino su opinión al respecto. No contesta. Los periodistas insistieron; Feijóo no respondió.
Sus socios ultras en Castilla y león
A Feijóo también le preguntaron por las polémicas declaraciones del vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, líder de Vox allí y número dos del gobierno liderado por su partido en esa comunidad. El jefe de filas del PP se niega: “Usted me permitirá que no haga de comentarista de los comentarios del vicepresidente de una comunidad autónoma”, respondió a la periodista que le interpeló. “No lo voy a hacer. Primero porque desconozco el alcance y el contenido de sus declaraciones” se escudó, “segundo porque me parecen muy sorprendentes”, añadió admitiendo que sí las conocía, “y tercero porque no es el objetivo de mi toma de posesión como senador en la Cámara Alta” (la rueda de prensa tenía lugar durante su primer día con escaño en el Senado).
El jueves volvieron a preguntarle por este mismo asunto, esta vez en Albacete. “Yo he venido aquí a hablar del sector vitivinícola y del estor lácteo”, arguyó. “No voy a hacer de comentarista de descalificaciones ni de exabruptos de cualquier político, ya sean de una comunidad autónoma o del presidente del Gobierno cuando dijo que el PP era ‘un partido de mangantes’. Comprenderá que si tengo que hacer comentarios a todas las descalificaciones de los políticos, empezando por el presidente del Gobierno, no podría visitar España” y se dedicaría a ejercer como “comentarista político”.
Subir las pensiones siguiendo el IPC
Saber si el PP apoya o rechaza que las pensiones suban lo mismo que el IPC para evitar que quienes las perciban pierdan poder adquisitivo se ha convertido en misión imposible. A Feijóo se lo preguntaron esta semana y en vez de aclararlo utilizó la respuesta para explicar cómo perjudica la inflación a los pensionistas y para criticar la deuda púbica y déficit de España. “Todo lo demás son parches que no nos conducen a una buena política económica sino que seguirán conduciéndonos a problemas estructurales” como la inflación, el déficit y la deuda pública, zanjó.
El riesgo de que Olona ‘robe’ votos a su partido
Feijóo tampoco quiere hablar de Vox ni de su candidata por Andalucía. En vez de responder a una pregunta sobre si teme que la aspirante ultra perjudique los resultados de su partido, Feijóo optó por recordar que el PP aspira a tener una resultado “muy amplio”. No criticó a la candidata de Vox, pero en la misma respuesta sí arremetió contra el PSOE. Las tesis del presidente Sánchez, dijo, están “muy alejada del PSOE que conocimos durante años”.
Las grabaciones de Villarejo que comprometen al PP
El líder de la oposición zanjó este asunto, que ha puesto sobre la mesa cómo el PP utilizó medios del Estado para tratar de ocultar sus casos de corrupción, diciendo que su partido “es absolutamente respetuoso con el Estado de Derecho, con todo tipo de investigación judicial y con las resoluciones judiciales”. ¿Y del contenido de las grabaciones? Nada que decir más allá de que son antiguas: “Si se quiere traer a colación reacciones de hace una década, pues es evidente que cada cual estará en sus derecho de traerlas”.
La reforma de la Ley del Ab**to
Sobre el proyecto de ley con el que el Gobierno quiere reforzar el derecho al ab**to y rebajar hasta los 16 años la edad en las que las mujeres pueden decidir interrumpir su embarazo sin permiso de padres o tutores, a Feijóo le han preguntado repetidamente en los últimos días.
La primera vez fue en una rueda de prensa en Santiago, donde cuestionó hasta la pregunta y que los periodistas insistiesen en conocer su posición. “Yo ya estoy acostumbrado a que cada vez que hay un problema en España el objetivo es crear un tapado, pero compenderá que ya tengo una edad y una experiencia política que me impiden entrar a estos tapados que son bastante infantiles. Ya le he contestado”, intentó zanjar.
Cuando una periodista, en la misma comparecencia, le volvió a preguntar, respondió criticando al presidente del Gobierno por, según él, no preocuparse ni por su imagen ni por la de España y de estar dispuesto a someterse al “chantaje”de sus socios de Gobierno y de sus “socios independentistas” por haber cesado a la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
¿Pero el PP volverá a recurrir la ley ante el Constitucional, como hizo hace diez años, si el Gobierno la saca adelante?, insistió otra periodista. “Yo comprendo cuál es la actualidad que el Gobierno quiere marcar”, alegó negándose a responder, “pero usted comprenderá que si yo no respondo a la actualidad de los españoles simplemente estoy haciendo de comentarista de las sugerencias mediáticas del Gobierno”.
“Parece ser que esta mañana al Gobierno le interesa hablar de lo que usted y yo estamos hablando ahora” y no de lo que afecta a los ciudadanos. Para no responder, añadió: “La mayoría de los españoles ya llevan mucho tiempo” sabiendo “que cada vez que hay un grave problema político en España soltamos una noticia por la mañana, y si el problema político se produce por la tarde, las noticias las soltamos por la noche”. Pero [eso] no me va a quitar de mis prioridades”, remarcó, que ese día pasaban por denunciar el daño que el Gobierno está causando, según el PP, la as instituciones y la la unidad de España.
Esta semana, otro periodista lo volvió a intentar, esta vez en Madrid. “En relación con este cambio de conversación que ha tenido el Gobierno rehabilitando una ley de interrupción voluntaria del embarazo es evidente que cuando en España tenemos problemas el objetivo fundamental es distraernos y empezar a hablar de cosas distintas. La posición de nuestro partido es conocida, pensamos que la interrupción voluntaria del embarazo de las menores debe contar con el consentimiento de sus padres”, explicó sin entrar en el resto de los contenidos de la ley ni en la posibilidad de volver a recurrirla ante el Tribunal Constitucional.
Según Feijóo, que los periodistas pregunten por estos asuntos es seguir el juego al Ejecutivo. “El objetivo del Gobierno es que usted y yo estemos hablando de esto, no que hablando de la entrega de la cabeza de la directora del CNI, no que estemos hablando de que en España en este momento el independentismo es el que regula lo que se aprueba y lo que no se aprueba en las Cortes, y que estemos hablando de que una vez más Bruselas ha dicho que no a la última previsión revisada de crecimiento económico del Gobierno central”.
Aunque las preguntas las formulan los periodistas, el presidente del PP considera la propuesta de reforma de la Ley del Ab**to parte de un “juego infantil” que el Gobierno “lleva experimentando algún tiempo”. “Cada vez que hay un problema en España se reúne el Consejo de Ministros, discuten entre sí y posteriormente anuncian parcialmente algunas cosas que parecen novedosas y que lamentablemente es volver a insisitir en las divisiones que no en los encuentros”.
El cambio de postura sobre la Ley de Seguridad Nacional
El PP ha cambiado de posición en relación con la reforma de la Ley de Seguridad Nacional, tal y como Pedro Sánchez pidió a Feijóo en la primera y única reunión que han mantenido hasta la fecha. Cuando le preguntaron a Feijóo, la víspera del debate y votación en el Congreso y antes de que se supiese ese cambio de postura, no quiso aclarar qué votaría su partido ni porqué. “Estaremos de acuerdo con nuestros propios antecedentes en el debate”, se limitó a decir, aunque el resultado final fue todo lo contrario. “Nuestra posición es perfectamente previsible conforme a la tramitación de ese proyecto de ley”.
La rueda de prensa se celebraba en Santiago y un periodista insistió. La respuesta de Feijóo fue seguir negando una respuesta: “No tenga ningún problema, sus compañeros [en Madrid] están informados sobre la tramitación. Déjele usted actuar al Grupo Popular [en el Congreso] y verá cómo no le va a sorprender”.