01/09/2024
𝙈𝙞 𝙥𝙪𝙣̃𝙤 𝙢𝙚 𝙦𝙪𝙞𝙩𝙤́ 𝙩𝙤𝙙𝙤, 𝙥𝙚𝙧𝙤 𝙚𝙧𝙖 𝙢𝙞 𝙤𝙗𝙡𝙞𝙜𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣.
Tommie Smith y un gesto que cambió la historia del atletismo: Mi puño me quitó todo, pero era mi obligación
El icono deportivo cambió el mundo con su puño en los Juegos Olímpicos de 1968
Tommie Smith (06/06/1944) es un icono. Es un pionero. Con un gesto tan sencillo pero tan poderoso, el corredor estadounidense de los 200 metros, junto con su compañero de equipo John Carlos, plantó cara a la opresión sistémica la opresión que sufría la comunidad negra en Estados Unidos en el sigo XX. Su saludo del 'Black Power', como llegó a conocerse, cambió la historia del atletismo y del movimiento por los derechos civiles.
Para entender el gesto, hay que entender al hombre. El atleta Tommie Smith estuvo expuesto a la discriminación desde que tiene uso de razón.
Al haber crecido en Clarksville (Texas), el medallista de oro tuvo que enfrentarse desde su más tierna infancia a una epidemia de racismo en una zona predominantemente blanca. "Mi joventud fue dura, una lucha. Trabajaba en los campos de algodón", recuerda en una entrevista en los Juegos Olímpicos de París. Smith nació en una familia pobre.
Tenía 11 hermanos, pero a pesar de las luchas diarias a las que le obligaban injustamente el color de su piel y la inestabilidad económica, logró sobresalir en sus clases de educación física en la escuela y más tarde en la Universidad Estatal de José, California, donde sería convocado para los Juegos Olímpicos de 1968 en Ciudad de México.
Llevaba un pañuelo negro -en referencia a los linchamientos de negros en Estados Unidos-, calcetines negros y no llevaba zapatos. Con un guante negro, él y Carlos levantaron sus puños cerrados en el aire.
Era un llamamiento a la comunidad negra para que se uniera y se levantara contra la opresión sistémica y el racismo.
"Esta es la realidad de la vida para nosotros, especialmente en 1968, y queríamos poner un poco de amor en la vida", dice sonriendo, a pesar de la abrumadora adversidad a la que tuvo que enfrentarse tras el suceso. A nivel personal, el mundo de Tommie se puso patas arriba.
El entonces presidente del COI, Avery Brundage, condenó públicamente sus acciones, y uno de sus representantes las describió como "una violación deliberada y violenta de los principios fundamentales del espíritu olímpico". Además, los dos atletas fueron suspendidos del equipo olímpico estadounidense.
Años más tarde, Smith también sería expulsado de la competición por el Comité Estadounidense y, en consecuencia, se perdería los Juegos Olímpicos de 1972 en Múnich. Acabó convirtiéndose en profesor y entrenador de atletismo durante el resto de su carrera.
"Esta es la dura realidad de la vida", explica Tommy. "Me afectó mucho, me lo quitó todo, pero era lo más importante. Tenía que hacerlo. Pero ahora hay un movimiento que surgió de lo que empezamos entonces. Hemos llegado a otros atletas, y son conscientes de quién era yo y de lo que hice. En ese sentido, creo que hemos influido en el proceso de pensamiento de los atletas, en su forma de pensar e incluso de comportarse. Y eso es lo que cuenta".