25/09/2021
🌤El renacimiento de Atuntaqui🌤 (RELATO ESTRELLA)
HOLA YO SOY EL DIOS INTI!! 🌞
Les invito a conocer nuestra leyenda mágica de la cual fui parte.
! Disfrútenla !
Hace muchos años en Atuntaqui...
Cuentan en la comunidad una leyenda, que hace tiempo existió un brujo que vivía entre las grietas del volcán Cotacachi, también conocida como “Mama Cotacachi”. El brujo practicaba magia para mantener a este cerro en su mayor esplendor con vida silvestre y natural. Él tenía una relación muy profunda con este volcán, ya que, dentro de ella tenía el espíritu de una mujer muy hermosa, pero “Cotacachi” solo lo veía como su protector.
Varias temporadas pasaron, “Mama Cotacachi” conoció a “Taita Imbabura” y se fue enamorando de él, porque tenía un corazón puro y amaba la vida que emanaba de él. Imbabura cuidaba los ríos, controlaba el viento y vigilaba que los ciudadanos cumpliesen sus labores como la siembra, cría de animales y la familia.
Así se fueron enamorando y un día cuando el aire levantaba el olor de la tierra recién roturada, fue cuando Imbabura se presentó delante de su amada Cotacachi con una masita de flores de campo, y después de haberle revelado cuán grande era su sentimiento, le comunicó el deseo de casarse con ella.
El brujo al percatar esta situación, su corazón se llenó de celos y odio, cegado por la ira, utilizó su magia para el mal y modificó la topografía de todo el lugar con temblores para que lastime las tierras de Cotacachi. Los temblores se sintieron en todo Atuntaqui. Desesperados los pobladores buscaron refugio alrededor del cantón.
Producto de los temblores Cotacachi entró en erupción y sus cenizas envolvieron a todo el cantón junto con Cotacachi. El brujo al ver esto se llenó de orgullo, ya que, producto de las cenizas Imbabura perdería de vista a su amada, así maldijo esas tierras con ceniza para que nadie ni nada surgiera con vida de nuevo.
Imbabura veía como sus pobladores iban abandonando sus casas y terrenos, ya que, la tierra había dejado de ser productiva, los animales se morían y las personas se enfermaban. Fueron pasando los años hasta cumplir una década de aquella tragedia. La caída de ceniza en todo Atuntaqui produjo la perdida de la ganadería, agricultura, producto textil y la fábrica Imbabura, que era el corazón que daba vida al cantón se extinguió, el turismo desapareció y la economía ya no era sostenible.
El dios Inti al ver que esta tragedia no se detenía, decidió escoger un joven de corazón puro y humilde para que termine la maldición impuesta por el brujo. Desde el cielo Inti buscaba un joven que sea digno de cumplir la misión, entre todos ellos encontró a Antonio Ante, un joven con un corazón humilde le gustaba ayudar a sus padres y ser un chico responsable, él siempre estaba dispuesto ayudar a los demás aun cuando él tuviera muy poco. Antonio había nacido en Atuntaqui y todos los días recordaba aquellas épocas de su niñez en donde se veían las flores del campo y las aves silvestres que llenaban de vida el lugar. El dios Inti se mostró en sueños a Antonio y le dio varias instrucciones para romper la maldición, le dijo que dentro de una vasija de barro llena de agua encontraría una lámina de oro forjada por el dios sol, esta lámina absorbería toda la ceniza que envuelve a Cotacachi desapareciendo la magia del brujo, de esta manera volvería a renacer la vida de todos los animales, las plantas darían sus frutos y las personas regresarían. Para ello debe realzar una travesía larga hasta encontrar al brujo y matarlo con la luz del sol impregnada en la lámina.
A la mañana siguiente Antonio, fue en busca de la lámina de oro para luego emprender el viaje hasta Mama Cotacachi. Tal y como Inti le había dicho Antonio encontró la lámina de oro en la vasija de barro, en el camino se encontró con su mejor amigo, Leo, un chico de padres ricos, siempre andaba bien vestido y gozaba de una buena vida, le gustaba la aventura y vivir al máximo, Leo y Antonio eran amigos desde niños y su diferencia de clase no era un impedimento para formar una fuerte amistad, Antonio le contó la misión que el dios Inti le había encomendado y sin pensarlo dos veces Leo decidió acompañarlo.
Antonio y Leo cruzaron lagos, montañas empinadas y tormentas hasta llegar a Atuntaqui, cuando llegaron, el corazón de ambos se le partía a la mitad al ver que su pueblo de antaño eran solo ruinas que cubría un aire gris por la ceniza que aun caía, respiraron hondo y se internaron en el pueblo hasta llegar a faldas del Mama Cotacachi. Los dos amigos comenzaron a ascender al volcán con mucho cuidado, ya que, el temblor había hecho grietas profundas en las faldas del volcán. En medio camino Antonio resbaló, pero Leo logró alcanzarlo, sin embargo, la tierra estaba floja y cada movimiento que hacían era un paso más al precipicio. En medio de la desesperación, ambos amigos gritaron con voz fuerte el nombre del dios Inti, este al verlos envió un cóndor fuerte y poderoso, el cual voló hacia ellos y con sus fuertes garras los elevó hasta la cima del volcán. Viéndose salvados los dos amigos se abrazaron fuerte y lloraron de la felicidad.
Mientras se acercaban a la cueva del brujo, desde la cima veían lo que era su cantón todo deteriorado. Cuando llegaron a la entrada de la cueva se podía percibir un olor a putrefacción, cuanto más se internaban más intenso era ese olor, fue allí cuando encontraron al ser que un día fue el benefactor de un pueblo y ahora solo quedan migajas del hombre que era, pues la magia negra lo había consumido junto los celos, el odio y un corazón partido.
Los dos amigos tomaron valor, le dijeron que deshiciera la maldición, pero el brujo ya no podía entrar en razón y no los podía escuchar, la magia lo controlaba a él y comenzó a atracarlos, pero Antonio sacó la lámina de oro y la magia rebotó hacia el brujo golpeándolo hasta morir.
El joven salió y levantó la lámina en dirección al dios Inti y todo el cantón Cotacachi se iluminó, esta empezó a absorber toda la ceniza, la lámina se volvía cada vez más pesada y Antonio no podía sostenerla, pero Leo cogió sus brazos y lo ayudo a sostener la lámina hasta que toda la ceniza desapareció, el sol volvió a brillar, la tierra cambio su color y a lo lejos se veían las aves regresar. El “Taita Imbabura” como “Mama Cotacachi” se pudieron ver después de mucho tiempo y volvieron amarse hasta el sol de hoy.
La población regresó y empezó el auge del cantón Cotacachi. La economía se impulsó con la consecuencia de este suceso. Varias prendas de vestir se inspiraron en aquellas láminas de oro con llamativas decoraciones color dorado, llamando así a gran público de todo el Ecuador.
Como resultado de tan grandiosa victoria, Leo, como era un joven muy inteligente, junto a Antonio Ante al ver que todo regresó a la normalidad, decidido darle una segunda oportunidad a su tan amado pueblo. Como tenía mucho conocimiento acerca de la tecnología, empezó a darle vida a su pueblo tomando fotos de cada lugar turístico. Así mismo investigó sobre su cultura entre mitos y leyendas. Todas muy interesantes así que se le ocurrió la grandiosa idea de crear productos comunicaciones para promocionar su bello cantón. De esta manera lo difundió por redes sociales y otras plataformas, con toda su imaginación llegó a difundir por muchos sitios ya sean los lugares que estaban listos para ser visitados nuevamente y su maravillosa cultura, incluso para Antonio Ante y Leo fue muy importante difundir el plan de riesgos por si ocurre algún desastre natural o si aparece otro brujo enamorado.
Esto para que las personas que sean parte de su pueblo y las personas externas puedan visualizar las bellezas que poseen. Finalmente, esto ayudó a que se reactive el auge económico y los turistas que son la pieza fundamental, puedan retornar y ayudar al crecimiento del comercio internacional. Es así como su pueblo de antaño regresó a como fue en el pasado.
! FIN !
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