11/07/2024
¿CÓMO ENTRAR EN EL PROPÓSITO DE DIOS PARA MI VIDA?
Por lo general, en la cultura que vivimos se nos enseña que para lograr tener éxito en las diversas áreas de la vida es necesario enfocarse en trabajar duro y ser esforzado, se inculca que, mientras más cosas hacemos para lograr nuestros objetivos, más probabilidades tendremos de alcanzarlos.
Sin embargo, según las Escrituras, Jesús nos dice que el modelo que tiene el Reino de los cielos para lograr los objetivos, no siempre va en consonancia con la manera en la que opera la cultura del mundo, de hecho, el mundo y el Reino de Dios a menudo van en continuo contraste.
Por ejemplo, Jesús dijo en una ocasión:
Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás; así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. Mateo 20:25-28 (NVI)
En el mundo, quien quiera llegar primero, debe salir adelante para poder sacar ventaja. Pero en el Reino, no es así, sino que quien quiera ser primero, debe comenzar sirviendo a los demás.
Por consiguiente, lo más importante al momento de pensar en entrar en el propósito de Dios, no es tanto lo que nosotros podamos hacer por Él, más bien es qué tanto estamos dispuestos a dejar por Él. Qué tanto, de nuestras metas, nuestros sueños, nuestra agenda y nuestros caprichos, estamos dispuestos a dejar a un lado para que el Señor establezca su voluntad en nosotros y así no pongamos obstáculos para que el propósito de Dios sea ejecutado en nosotros conforme a su buen y perfecto plan.
Lo que realmente muestra cuánto amas a Cristo no es qué tanto haces por Él, si no qué tanto dejas por Él. Hay más amor en renunciar que en hacer. (Mateo 10:37-39)
La Biblia revela en Mateo 4:18-22 que cuando Jesús llamó a sus discípulos al ministerio mientras estos se encontraban pescando. La pesca era su principal actividad socioeconómica, de la cual ellos dependían para subsistir. Y eso fue precisamente lo que le pidió que dejaran para que le siguieran a Él. Es decir, que dejaran, precisamente. Cosas que tenían una importancia vital para ellos. Jesús nunca les pasó una lista de tareas que debían hacer para caminar con Él. Solo les dijo: Dejen la pesca y síganme.
Hoy en día ese mismo Jesús nos dice a nosotros: Si de verdad estás dispuesto a entrar y conocer mi propósito para tu vida, debes estar dispuesto a dejar a un lado tus deseos, tus metas personales, y tus caprichos, para cambiarlos por los míos.
Entreguemos hoy nuestra voluntad completa al Señor para que entonces podamos ver su propósito cumpliéndose en nosotros.