10/04/2024
Escribí esta reseña sobre el concierto de la banda argentina Los Espiritus en Sala Metrónomo
Gracias Rodrigo Cabrillana por la invitación y Gerardo Figueroa Rodríguez por la edición! Recomiendo la banda parce!
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LOS ESPÍRITUS: RITUAL PSICODÉLICO EN SALA METRÓNOMO
Por: Vanessa Laverde
¿Cuáles son los síntomas de conocer a una buena banda en vivo? Sentir el beat en la guata, no poder parar de bailar, g***r la libertad. Eso y mucho más se dió el pasado jueves, 28 de marzo en la Sala Metrónomo del Barrio Bellavista. ¿El motivo? ver el show de la banda argentina Los Espíritus, quienes fueron teloneados por los chilenos Shmiks: una banda de Dub - Rock, activa desde el 2014, su sonido habita diversas atmósferas que acompañan el dub y guitarras psicodélicas, un viaje muy al estilo de la banda trasandina.
El público no paraba de llamar a la banda a través de ovaciones y silbidos, animándoles a salir a escena. Luego de que los técnicos dejaran listos los últimos detalles en el escenario de Metrónomo, oscurece la sala y aparecen uno a uno los integrantes de Los Espíritus: Martin Fernández en bajo, Miguel Mactas en guitarra, Luciano Scalera en percusión, Felipe Correa en batería y por supuesto su líder Maxi Prietto en voz y guitarra. Inicia el concierto sobre las 10 pm y, por casi dos horas, deleitan con su imponente show y sonido.
El conjunto ejecuta una intro instrumental para calentar motores, saludan y “le mandan” a la psicodelia sin anestesia, con la canción “Funeral”, track no. 7 de su reciente álbum La Montaña, incorporado a su setlist en vivo desde su lanzamiento el pasado septiembre, y con el que han consolidado su sonido tras 14 años de tocar y grabar.
Es muy importante destacar que a lo largo de la historia, la formación de la mayoría de las bandas de rock se resume en: guitarra, bajo y batería. Los Espíritus son una banda de rock que incorpora esos elementos, pero además integra la percusión, acentuando su identidad latinoamericana, develando, asimismo las influencias de la agrupación, la cual bebe de muchas músicas del mundo: desde África, pasando por Estados Unidos, hasta pueblos originarios latinoamericanos; rock, blues, afro beat, cumbia, son cubano, música arabe, reggae, dub, soul, funk, psicodelia y muchos ritmos, condensados por cinco mentes dispuestas a crear, ejecutar y entregar al público su música como ofrenda. A lo largo del concierto, se podía sentir ese viaje sónico, como en un auto con la ventana abierta y el viento pegándote en la cara. Una sensación de libertad que no había vivido hace tiempo en una tocata.
Una de las singularidades de la banda es que solamente canta y corea el vocalista, no hay segundas voces o coros, solo la ejecución de cada uno de los instrumentos. A esto, agregan recursos sonoros, como samplers y voces grabadas (activadas por Maxi), que cuentan historias que suceden en distintos lugares y, más exactamente, voces campesinas, colombianas y de otras regiones que cuentan un poco de sus realidades. Este recurso, fuente del dub, el reggae y el rap, deviene en soporte para la denuncia, encauzando el mensaje de la canción siguiente antes de escucharla.
A propósito del rap, esa noche el público tuvo la oportunidad de ver a Los Espíritus haciendo un featuring con los raperos Matiah Chinaski y Terrible, conocidos en la escena hip hop-jazzera santiaguina. Nadie en la sala esperaba esa aparición y, para el público, su participación resultó muy sólida, evidenciando que Los Espíritus están poniendo un poco de ojo - o más bien, oreja- a la música que se hace en Chile actualmente.
De la voz de Maxi Prieto hay que hablar, pues conlleva una particular textura, que envuelve y dirige la solidez de la agrupación, recordando a voces como la del también argentino Pitty Álvarez, miembro de la extinta banda Viejas Locas. Maxi es como un chamán dirigiendo el trance, en el que tanto los músicos como el público nos vemos envueltos.
Otro punto álgido dentro de este ritual en Sala Metrónomo, fue el fiato que demostraron Pipe, el baterista y Luciano el percusionista, con momentos para solear y prender al público a punta del beat del tambor, sonando de fondo los riff de las guitarras de Miguel y Maxi conjugado con el bajo de Martín. ¡Todo un trance!
Para complementar la psicodelia escénica, acompañan visuales de gran factura y poderosa carga identitaria a cargo del diseñador argentino Santi Pozzi, quien introdujo el poster de rock en la serigrafía a la escena local porteña, además, ha realizado diseños para reconocidos artistas, como Litto Nebbia, Tame Impala, Queens of the Stone Age y Pearl Jam, entre otros. Pozzi es responsable de gran parte de la imagen de Los Espíritus: portadas de sus discos, afiches de conciertos y todo el merchandising que puedes adquirir en cada concierto del quinteto.
El intenso calor de la sala no fue impedimento para que el público bailara y vibrara al ritmo de esta psicodelia, particularmente en las últimas cinco canciones: “Vamos a la Luna”, “Av. Calchaqui”, “Lo echaron del bar”, “Noches de verano” y “La rueda que mueve al mundo”, una seguidilla crucial de blues y rock ‘n’ roll inyectado en las mentes y oídos de los asistentes. Cierre redondo para una esperada noche en la que cabe resaltar el buen sonido de Metrónomo, la gran labor de los técnicos y el buen comportamiento del público.
¡Larga vida a Los Espíritus y su música del mundo!