16/01/2025
𝗠𝗜 𝗕𝗘𝗟𝗟𝗔 𝗗𝗔𝗠𝗔
𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟮𝟳
Luego de esa llamada intenté dormir, pero fue difícil, me tiré en la cama observando el techo con Ximena en mis pensamientos, más tarde, salí a la cocina en busca de algo para comer ya que sentí mucha hambre, mientras me iba acercando, escuché a Karla hablando por teléfono, caminé un poco más hasta que ella notó mi presencia.
—Emm, si claro, entonces después hablamos, me ocuparé, ok, chao— comentó cortando la llamada. —Hola amor, ¿Todo en orden?.
—Amm si cariño, todo en orden— comenté frunciendo el ceño, con la duda de con quién platicaba a esta hora?, más sin embargo no le pregunté.
—Estaba platicando con una amiga, al parecer trabaja en una empresa donde están necesitando una digitadora y contadora.
—Oh, muy bueno!— comenté mientras buscaba en la despensa.
—Entonces me veré mañana con ella temprano, para llevarme a hablar con su jefe, espero verte mucho tiempo más amor, extraño estar contigo.
—Puedes estar tranquila cariño, yo no volveré a la universidad, Mishell llegó hoy y pues ya se encargará ella de sus clases, de momento solo estaré en mi consultorio.
—Amor eso es perfecto, ahora si podemos vernos más seguido!.
—Por supuesto cariño.
—¿Has pensado lo que te propuse?, muero de ganas por estar contigo amor, y si te pido que nos casemos es por lo mismo, por que sé lo mucho que respetas estas cosas y pues te gusta actuar correctamente.
Sentí un n**o en mi garganta después de haber escuchado lo que dijo Karla, en realidad no es así, quise decirle lo ocurrido pero luego me dio temor, ¿Y si pasa lo que piensan mis amigas?, si Karla se entera y luego corta la relación?, pero... Si le cuento estaré libre para poder estar con Ximena... ¡Hay Dios! ¿Qué estoy pensando?.
—Amor, ¿Estas bien?, te he sentido extraña.
—No, descuida, no pasa nada cariño, iré a dormir, necesito descansar, mañana estoy segura que podré darte una respuesta.
Karla se acercó, me dio un beso en la frente y luego se marchó.
No estoy siendo una buena mujer, papá por favor ayúdame, quiero aclarar mis pensamientos, me está costando mucho hacerlo.
Seguí a mi habitación, cerré la puerta para más tarde acostarme y permanecer así, pensando en Ximena hasta quedarme dormida.
Desperté algo asustada pensando en la profe Stephanie, por un instante pensé que era ella quien estaba acostada en mi pecho, pero al sentir su aroma pude darme cuenta que se trataba de Luisa.
¿Espera que?, ¿Luisa por qué está en mi pecho?.
Intenté zafarme de su lado, pero despertó inmediatamente.
—Luisa, ¿Qué ha pasado?— comenté buscando mi celular.
—Vine a buscarte y te encontré acostada en el piso, luego quise ayudarte y pues me quedé contigo.
—Esta bien, ¿Has visto mi celular?— comenté sintiendo dolor de cabeza.
—Emm si, aquí está — dijo mientras me pasaba mi celular.
¿Por qué lo tenía ella?, busqué algún mensaje pero no tenía nada.
Recordé la llamada que le hice a la profesora Stephanie pero tampoco estaba, ¿Pudo ser posible que solo haya sido un sueño?. Lo sentí tan real.
Salí de mi habitación en busca de mis padres, los cuales se encontraban en su alcoba durmiendo.
Al salir, observé nuevamente a Luisa.
—Está muy tarde Ximena, mis padres se fueron y me dejaron, les pedí que pasaran mañana por mi, quería cuidarte.
Tragué saliva ante aquel comentario que hizo Luisa, de verdad esto de ayudarme se lo está tomando muy a pecho.
—Muchas gracias Luisa, pero debo marcharme, mañana iré a la universidad y no cuento con ropa aquí en la cabaña.
—No te dejaré ir Ximena, mañana lo puedes hacer, te levantas más temprano de lo normal y podrás ir hasta tu apartamento, pero no te dejaré ir ahora.
Me sentí regañada, sentí que ella quiso controlarme, pero por otro lado, tenía razón, estaba solo y yo había tomado.
—Ven, volvamos a la habitación, prometo levantarte temprano para que vayas hasta tu apartamento— comentó mientras me tendía su mano.
Sin duda la acepté caminando con ella hasta mi habitación.
Por supuesto, que no puedo perder el día de mañana, necesito ver a la profesora Stephanie y platicar con ella.
Al llegar a la habitación nos acostamos en mi cama, en la misma cama que estuvo la profesora Stephanie haciendo el amor conmigo, no me sentía cómoda, no lograba conciliar el sueño.
Dos horas más tarde me levanté cuidadosamente de la cama tomando mi celular, salí de la habitación caminando en dirección a la entrada de la cabaña.
Busqué el contacto de la profesora Stephanie e intenté marcarle pero no pude, no fui capaz, sabía que no era conveniente por que ella me lo había dejado muy claro está mañana.
Y yo no era nadie para pedirle una oportunidad.
Debía olvidarme de ella, no buscarla más.
“—Mañana platicamos a la misma hora”. Recordé esas palabras con la voz de la profesora Stephanie.
Es que por qué la tengo tan presente, siento como si esa plática hubiese sido tan real!.
Mañana en la universidad le preguntaré, por que la verdad me estoy volviendo loca.
Volví a la habitación, con la finalidad de volverme a acostar, pero al ver a Luisa allí no pude hacerlo, en esa cama hice el amor con Stephanie y solamente con ella volvería a estar en esa cama.
Entonces tomé las llaves de mi auto, salí y lo encendí para más tarde conducir en dirección a mi apartamento.
—Pues verás Karla, mi niña Stephanie no tiene a nadie más que a mí, su mamá los abandonó cuando ella era apenas una bebé. Una vez intentó buscarla pero no fue lo que había pensado, su mamá era otra, juraba que no conocía a Stephanie y mi niña volvió, se encerró por mucho tiempo en su alcoba hasta que su padre pudo ayudarle.
—Entiendo nana Manuela, pero no tiene más hermanos? O alguien con quien compartir sus bienes?.
—No mijita, ella solo nos tiene a las dos y bueno a sus amigas de toda la vida.
—Tenemos que cuidarla muy bien, y yo pues quisiera ser mucho más que su novia, quiero proponerle que se case conmigo!.
—Hay mijita, eso está muy bien, ella está muy enamorada de ti, le brillan los ojitos cuando te ve.
—Gracias nanita, bueno yo saldré a mirar el anillo, te cuidas mucho, no le cuentes nada aún.
—Tranquila mijita, no pasará.
Salí de la casa rumbo al apartamento de Jess, dónde pasé casi toda la noche y todo el día, des'nudas haciendo el amor sin parar.
Más tarde miré la hora pensando en que Stephanie ya debía estar en casa, por lo que decidí marcharme.
Al llegar, caminé hacia su habitación la cual se encontraba cerrada.
Toqué varias veces hasta conseguir que abriera la puerta.
Al entrar nos saludamos, caminé con ella hasta su cama, y mientras la besaba recordaba a Jess para poder activarme, le pedí que se casara conmigo ya que así finalmente podía dormir con ella y pues quitarle la mitad de todos sus bienes.
Su celular comenzó a timbrar interrumpiendo nuestro encuentro, ella se levantó para poder contestarlo, pero se puso nerviosa al darse cuenta de quien se trataba, en realidad no quise hacerle escándalo por que a decir verdad no me conviene para nada.
Nuevamente comenzó a timbrar su celular, hasta que decidió contestar, y pues supuestamente era una paciente con un ataque de ansiedad.
Stephanie terminó de hablar, me acerqué un poco más con intenciones de seguir el beso, pero no, apartó su rostro dejándome claro que no quería.
Sentí coraje con el simple echo de pensar que había alguien más en su vida, y no sé si es por que de verdad me empieza a gustar.
Ella me pidió espacio para poder descansar así que se lo di sin decir nada.
Intenté marcharme a mi habitación, cerré con fuerzas la puerta sintiendo hervir mi sangre, tomé un baño de agua fría para más tarde salir a la cocina.
Estando en la cocina, mi celular comenzó a timbrar obligándome a responder.
—Amor, te extraño mucho, quisiera verte pronto.
—Jess amor, te he dicho que no me llames, yo lo puedo hacer!.
—Es que no me aguanto las ganas que tengo de escucharte.
—Ya lo sé amorcito, pero no puedes hacer esto, ahorita estaba con Stephanie y no quiero que se de cuenta de nada, al menos no por ahora, ya te dije que mi intención es quitarle la mitad de todo.
—Ya lo sé, pero me da coraje pensar que tienes que besarla y quien sabe que otras cosas más.
—No te preocupes amor, prometo que muy pronto todo esto acabará.
Escuché pasos de alguien, guardé silencio hasta que vi a Stephanie, cambie la conversación para más tarde cortar la llamada.
Platiqué un poco con ella hasta darme cuenta de un ch****ón que llevaba en el cuello.
Mucha gi******as, Ha estado mintiendo todo este tiempo, pero no puedo hacer nada por que eso significaría perderlo todo, aunque meterme en el papel de la víctima podría ayudar un poco.
Me despedí de ella para más tarde marcharme a la habitación, donde no hacía más que reventar las cosas.
Quise salir a buscarla y recriminarle pero no, en el momento no era conveniente.
Debía quedarme callada y soportar.
Me metí a la cama y sin pensarlo me quedé dormida.
Dormir en mi apartamento no tenía comparación con nada, desperté rápidamente yendo en dirección al baño, me aliste para más tarde salir y encontrarme con Ángela, nos saludamos y al mismo tiempo nos despedimos.
Al llegar a la universidad parquee mi auto notando que el auto de profesora Stephanie no estaba, corrí al salón de clases ya que llevaba varios minutos retrasada, pero al entrar me encontré con la penosa situación de que ya no era ella quien estaba dictando la clase, la profesora Mishell había regresado.
—Ximena, bienvenida, sigue a la clase por favor— comentó observándome fijamente.
—Muchas gracias profe— comenté mientras seguía a mi lugar pensando en la profesora Stephanie.
Me costó mucho concentrarme, la profesora Mishell me realizó varias preguntas de las cuales solo acerté una sola.
Al terminar las clases, todos se marcharon dejándome a solas con la profe, mientras me levantaba la voz de la profesora me detuvo.
—Hoy estuviste muy distraída señorita.
—Lo siento profe, es que tengo algunos problemitas.
—Esos problemas es mejor dejarlos en casa y fuera de la clase, tú sabes lo mucho que yo los aprecio y los conozco.
—Profe, ¿Usted conoce a la profesora que vino a reemplazarla? A la profesora Stephanie?.— pregunté sin más.
—Si, si la conozco, Pero... ¿No me extrañaste?— comentó la profe haciendo pucheros.
—Si claro, si la extrañé, es solo que me gustaría platicar con la profesora Stephanie de algo que quedó inconcluso, es que ella me estaba explicando algunas cosas.
—Pues esta es mi área, yo puedo seguir ayudándote.
—Pues si, tienes razón profe, pero yo le platico mañana sobre que trata, ¿Le parece?.
—Claro que si Ximena, cuando gustes— comentó la profe terminando de organizar sus útiles.
Salí corriendo a la próxima clase pensando en que debía tranquilizar mi mente y tener mucha más concentración en las próximas clases.
El día pasó muy rápido, después de clases llegué a casa para encontrarme con una Ángela sonriente, almorzamos y me platicó que su vida iba mejorando cada vez más gracias a la doctora Stephanie, le pregunté mucho más acerca de la doctora y no me dijo mucho ya que su celular comenzó a timbrar haciéndola levantar de la mesa.
Al volver no comió más y me comentó que debía salir mucho más temprano, entonces se levantó, lavó su loza y luego se despidió de mi para más tarde marcharse.
Terminé de almorzar, dejé mi loza en la cocina y más tarde caminar en dirección a mi habitación, donde comencé a pensar en Stephanie, en lo que debía hacer y rendirme por completo.
Pronto se hicieron las 2 de la tarde, aún acostada, sin siquiera observar los libros, escuché sonar el timbre.
Con mucha pereza y sin ganas salí a abrir la puerta, para llevarme una gran sorpresa, mis ojos se abrieron como plato y de mi boca no salía palabra alguna.
—Hola Ximena, ¿Puedo pasar?— comentó ella con sus labios bien pintados, dejándome atontada con su aroma y su se*******ad.
AUTOR: SAIRIT LICONA