24/07/2024
Hace poco hablábamos con algunas amigas y amigos, que -sin ser una regla ni mucho menos- hasta los 15 años tenias tiempo para llenar el bolso -no se, aprender idiomas, a conducir, algún oficio, tener algunas habilidades- para que por lo menos sean la base que te sirvan de colchón para lo que se viene. Y entre los 15 y los 25 habia que descocarse, probarlo todo, intentarlo todo, como el vuelo de Ícaro -aunque el sol derrita nuestras alas- y asi, si sobrevivimos (no se trata tampoco de andar jugándosela a la ruleta rusa, ni mucho menos) sino salir del otro lado de la gran ola. Y de ahi para adelante, armar una vida, hasta los 45 mas o menos, en que miras hacia atrás y haces la primera gran evaluación para ver si das o no un golpe de timón. Qué se yo, irse del país, separarse, emprender otra carrera, alguna de esas estupideces que si no las hacemos a tiempo, terminaremos toda la vida. Y al final, entre los 50 y los 60 años irse a vivir solo, no aguantar a nadie, hacer las cosas que nos gusten, sin atao, ser viejos locos, hasta que estemos teclos y podamos vender la casita y solventar los gastos de algún albergue, y morirnos sin depender de nadie y sin deberle nada a nadie. De todos modos, en general, no estamos tan lejos de eso mismo, con sus altos y bajos, pero que mas vale tenerlo claro.