15/06/2024
EVO DIOS
Y el ángel Gabriel fue enviado a una joven llamada María Mamani y le dijo que ella engendraría un niño que gobernaría como un rey para siempre las 7 federaciones del Chapare.
El hijo, de nombre Evo, nació en una pequeña casita de adobe en medio del altiplano, donde unos pastores de llamas lo visitaron, quedando asombrados ante lo que contemplaron.
En el interior de la casucha, el recién nacido yacía en el suelo envuelto en un aguayo de lana de colores, rodeado por sus padres, Dionisio Morales Choque y María Ayma Mamani.
Pero la familia no se encontraba sola. Junto a ellos, postrados frente al niño, estaban tres visitantes misteriosos que se hacían llamar a sí mismos los tres comandantes eternos.
El primero se llamaba comandante Fidel, el segundo comandante Chávez, y el último comandante Ortega.
Según se contaba, una estrella roja los había guiado desde tierras lejanas del norte, atravesando altísimas montañas y profundos mares. Cada uno traía en sus manos una cajita con regalos para el niño.
En una cajita se leía la frase: "culto a la personalidad", en otra, "dictadura totalitaria", y en la última, "hambre".
Tiempo después, cuando Evito tenía 12 años de edad, se lo vio junto a su padre en la escuela del pueblo de Orinoca, sobornando a uno de sus maestros con un cordero mediano para pasar de grado. El progenitor instruía al aplazado en el principio comunista de que las reglas pueden ser violadas lo mismo que las menores de edad con increíble facilidad y que "luego los abogados estaban para arreglar". Principio que regiría el resto de su vida desde entonces.
30 años después, Evo fue electo presidente de Bolivia, con la ayuda de un tal embajador Rocha, espía de Cuba según se cuenta, y desde entonces empezó la obra de imponer el comunismo en el país, para cuya obra Dios lo había enviado a la tierra.
Como la tarea era inmensa, Evo escogió a 12 apóstoles, cuyos nombres eran los siguientes:
1. David Choquehuanca, quien se dedicó a difundir el resentimiento racial.
2. Juan Ramón Quintana, quien se encargó de armar casos de terrorismo y encarcelar a la oposición.
3. Carlos Romero, quien ayudaba a Quintana y se dice que extorsionaba sexualmente a las esposas de algunos detenidos.
4. Héctor Arce, quien ayudó al gobierno a violentar la justicia.
5. Roberto Aguilar, un mequetrefe.
6. Luis Alberto Sánchez, otro bandido.
7. Nélida Sifuentes, encargada del fondo indígena.
8. César Cocarico, otro ladrón.
9. Wilma Alanoca, experta en explosivos.
10. Gabriela Montaño, que incurrió en actos de corrupción con su marido.
11. Mariana Prado, que usó la justicia para concretar los fines de la dictadura.
12. Luis Arce Catacora, también conocido como Judas, quien luego traicionaría a su supremo líder por 2000 hectáreas de tierra en Santa Cruz.
Evo realizó muchos milagros durante sus largos 14 años de tiranía. Desapareció las reservas del Estado, construyó una treintena de elefantes blancos, convirtió a un país gasífero en uno donde la gente comenzó a hacer colas por el gas, cooptó la justicia, el poder electoral y la defensoría del pueblo, dividió Bolivia, la convirtió en el tercer país del mundo con más deforestación, enseñó mediante parábolas y sermones el arte de la victimización con el fin de granjearse votos, mostrando a las personas el camino hacia el régimen del comunismo.
Sus enseñanzas incluían el amor a su figura, la eliminación del opositor y la importancia de la victimización para ganar adeptos.
Su mensaje de resentimiento racial combinado con el odio de clase marxista ideado por su ideólogo, Álvaro García Linera, fue increíblemente efectivo y le atrajo muchos seguidores devotos a su autoridad, quienes hacían oídos sordos a las críticas a su corrupción, abusos, hipocresía descomunal y pedofilia.
Pero eventualmente, Evo fue traicionado por uno de sus apóstoles que se decía ser el más fiel de todos, Luis Arce Catacora, alguna vez conocido como el genio de la economía social comunitaria y el modelo social productivo. Este nuevo impostor le quitó su cargo como comandante de los grupos de choque masistas y lo amenazó con ser arrestado y juzgado por el TCP por todos sus crímenes, si es que se atrevía a intentar recuperar su cargo de dictador.
Una cosa que lejos de asustarlo, lo desquicia actualmente al grado de la locura, tanto así que hace poco intentó recurrir al fiscal general Juan Lanchipa, antiguo leguleyo suyo, lo que no tuvo ningún resultado.
Desde entonces, Evo Morales viene dando pataletas en el suelo sin, al parecer, ningún éxito en lo futuro.
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