Mi Otra Eri

Mi Otra Eri Bitácora de mi viaje en la búsqueda de mis ancestros

La Eri del siglo XXI se dejó caer en el sillón y agradeció que fuera viernes. Luego de unos minutos, la belleza del atar...
18/11/2024

La Eri del siglo XXI se dejó caer en el sillón y agradeció que fuera viernes.
Luego de unos minutos, la belleza del atardecer inundó su alma.
Las montañas estaban rebosantes de un verde nuevo y había flores aquí y allá así que mariposas, abejas avispitas y varios insectos más de los que conocía hasta el nombre científico andaban de aquí para allá. Los pájaros cantaban y aleteaban buscando acomodarse en los árboles para pasar la noche. Lo mismo hacían allá al frente las gallinas y los patos. Los trinos se interrumpian de a ratos por los ladridos de su tribu perruna que no quería dejar pastar tranquilos a los caballos .. La Negra, su gata negra, seguía atenta todos los ruidos, movimientos y aromas desde lo alto de la mesa.
Había puesto música pero el sistema basado en la señal de internet se cortaba así que a la tercera vez decidió que escucharía los ruidos de la tarde .. tal.vez no tener señal era casi la única manera de desconectarse del mundo en este siglo....
Así que se enfrascó en sus pensamientos ... Su vida pronto iba a cambiar muchísimo... Había muchas cosas que pensar y resolver ... Cuando volvió a mirar ya era de noche. Se habían encendido las luces y sobre el horizonte se veía la enorme luna llena de escorpio.Era realmente enorme, amarillenta y brillante. Amaba este lugar y este momento. Le agradeció a Dios haberla sacado de sus pensamientos para mostrarle aquel instante sublime

15/11/2024

Era una noche oscura allá en los límites... Sin embargo, el Amado Rey levantó la mirada buscando la estrella más brillante en el cielo: Sirio, la estrella mensajera de los Magos... estaría su Princesa mirándola también?.
De pronto vinieron las imágenes de aquel día, aquel preciado momento en que la vió por primera vez.
El era un joven príncipe del Caravassar y encabezaba una caravana que fue a aquella ciudad a comerciar y buscar provisiones. La vida allí era tan distinta que sus ojos iban curiosos de un lado a otro, tratando de recordarlo todo y encontrar oportunidades, su Padre seguro indagaria sobre eso. No para saber más, sino para ver si el había sido capaz de comprenderlo todo y guiar a su gente. Sabía que el viaje no se trataba solo de vender y comprar, se trataba de aprender y madurar, de poner en juego sus dones de líder de su pueblo. Conciente de esa responsabilidad intentó sin embargo disfrutar de aquel viaje.
De pronto la vió. En una esquina había una gran tienda que antecedía los aposentos de una enorme casa, aunque no tanto como su Caravassar claro, y en el medio de la gente que miraba, preguntaba, iba y venía... una niña de unos siete y ocho años brillaba con una sonrisa enorme, ojos vivaces y rulos enmarañados. Hablaba con todos, explicaba cada cosa acomodada en los los mesones o los estantes y de a ratos su mirada buscaba a alguien para saber que lo estaba haciendo bien. De inmediato supo que se trataba de la pequeña Princesa Druza de la que habían hablado los viajeros alrededor de la fogata. Y era tal como la habían descripto: aún siendo una niña parecía una joven madura por como acompañaba todas las cosas de la tienda y seguía atenta las decisiones de su abuelo sobre esto o aquello. No pudo hablar con ella entonces, ni conocerla.. después de todo era una niñita. Pero en su corazón quedó grabada aquella risa sonora y aquellos ojos inteligentes y profundos. Y aunque volvió a verla en otros viajes, no sería hasta sus trece años que serían presentados formalmente.
Recordar aquel dia trajo paz y calidez a su corazón.. de pronto Sirio pareció emitir un destello brillante y él supo que su Princesa también lo había visto. Trató de acomodarse sobre el brazo que estaba sano y se durmió sabiendo que la luz aún brillaba en su hogar y que la oscuridad no podría con ellos.

La Princesa Druza se dispuso a preparar su ritual de protección y luz para el Amado Rey. Seguía inquieta desde la noche ...
14/11/2024

La Princesa Druza se dispuso a preparar su ritual de protección y luz para el Amado Rey. Seguía inquieta desde la noche anterior en que había presentido que algo definitivamente no estaba bien.
Conocía varios rituales, algunos se los había enseñado su Maestro siendo una niña y otros los había ido descubriendo en diferentes momentos de su vida en el Caravassar. En el medio de ir y venir de todos los días procurando que todo estuviera en orden y a tiempo había reflexionado sobre su sensación de la noche anterior y cuál sería la mejor protección para su Amado Rey, que también estaba protegido su territorio y su hogar de aquellas malvadas fuerzas que venían por sus almas llenas de luz.
Luz. Esa era la clave. Buscó unas velas, unos perfumeros de cristal y unos inciensos y se dirigió a un patio interior al que en general solo ella accedía. El paio era en realidad un pequeño jardín y en el centro había marcada una estrella de cinco puntas, el signo de su clan. Allí dispuso ordenadamente en circulo las velas y los sahumerios. Trajo el calor y la luz del elemento fuego al ritual al ir encendiendo de a una casa vela y cada sahumerios mientras recitaba secretos conjuros ancestrales. Los perfumeros de cristal que multiplicarian la luz una y mil veces habían sido colocados cuidadosamente entre rosales y jazmines mientras se sentía el aleteo inquieto de algún pájaro que veía alterado su sueño.
Ella iba vestida con un hermoso vestido blanco bordado con hilos dorados y llevaba puesta la cadenita que había heredado al nacer, tambien iba descalza para sentir la tierra y con el pelo suelto para sentir el aire.
Luego de encender las velas, puso en el centro de la Estrella de cinco colores, la hermosa copa dorada tallada y con rubíes símbolo de la prosperidad y el amor por su pueblo de su Amado Rey. Y arrodillándose sobre ella colocó el quinto elemento: el agua. Pura y fresca la había recogido del pozo principal y fuente de vida del Caravassar.
Luego miró al cielo y buscó nuevamente a Sirio, la estrella más brillante en el cielo. Ella llevaría el mensaje y la protección de la luz al Amado Rey. Y él sabría que con el amor de su Princesa llegaría la protección y la fuerza necesaria para vencer la oscuridad.

12/11/2024

Seguimos aprendiendo a amarnos ..

De Alicia en el País de las Maravillas

-¿Pero tú me amas? - Preguntó Alicia.

-¡No, no te amo! - Respondió el Conejo Blanco.

Alicia arrugó la frente y comenzó a frotarse las manos, como hacía siempre cuando se sentía herida.

-¿Lo ves? - Dijo el Conejo Blanco.

Ahora te estarás preguntando qué te hace tan imperfecta, qué has hecho mal para que no consiga amarte al menos un poco.
Y es por eso mismo que no puedo amarte.

No siempre te amarán Alicia....,
habrá días en los cuales estarán cansados, enojados con la vida, con la cabeza en las nubes
y te lastimarán.

Porque la gente es así, siempre acaba pisoteando los sentimientos de los demás,
a veces por descuido, incomprensiones o conflictos con sí mismos.

Y si no te amas al menos un poco,
si no creas una coraza de amor propio y felicidad alrededor de tu corazón,
los débiles dardos de la gente se harán letales
y te destruirán.

La primera vez que te ví hice un pacto conmigo mismo...

"¡Evitaré amarte hasta que no hayas aprendido a amarte a tí misma!"

Por eso, Alicia, no, no te amo."

La Eri del Siglo XXI   regreso a casa luego de un largo largo viaje.. y mientras espera una de esas cosas ricas que tant...
10/11/2024

La Eri del Siglo XXI regreso a casa luego de un largo largo viaje.. y mientras espera una de esas cosas ricas que tanto extraño comer en estos 30 días que duró su viaje, se encontró en la web con un pasaje de Alicia en el País de las Maravillas... Siempre amó ese cuento. En realidad podría decirme más bien que amo los cuentos desde siempre. Y cuánto más fantásticos fueran mejor. Sino... por qué serían cuentos? Para qué los leería y los contaría y los imaginaria? Muchas veces había imaginado ser como Alicia... Vivir una vida normal y de pronto entrar en un mundo donde todo era raro. Pero no raro mal. Sino raro... bien. Original podría decirse. Algunas veces en su vida se había perdido en el salón de los espejos.. otras, había aparecido el conejo y definitivamente había un sombrerero loco que le recordaba que lo importante era amarse ella para que otros también la amaran.. sería suficiente con recuperar la muchosidad de la Pequeña Eri? O tal vez había que enriquecerla con las vivencias de estos años? Era posible ser una adulta y poder entrar al País de las Maravillas?

05/11/2024

Aquella noche oa Princesa Druza miró al cielo y buscó ansiosamente a Sirio, la estrella más brillante sobre el horizonte.
Algo la había tenido intranquila todo el día. Aunque había intentado enfocarse en las múltiples tareas que estaban bajo su responsabilidad, de a ratos paraba a tomar una bocanada de aire porque algo le estrujaba el pecho y se quedaba en su garganta. Algo como un grito ahogado.... Inevitable pensar en su Amado Rey. Le habría pasado algo? Era el quien quería gritar? Gritarle? Era un grito de dolor? De enojo? De auxilio? La Princesa Druza a pesar de tener activo su tercer el ojo, el de la intuición o el conocimiento y la comunicación, no podía encontrar una respuesta ... Eso le preocupaba más aún. Ella ybsu Amado Rey siempre habían podido comunicarse a pesar de la distancia... No importaba que el estuviera lejos en medio de una lucha por defender las fronteras del reino del Caravassar. Pero ese día todo estaba muy difícil... Mi Otra Eri miró al cielo estrellado y confió en que su Amado Rey estaría haciendo lo mismo. De pronto se levantó una leve brisa que le acarició la cara y le arremolinó el pelo suelto. Entonces supo que él estaba bien. Y pensaba en ella. Su pelo alborotado que siempre lo hacía reír era la mejor señal. Su corazón se aceleró, sus mejillas tomaron color y una enorme sonrisa iluminó su rostro.
Allá lejos, el Amado Rey había tenido un largo día, un gran vendaje rodeaba su hombro izquierdo. Recostado sobre un viejo olivo sintió acelerarse su corazón, cerró los ojos luego de mirar al cielo y pudo sentir el aromaby la risa de su amada Princesa. Pronto está guerra terminaría y él volvería a sus brazos.

En este día tan especial en que nuestros mundos se conectan, será hermoso sentir su cariño, su abrazo y sus mimos Abues ...
02/11/2024

En este día tan especial en que nuestros mundos se conectan, será hermoso sentir su cariño, su abrazo y sus mimos
Abues los amo por siempre

Legados
31/10/2024

Legados

31/10/2024

En qué andará mi tribu multiespecie?

31/10/2024

La Pequeña Eri amaba ir al circo. Sobre todo cuando se trataba de circos que se detenían en el pueblo de sus abuelos en vacaciones. Porque entonces e iba con un clan de primos y primas. No importaba que era la más grande y debía estar pendiente de que todos se portaron bien. Venía un circo! La emoción empezaba ya desde que empezaban a instalarse. Generalmente cerca de la casa de sus abuelos donde ella y sus hermanos -o su hermana más bien- pasaban sus vacaciones. Eran unos predios de la estación de trenes que cada vez se usaban menos y que generalmente eran zona de múltiples aventuras.
El circo llegaba en caravana. Gran diversidad de vehículos y gente bien distinta a la que formaba el mundo cotidiano de la Pequeña Eri. Mientras uno de ellos paseaba por el pueblo con un altavoz anunciando las funciones, los otros se disponían como en un semirculo rodando la gran carpa que en un santiamén aparecia armada ante la mirada atenta del clan de primos sentado en el cordon de la vereda de enfrente o trepado en algún banco, bici o árbol de la placita de al lado según se trate. En ese observar todo, identificaba claramente dónde quedaban ubicadas los carros jaulas con los animales. Aunque hoy ya no está permitido, en las épocas de la Pequeña Eri, con los circos llegaban a los pueblos tigres de bengala y leones que rugían antes de saltar por aros a veces en llamas, elefantes enormes que se sentaban en banquitos pequeños, monos con caderines y sombreritos de colores brillantes que hacian un monton de piruetas y había algunos que también traían víboras y palomes para el show del Gran Mago o perritos que actuaban con los payasos o unos hermosos caballos para los acróbatas. Había equilibristas del trapecio o de unas monobicis altas y bajitas, o de las motos en la bola de acero, o de las torres humanas. Actuaban grandes y niños. Mujeres y hombres en trajes hermosos y brillantes. Con plumas y lentejuelas. Con maquillajes diversos y aunque generalmente solo el Director del Circo hablaba presentando cada número o los payasos haciendo alguna broma con el público, la sonoridad y el ritmo de las dos o tres horas que duraba el espectaculo eran increíbles. En algunos casos iban de suspiro en suspiro, de exclamación de asombro a exclamación de asombro, de risa en risa. Eso... Cómo había caras felices en los circos!!! O al menos eso veía la Pequeña Eri. A veces cuando se acercaban a las jaulas de los animales, ella veía en sus ojos un poco la trsiteza.. Pero también sentía que ellos disfrutaban de aquellas manitos que daban timidas caricias a través de los barrotes cuando nadie miraba. La Pequeña Eri sabía que eso no debía hacerse pero .. acaso algún animal de alguna especie le había hecho algo malo alguna vez? No. Definitivamente no. Y además acaso no era ella una niña que podía hablar con ellos aunque nadie podía saber eso? Claro que sí. Y ellos disfrutaban su compañía, su charla y sus caricias y ella disfrutaba inmensamente de ellos. La llevaban a lugares lejanos. Le contaban de la selva o de la pradera, de las frutas y los ríos. De cuando vagaban libres junto a sus manadas. Y al contarle a ella volvían a ser libres por un ratito. Así que cada vez que nadie la veía, la Pequeña Eri terminaba sentada junto a una enorme jaula de aquellas .
De día en el circo había muchas cosas que hacer y la gente andaba ocupaba en eso o bien estaba descansando para las funciones de la tarde y de la noche así que mientras no molestara nadie le prestaba atención. Y la Pequeña Eri era muy bien portada en eso de no hacer macanas para llamar la atención. Sabía cómo pasar desapercibida. Solo tenía que estar callada y quieta o al menos no en un lugar por dónde la gente se moviera haciendo cosas. Así que solía encontrar rápidamente esos rincones y entablar diálogo con los animales sin emitir sonido casi. Nadie iba a buscarla hasta que no fuera la hora de almorzar, merendar o cenar según se trate. Y ella aparecería minutos antes de que alguien tuviera siquiera que preguntar por donde andaba. Esa era la garantía para poder volver a salir y moverse a su antojo. Eso y que no se lastimara o tuviera algún accidente o hiciera alguna cosa que implicara que alguien fuera a quejarse a los mayores de su comportamiento. Mientras cumpliera con eso, su libertad estaba garantizada. Y las vacaciones serían plenas de nuevas aventuras. Así que ella tempranamente había aprendido a ser una equilibrista en eso de arriesgarse sin correr riesgos. Cómo los equilibristas de los trapecios en el circo.

29/10/2024

Lunes 28. Vuelo de regreso.

La Eri del siglo XXI sintió una alegría enorme al mirar por la ventana del avion y ver que de entre las nubes blancas emergian picos de montañas azules, y pensó que ya habían terminado de cruzar el gran charco. Luego miró el monitor prendido en varios de los asientos del avión donde se marcaba la trayectoria del vuelo. Y si. Ya estaban volando cielos latinoamericanos y faltaban, según decía ahí, poco menos de 3 horas.
Pocas para llegar a un primer destino. Muchas si se consideraba que hacía más de 36 hs que habían dejado el hotel en una ciudad del interior de la lejana China.
Era lunes. Ella llegaría a casa por esas cosas de las combinaciones de vuelos disponibles, recién el viernes!. Así que estaba recién en los inicios de un largo regreso.
Tan largo como había sido su camino de reencuentro pensó.
En el viaje se había reencontrado con algunas de las mejores cosas de su niñez y de su juventud. Y también había terminado de sanar muchas heridas y de vivir momentos y situaciones con la serenidad y la reflexión que había logrado con los años. Sobre todo estos últimos.

Había tomado fuertes decisiones antes de partir. El futuro a partir de ellas sería muy distinto. La Eri del siglo XXI esperaba que fuera feliz y luminoso. Pero solo Dios podía saberlo. Acaso no había sido siempre así?

No era la primera vez que lo hacía. Otras veces antes había tomado de decisiones que implicaban cambios de vida. Ninguna como ésta sin embargo, pensó. Había algo en ella que la hacía sustancialmente distinta. Algo que solo ella podía dimensionar. Está decisión no solo era un salto hacia adelante hacia algo nuevo. También era un salto hacia algo totalmente desconocido para ella y que había decidido pensando estrictamente en ella misma y en nadie más.

Intentaba pensar además que al igual que otras veces, estaba saltando con una red. No era un salto al vacío (una sensacion que le daba mucho miedo) más bien era como saltar de un trapecio en movimiento a otro que también lo estaba. Solo que esta vez allá abajo la red se veía precaria como la de los equilibristas en aquellos circos deambulantes a los que le gustaba ir de niña. Y sus brazos ya no eran tan firmes para soltarse y volverse a agarrar... Pero como tantas veces antes, parada allá arriba, no miró para abajo. Tomo el trapecio y dió el salto confiada en el impulso, en el movimiento y en Dios, que siempre la había acompañado. Ahora más que nunca estaba segura de eso. Será que también le gustan los equilibristas y los acróbatas del circo de la vida.
Así que aquí estaba ella. Largamente pasada la mitad de su vida según las estadísticas. Aún agarrada del primer trapecio Pero ya con el envión del vuelo iniciado. No podía volver atrás. Solo cabía concentrarse, sentir el ritmo y soltar. Y volar por segundos. Confiar. Y agarrar firmemente el otro trapecio. Disfrutar. Y apoyar serenamente el pie del otro lado. La red seguiría allá abajo. Igual que los espectadores mirando. Clavados y conteniendo la respiración en sus sillas de lata sobre pisos de aserrín. Habría aplausos? Tal vez.

Pero no era eso lo que la había hecho ser una acróbata trapecista en el circo de la vida. Y claramente no sería del grupo de payasos. Ni del de los malabaristas. Ni del de domadores. Ni del de los ilusionistas. Le gustaba el mago. Pero su cabeza y su cuerpo todo necesitaban más que eso de sacar conejos o palomas de la galera. Y claramente no sería de los que arman o desarman el circo en cada función. Que para eso ya estaba Dios y los suyos que va.
Seguro ellos se habían ocupado de que la red y todo lo demás funcionara correctamente. A ella le tocaba balancearse. Sentir el ritmo y dar el salto.

27/10/2024

La Princesa Druza había nacido y crecido en una gran familia.

Siempre había una mesa grande alrededor de la cual muchas cosas podían pasar ... A veces, los hombres a su alrededor tenían las caras serias y el seño fruncido... Y hasta algún puño caía sobre la madera reafirmando una idea.
Otras veces en cambio, las mujeres mayores picaban pequeñito muchas verduras o bien mezclaban la harina y amasaban riquísimos panes.

Otras veces la mesa se vestía de fiesta porque había invitados que venían de lejos... Y de seguro habría historias!

Otras. se sentaban todos los primos y esperaban por una bulliciosa y feliz merienda. Si hacía calor podía ser que les sirvan laben fresquito con uvas negras o aceitunas o pepinos...

Y otras veces, sobre esa mesa se entablaban sendos desafíos al ajedrez o a las cartas. Mi Otra Eri no sabía si eso de jugar a las cartas iba con una princesa. Pero a ella le gustaba, los disfrutaba y no le hacía mal a nadie. Así que cuando se armaba alguna partida ella seguro se sumaba.

Otra cosa que recordaba que le encantaba de aquellos tiempos, era que todos los cuartos tenían ventanales por donde entraban el aire y la luz Galerías frescas que daban a bellos y cuidados jardines donde podían escucharse trinos y el sonido del agua en la fuente, y sentir una mezcla de aromas a rosas y jazmín.

Extrañaba eso sobre todo en el caravassar. Aunque el Amado Rey había intentado recrear ese jardín para ella, eso no había sido posible.
El gran patio central resguardado por las murallas cobijaba cuatro enormes palmeras y el tan preciado poco de agua. Fuente de la vida y la existencia misma del caravassar.
Como unica sobreviviente de aquellos jardines y enamorada de la vida que se abre paso a pesar de todo, ella fue cultivando pequeños espacios en pequeñas macetas con flores en las cuales descansar la vista y el alma

19/10/2024

La Eri del siglo XXI ha vivido su cumple años... Cómo otras veces antes está a muchos kilómetros de su casa y de su gente y de su tribu de almas multiespacie...
Y si... Los extraña. Pero también disfruta este viaje y este tiempo para ella.. y hoy, a diferencia de otras veces, el celu permite una cercanía casi inmediata.

Con el grupo de viajeros subieron a una torre altísima para ver la ciudad iluminada. Pero... ella disfruto más el paseo por la orilla del rio... El aire húmedo en la cara, las flores rosas en toda la baranda de la ribera... Los árboles .. y hasta la gente tomándose fotos y los vendedores ofreciendo rosas a los enamorados y otras cosas que ella no conocía ...

Muchas parejas caminando o demorándose a la luz de la luna llena cayendo sobre el ancho río...y ella disfrutaba con aquellas parejas en la que una mano de novia emocionada sostenía la bellísima rosa roja...

Y si, aunque estuvieramos en el siglo XXI y la Eri de este siglo se asume una mujer empoderada, la pequeña Eri que vive en ella sigue emocionandose con las historias de amor ...

Y la Princesa Druza? Cómo sería pasar los cumpleaños para siempre lejos de su casa y de su gente? Ella a veces veía de nuevo las imágenes de aquella noche terrible en que su casa fue saqueada y reducida a cenizas y su familia masacrada... solo ella había sobrevivido... y a veces se preguntaba por qué y para que...

El Antiguo Rey y su Hijo el Principe del Caravassar y todos sus seguidores habían jurado cuidarla y protegerla para siempre... Acaso no era eso una familia?

15/10/2024

15 o 16 de octubre. Guandzhou.China

A la Eri del siglo XXI le encanta viajar, incluso de antes... Cuando había q buscar mapas en papel o preguntar a cada persona para llegar a un lugar..
Conocer nuevos lugares, nuevas personas, nuevas culturas...Probar sabores y misturas, escuchar nuevos sonidos tonadas q dejan adivinar historias...
Dicen que el tiempo que pasamos entre el primer y el último aliento ya está escrito desde antes antes... Y que lo tenga que ser será...
LA pequeña Eri ha escuchado esa frase muchas veces... A veces asociada a una fatalidad, a algo triste frente a lo que había resignarse... Otras veces asociada a una posibilidad... Si eso que una soñaba ya estaba destinado a ser pues entonces sucedería! Y si no... No había nada q hacer más que resignarse... También había escuchado muchas veces renegar de ese pensamiento a su papá. Si el destino estaba escrito...que quedaba para el libre albedrío de los seres humanos? Dónde quedaba nuestra posibilidad de elegir entre el bien y el mal? De hacer lo correcto o lo incorrecto? Uno elegía ser bueno a cada paso y después de todo...en eso algún mérito debía haber no? De hecho se suponía que si en nuestra libertad elegíamos hacer el bien o ser buenos, entonces nos íbamos al cielo! Eso también le enseñaban en el Colegio, y en la catequesis y en todo su mundo impregnado de religión católica. Así que l pequeña Eri intentaba tomar la decisión correcta en el sentido de lo que le habían enseñado que estaba bien.
Pero... Muchas veces escuchada a los más viejos de su familia decir que había que ser buenos porque el cielo y el in****no estaban en esta vida y no en otra... Así que, razonaba la Pequeña e inteligente Eri, ellos decían que había otras vidas! Y que aunque el destino estuviera escrito..había un espacio para el libre albedrío...sino como tendría sentido que según tus acciones vivieras el cielo o el in****no en esta vida.. en la que "todo se paga"?
En todo caso y por las dudas tal vez, la Pequeña Eri creció esforzándose siempre por tomar las decisiones correctas..aún sabiendo que no siempre eran las mejores para ella misma...

Lo que tenga que ser será. .Hay algo en esa frase que siempre ha resonado, que ha hecho sentido tantas veces en la vida de la Eri del Siglo XXI. Le ha enseñado no solo a tener fe sino también a tratar de comprender el significado profundo de los acontecimientos y lo más importante: a aprender de ellos y hacerlo mejor cada vez Hoy sabe que "mejor" no es necesariamente mejor para todos. Y que elegir lo que a ella le hace mejor en primer lugar está bien. Y que tal vez los in****nos tuvieron que ver con que por fin aprendió eso. A ponerse en el Centro de su propia vida y elegir en el sentido de las cosas que la hacen feliz. Y dejar ir a quienes toman otras decisiones y sobre todo, ir sacando de su vida a quienes no vibraban en esa sintonía. Después de todo la responsabilidad de tomar las decisiones, ese libre albedrío que no debía ser libertinaje escuchado tantas veces en su infancia, era individual. La decisión de hacer el bien era siempre en el interior de cada alma.
Lo que por fin había logrado comprender la Eri del siglo XXI es que si esa decisión de su alma está en consonancia con el alma universal entonces todo va a estar bien. Si en ese estar bien contempla a otros seres vivos en armonía con su sentir entonces está bien, aunque no siempre parezca estar bien en el sentido de ser lo correcto.
En esta noche de hotel a millones de kilómetros de su hogar donde seguramente brilla plena la luz del día, la Eri del siglo XXI reflexiona en que tal vez ese haya sido uno de los mayores y las duros aprendizajes de su vida... Lo correcto y lo bueno no son lo mismo. Más aún, lo correcto y lo que le hace bien a su vida muchas veces definitivamente no lo son.

Y entonces vuelve a mirar y ve a la Princesa Druza en el caravassar esperando el regreso del Amado Rey... Será que ella cree que en su destino está ese regreso y lo espera por eso serenamente? Será que su elección de hace años de unir su vida a la de el fue en el uso de su mayor libertad? Después de todo ella era una Princesa a la que le habían quitado la vida que conocía en una noche y él, apareciendo de la nada, la había rescatado tal vez de cosas peores que la muerte...
Era el destino? La libre elección? Quien había elegido a quien? Y sobre todo: Eso importaba?

A la Eri del siglo XXI le encanta viajar, incluso de antes... Cuando había q buscar mapas en papel o preguntar a cada pe...
13/10/2024

A la Eri del siglo XXI le encanta viajar, incluso de antes... Cuando había q buscar mapas en papel o preguntar a cada persona para llegar a un lugar..
Conocer nuevos lugares, nuevas personas, nuevas culturas...Probar sabores y misturas, escuchar nuevos sonidos tonadas q dejan adivinar historias...

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