31/07/2024
ESPERANZA EN JESUCRISTO
Hebreos 11: 1 Nos dice que: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”
Ahora bien, ¿cómo podríamos definir la Esperanza?
Es la espera de algo que no se ve, pero que ha sido prometido.
Otra forma de definir la Esperanza es: Es la certeza en el presente y la expectativa firme en el futuro
La Fe es la evidencia, la Esperanza es la atención, curiosidad o expectativa de las cosas que no se ven.
La Fe confía en la seguridad de la promesa, la Esperanza mira hacia lo que se ha prometido.
Teniendo este concepto de Esperanza, veremos su Naturaleza, como la podemos lograr y cuales son sus beneficios.
NATURALEZA DE LA ESPERANZA
ESTÁ VINCULADA A LA CONFIANZA
“Nuestra alma espera en Jehová, nuestra ayuda y escudo es él. Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado. Sea tu misericordia, oh jehová, sobre nosotros, según esperamos en ti.” (Salmo 33: 20 – 22)
Nuestra Esperanza en Dios, no ha de sustituir nuestra oración, sino que nos debe reanimar y alentar, porque hemos confiado en su nombre.
Por eso finaliza el Salmo con una plegaria y es como si dijera: Aunque no seamos merecedores por nuestros méritos, has que siempre tengamos el consuelo y el beneficio de tu misericordia, conforme a la Esperanza que tenemos en ti, por las promesas en tú Palabra y por la fe que has puesto en el corazón de cada uno de nosotros.
ESTÁ VINCULADA A LA FE
1Corintios 13: 13
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
El Apóstol al decir estos tres “la fe, la esperanza y el amor”, nos da a entender que su intención es tomarlas en conjunto, como algo que en la vida del creyente deben ir sólidamente unidos, porque más que haya otro gracia o carisma, son los que realmente van a colaborar a la edificación del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia.
La fe, nos dará lugar a la visión, en forma de confianza.
La esperanza, a la posesión, en forma de expectativa.
El amor, a la unión de la iglesia.
La fe, la esperanza y el amor son de carácter eterno.
ESTÁ VINCULADA A LA EXPECTATIVA
Romanos 4: 18 – 19: “Él creyó en esperanza contra esperanza, para ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se había dicho. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya mu**to (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara.”
Abraham apoyó su fe, en una esperanza al límite (o al margen) de toda esperanza humana, porque todas las situaciones parecían ser contrarias a la voluntad de Dios.
El que tenía la promesa de Dios, de ser padre de todos los creyentes, debía tener una fe extraordinaria, así como de extraordinaria eran los obstáculos que se oponían a su fe.
Abraham, si lo vemos con nuestro pensamiento humano, no tenía ninguna expectativa de poder cumplir con la promesa de Dios, pero él no dio lugar en su mente a ningún pensamiento de duda, no dijo:
¿podrá ser cierto lo que Dios me ha dicho? ¿podré cumplir con la promesa de Dios?
Todo lo contrario, en él hubo una completa determinación, sin vacilación alguna, a creer lo que Dios, le prometía.
En el fondo de toda desobediencia está la incredulidad, la falta de expectativa.
Nunca es la promesa la que deja de ser, sino es que nuestra fe comienza a debilitarse.
¿CÓMO LOGRAR ESPERANZA?
Hemos sido llamados a una sola Esperanza: “Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuales las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.” (Efesios 1:18)
El Apóstol Pablo, desde el versículo 15, viene destacando y dando gracias a Dios, por la fe, conque habían recibido a Jesús, del amor hacia sus hermanos, y pide a Dios que les dé Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento.
Ahora bien: ¿para que necesitaban Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento?
Para que comprendan “la esperanza a que él os ha llamado”, que es una única esperanza, para todos los que han creído en Jesús, es decir para todos los creyentes, como uno de los fundamentos y base de la unidad de la iglesia.
El fin de esta esperanza, no es nada más ni nada menos que la herencia eterna, la vida eterna, a la que hemos sido llamados, siendo el anticipo de esa herencia, (o el arras) el Espíritu Santo, que hoy mora en cada uno de nosotros.
La esperanza, es como un motor que nos empuja, para llegar hacia donde nos han llamado, la herencia eterna en la presencia de Dios, porque al ser una sola y única, para todos los creyentes, nos lleva a guardar y promover la unidad en un cuerpo y un espíritu, que es la iglesia.
NUESTRA ESPERANZA SÓLO EN JESÚS
1 Pedro 1: 13 “Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá, cuando Jesucristo sea manifestado.”
Con este versículo comienza, lo que muchos han denominado “llamamiento a una vida santa”, porque hemos sido salvos para ser santos. Este llamamiento a una vida santa, es producto lógico de la salvación que hemos adquirido.
Pedro nos dice que debemos “ceñir los lomos de nuestro entendimiento”, lo que nos llama es a que debemos estar preparados para actuar, es una metáfora tomada de la costumbre de recogerse o ceñirse las largas túnicas, ya sea para trabajar, emprender un largo viaje o para entrar en combate.
Se nos pide ser “sobrios”, es decir que nuestra actitud debe ser; juiciosa, sensata y equilibrada, para lo cual debemos tener dominio sobre nosotros mismos.
Se nos expresa “esperad por completo en la gracia que se os traerá, cuando Jesucristo sea manifestado”
La gracia que se nos pone de manifiesto, es la salvación final, es la entrada a disfrutar de la herencia eterna, que se producirá cuando en el que hemos creído que ahora es invisible, se haga visible a nuestros ojos en su Segunda Venida.
En 1 Pedro 1:3 leemos: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer por una esperanza viva, por la resurrección en Jesucristo de los mu***os”. Pedro nos dice que hemos tenido un nuevo nacimiento, y que su objetivo es “para una esperanza viva”.
Es una “esperanza viva” porque no es una ilusión mu**ta por el desengaño, sino segura, que no engaña ni avergüenza, sino que sostiene y nos dirige a la vida eterna.
La resurrección de Jesucristo, es nuestra justificación, nuestra nueva vida en Cristo y nuestra resurrección gloriosa.
LOS BENEFICIOS DE LA ESPERANZA
• NOS CAUSA REGOCIJO
Romanos 5: 1 – 2 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.”
Lo que nos pone en guerra con Dios es el pecado, ahora ya han sido perdonados nuestros pecados, por el sacrificio de Jesús, hemos sido justificados delante del Padre, y ahora tenemos paz con Dios.
A partir de ese momento, hay más que un cese de enemistad, nace una amistad sincera y un amor profundo, porque Dios nunca es para nosotros Alguien Neutral, o estamos con Él o estamos contra Él.
La paz que tenemos con Dios procede de la fe que tenemos en Jesucristo, porque Él es el autor, el gran Mediador y mantenedor de nuestra paz para con Dios.
Además de esta dicha, dice la Palabra: “Y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”
Que se verá en nosotros cuando se lleve a cabo nuestra redención, de manera que habremos sido transformados en Cristo a imagen de nuestro eterno Dios. Los creyentes se regocijan por la posibilidad de contemplarlo tal cual es y compartir su gloria.
La gracia es principio y parte anticipada de la herencia de la gloria; y la gloria es corona y consumación de la gracia.
• NOS RENUEVA LAS FUERZAS
Isaías 40: 30 – 31 “Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen. Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.”
Isaías hace referencia a los jóvenes que debido a su juventud confían en sus propias fuerzas, pero ellos se fatigan, flaquean y se cansan.
En Zacarías 4: 6, nos dice el Señor “No con ejército, ni con espada, sino con mí Espíritu”, Pero los que “esperan en Jehová”, los que sólo en Él han puesto su confianza, tendrán nuevo vigor, verán sus fuerzas continuamente renovadas, y disfrutarán de la energía, que el poder y la gracia de Dios les da y que no disminuye con el uso.
• BIENAVENTURADOS EN ELLA
1 Pedro: 14 – 16: “Más si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, Bienaventurados sois. Por tanto, no amedrantéis, por temor de ellos, ni os conturbéis. Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros Teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo.”
Los creyentes, a pesar de hacer el bien, pueden ser tratados muy mal, y eso lo estamos viendo en países de Asia, África y otros más, donde hay cristianos que son ejecutados, sin importar la ayuda humanitaria que estén llevando adelante. Pero aun en ese caso, dice la Palabra que son bienaventurados, dichosos, porque el daño que un cristiano puede sufrir por hacer el bien, no es un daño real, sino una bendición, porque están siguiendo el camino de Cristo.
Pedro nos dice que aquellos que pasan por estas circunstancias, deben glorificar a Cristo y dar testimonio de Palabra y de obra.
Sin tener temor a nada y a nadie, sólo a Dios, el cristiano debe estar preparado y tener la serenidad suficiente, para dar la respuesta adecuada ante la situación.
Aquí nos encontramos con algo muy especial, si miramos con detenimiento vemos que Pedro dice que no deben dar explicación de su fe, sino de su Esperanza, esto se debe al estímulo o atractivo especial que la esperanza ofrece, porque agrega al objeto de la fe el tono o el matiz de lo deseable.
Para que nuestra esperanza sea efectiva, Pedro nos indica que nuestra explicación la debemos dar:
Con mansedumbre, es decir con amabilidad.
Con respeto, sin arrogancia, sabiendo escuchar a las personas.
Con buena conciencia, sin ella es imposible dar una buena explicación de nuestra esperanza, sino que pondríamos en peligro nuestra fe.
• INSPIRA A UNA VIDA DE PUREZA
1 Juan 3: 3 “Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica así mismo, así como él es puro”
E Apóstol nos dice que todavía no se nos ha manifestado lo que hemos de ser, pero que llegará el día que veremos al Señor y seremos como él, expresa que tenemos la necesidad de purificarnos, porque tenemos la esperanza de la Segunda Venida de Cristo.
Porque vamos a ser semejantes a Él, tenemos que purificarnos de la misma manera que Él es puro.
El verbo purificar está en presente, y nos indica un proceso continuo de purificación, porque en nuestra carnalidad está el pecado, del cual día a día debemos dar cuentas al Señor y pedir su perdón.
Esta es nuestra fe y esperanza, la cual anunciamos también: que si al arrepentirnos y mediante el sacrificio de Jesús el Cristo, su Hijo, somos redimidos del pecado (todos) y ahora amados por Dios, teniendo la potestad de ser hechos sus hijos, coherederos juntamente con Cristo.
Es nuestra fe y esperanza, que si nos mantenemos en Cristo, viviendo una vida santa y piadosa, agradando a Dios, un día le veremos cara a cara, para comenzar a vivir aquella tan ansiada vida de eterna de gozo y paz.
Los que de Cristo somos, siempre viviremos en él.
Dios te bendiga.
Autor: R.E. (SFe./ARG) – Edición: L.E.M.
Leandro E. Meneghetti. Ministro Capellán ID #16-1679 - CELA Intenational University
International Police Chaplain Ministry Inc./Counseling, Crisis Management and Temperaments
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