28/03/2024
¡HASTA QUE UN DÍA DIJIMOS BASTA!
El día de hoy en la Escuela Nº 1-037 Doctor Julio Mayorga, del departamento Luján de Cuyo de la provincia de Mendoza, la Asociación Civil de Reservistas "Forti Animi", participó del acto por los 42 años de la gran Gesta de Malvinas.
El homenaje a nuestros héroes estuvo repleto de emoción y patriotismo. Los alumnos de 6to grado, junto a sus docentes rindieron un sentido tributo a quienes sintieron el llamado de la Patria y sin dudarlo un instante, respondieron valientemente.
También la ceremonia contó con la presencia del Subteniente de Reserva D Agustín Chiquinelli, egresado del Liceo Militar General Espejo, quien con un magnífico discurso, atrapó la atención no solo de los educandos, sino también del público en general.
A continuación transcribimos el discurso del joven Oficial:
Buenos días chicos como les va?, yo soy Agustín, soy Subteniente de la Reserva del Ejército y junto con ARFA (que son toda esa gente que ven ahí) les vinimos a contar un poco de lo que fue la guerra de Malvinas y lo que sigue siendo incluso hoy para nosotros.
Como seguramente ustedes ya sabrán las Malvinas son unas islas que están al sur del país y que nos la robó Inglaterra en 1833, pero que los argentinos en 1982 nos decidimos a recuperar y muchos soldados fueron a pelear por ellas.
Las islas Malvinas están a apenas 600 kilómetros de la costa argentina, es incluso más cerca que si nosotros quisiéramos viajar a Córdoba. Y están a 13000 kilómetros de Inglaterra, es como si nosotros viajáramos de Jujuy a Tierra del Fuego 3 veces. Los ingleses realmente no tienen excusas para estar en las Malvinas, a diferencia de nosotros que las tenemos dentro del territorio Argentino. Las Malvinas se encuentran sobre lo que llamamos “plataforma continental Argentina”.
¿Y qué es esto de la plataforma continental Argentina? La plataforma continental es el lecho submarino que también es parte de nuestro país, para que ustedes lo entiendan es toda la tierra que está debajo del mar, y el mar también, que también le pertenece a la Argentina, y las Malvinas están sobre ese pedazo del mar que nos pertenece.
Además, hace mucho tiempo atrás por el año 1500 los primeros en descubrir las islas fueron los españoles y las islas pasaron a formar parte del Virreinato del Río de la Plata. Luego cuando declaramos la independencia en 1816 las islas pasaron a nuestras manos.
Entonces, si todo esto dice que las Malvinas son Argentinas, ¿Por qué los ingleses insisten en que son de ellos? Bueno los ingleses dicen que ellos van a respetar la decisión de los habitantes de Malvinas, y como los malvinenses quieren seguir siendo parte de Inglaterra no van a devolvernos las islas. ¡Pero esto en realidad es una trampa! Porque cuando los ingleses nos quitaron las islas en 1833 trajeron a mucha gente de Inglaterra para que viviera en ellas. Entonces obviamente ellos no van a querer ser parte de Argentina.
Otra cosa que siempre a motivado a los ingleses a quedarse con las islas son sus riquezas naturales. En las islas se encuentra un yacimiento de petróleo muy grande llamado león marino. De ahí ellos sacan el petróleo y hacen el combustible para sus autos. Pero ese petróleo es nuestro, y ellos nos lo roban ilegítimamente.
Además las Malvinas se encuentran muy cerca de la Antártida Argentina. La Antártida Argentina es más grande que la mitad de la argentina continental, eso es muchísimo, y la Antártida es el lugar que más agua dulce tiene en todo el mundo. Y los ingleses planean robárnoslas también, y planean hacerlo desde las Malvinas.
Desde siempre la argentina ha reclamado, no solo a Inglaterra, sino a todo el mundo que la ocupación de las islas por parte de los ingleses era injusta e ilegal. Pero durante mucho tiempo a nadie le importo lo que teníamos para decir y no éramos escuchados.
¡¡¡Hasta que un día dijimos basta!!! Y decidimos acabar con toda la injusticia y nuestros soldados zarparon rumbo a Malvinas a recuperarlas para todos los argentinos. Y así por fin después de 149 años, el 2 de abril de 1982 nuestra Bandera volvió a ocupar su lugar en Malvinas. Y entonces por un momento nuestra Patria volvió a estar completa.
Esa mañana de abril la Argentina se despertó de fiesta, en cada rincón del país todos festejaban la recuperación de las islas. La alegría era inmensa, pero también todos sabían que se avecinaba algo terrible.
Mientras aquí se festejaba la noticia, en Inglaterra todos se encontraban muy disgustados con lo que había pasado… ¿Cómo era posible que un país como el nuestro se atreviera a desafiarlos a ellos, que eran uno de los países más poderosos del mundo?
Entonces los ingleses también enviaron a sus soldados para que pelearan con los nuestros y volvieran a robarnos nuestras islas, y ellos esperaban que ganarnos fuera algo fácil. Ya que ellos tenían armas mucho más nuevas y poderosas que las nuestras. Allá en Inglaterra decían que nuestros soldados eran solo unos pobres chicos con hambre, que estaban cansados y muy asustados para pelear.
Sin embargo nosotros teníamos algo que ellos nunca van a entender, nosotros amábamos nuestras islas, las amábamos tanto que siempre estuvimos dispuestos a pelear por ellas aunque los ingleses tuvieran más posibilidades de ganar que nosotros.
Y cuando sus soldados tuvieron que pelear con los nuestros se encontraron con que los argentinos no eran los pobres chicos con miedo de los que les habían hablado. Eran soldados valientes que peleaban como leones. Y a pesar de tener menos que los ingleses nuestros soldados supieron hacerles frente.
Les voy a contar la historia de uno de ellos, la historia de un maestro, un maestro y soldado. Julio Rubén Cao era un joven maestro de 21 años, que se parecía mucho a cualquiera de sus maestros, y que les daba clases a chicos muy parecidos a cualquiera de ustedes.
Desde que Julio era un niño sentía mucho amor por su Patria. Él quería mucho a su Bandera y su país, y desde muy chiquito ya le hablaba a su madre, Delmira Cao, de lo importante que era contribuir con su nación. El sentía que una forma de servirle era enseñando en las aulas qué es la Patria y sentir pertenecer a ella.
Y así fue que decidió convertirse en maestro. Julio les enseñaba a sus alumnos la importancia de los símbolos patrios, de las fechas patrias, de sentir pertenecer a su país y sobre todo Julio les hablaba de unas islas que están al sur del país; las Islas Malvinas. Julio les enseñaba de lo importante que eran esas islas para nosotros ya que hacía mucho tiempo atrás nos las habían robado injustamente unos hombres que venían en barcos desde muy lejos y que hablaban otra lengua, hombres que no saben muy bien que hacen ahí ni están muy seguros de que lo que hacen es correcto. Pero la envidia los llevó a quitarnos ese pedazo tan hermoso de nuestro país.
Mientras Julio enseñaba en las aulas en su vida también pasaban otras cosas. Así fue que conoció a Clara Barrios, una joven muchacha de quien se enamoró profundamente y con quien planeaban tener muchos hijos.
Otra cosa que sucedió en su vida fue que su Patria, esa a la que Julio tanto quería y de la que tanto enseñaba, lo llamó para hacerse soldado. Un llamado que Julio cumplió con mucho gusto y le juro a su Bandera defenderla de cualquier enemigo, si era necesario, incluso dando su vida.
Un tiempo después Julio volvió a dar clases y se casó con Clara y empezaron ese sueño de hacer una familia numerosa. Pero mientras esperaban su primera hija, pasó algo muy importante en nuestro país. ¡¡¡Decidimos de una vez por todas recuperar las Islas Malvinas y expulsar a los piratas que nos las habían robado!!!
Cuando Julio vio la Bandera Argentina hermosa flameando otra vez en Malvinas, recordó ese juramento que le había hecho cuando era soldado y entendió que tendría que ir a las Islas a defenderlas. A pesar de las insistencias de su madre quien le pedía que no fuera porque era peligroso, Julio insistía en ir y le decía a su madre “Yo no podría sentarme en un escritorio frente a mis alumnos, hablarles de San Martín y Belgrano, si hoy el maestro no va a defender la Patria”.
Y así fue que sin que nadie se lo pidiera, Julio se volvió a poner el uniforme de soldado y se presentó para ir a las islas y enseñarle a sus alumnos con el ejemplo. Y ya estando allá, Julio siguió dedicándose a enseñar; les enseñaba a leer y escribir a sus compañeros soldados que no sabían, también les enseñaba a rezar el rosario y a amar a su Patria.
Julio nunca se olvidó de sus alumnos y así fue que les envió esta carta:
"A mis queridos alumnos de 3ro D: No hemos tenido tiempo para despedirnos y eso me ha tenido preocupado muchas noches aquí en Malvinas, donde me encuentro cumpliendo mi labor de soldado: Defender la Bandera.
Espero que ustedes no se preocupen mucho por mí, porque muy pronto vamos a estar juntos nuevamente, y vamos a cerrar los ojos y nos vamos a subir a nuestro inmenso Cóndor y le vamos a decir que nos lleve a todos al país de los cuentos que como ustedes saben queda muy cerca de las Malvinas. Y ahora como el maestro conoce muy bien las islas no nos vamos a perder.
Chicos, quiero que sepan que a las noches cuando me acuesto cierro los ojos y veo cada una de sus caritas riendo y jugando; cuando me duermo sueño que estoy con ustedes. Quiero que se pongan muy contentos porque su maestro es un soldado que los quiere y los extraña. Ahora sólo le pido a Dios volver pronto con ustedes. Muchos cariños de su maestro que nunca se olvida de ustedes. Afectuosamente Julio."
Pero Julio nunca pudo volver. El cumplió con ese juramento que le había hecho a su Bandera y se quedó para siempre custodiando las Islas Malvinas así como tantos otros soldados.
Y finalmente el 14 de junio de 1982, los ingleses ganaron la guerra. Pero no la ganaron en verdad, no la ganaron porque les demostramos que no les tenemos miedo. Les mostramos que podemos ganarles, incluso con armas mucho más viejas. Y sobre todo les demostramos que no nos hemos olvidado de nuestras islas.
En la vida de Julio podemos ver que a pesar de que en los soldados veamos hombres rudos y con aspecto muy serio, detrás de ese uniforme también hay un hijo, un padre, un amigo, un hermano, incluso un maestro.
Todos los soldados que fueron a Malvinas eran como Julio, hombres corrientes que llevaban vidas normales. Pero que cuando la Patria se los solicito se sacrificaron por ella. Hay una frase de un escritor muy famoso que dice “un soldado no pelea porque odia lo que tiene delante, sino porque ama lo que tiene detrás” Y así como la historia de Julio hay cientos de historias más de héroes que defendieron a nuestro país y que pelearon por amor.
Pero si bien julio no pudo volver hubo muchos otros soldados que sí, y que hoy están entre nosotros. Y cuando ellos volvieron la sociedad fue muy injusta con ellos. Durante mucho tiempo nadie les dio las gracias. Por eso cuando ustedes los vean denles un abrazo muy fuerte y díganles gracias. Gracias por haber defendido nuestra Patria.
Y si nosotros queremos ayudarlos a seguir peleando por Malvinas, podemos hacerlo. No importa nuestra edad, si somos grandes o chicos. Tampoco hace falta ser soldados para hacerlo. Porque la mejor forma de pelear por las Malvinas es no olvidándolas. Recordando a esas dos islas y a todos los soldados que pelearon por ellas hacemos enojar mucho a los ingleses. Porque recordando a nuestros héroes los mantenemos vivos, y los ingleses les tienen mucho miedo."