29/03/2024
Columna 27 de marzo de 2024
HABLANDO DE NO COMER CARNE EL
VIERNES DE SEMANA SANTA
¿Por qué no se come carne en Semana Santa el día viernes? Se estima porque los animales de sangre caliente sufren más que los que no lo son, y por ello se come pescado; porque era un bien suntuoso y había que hacer penitencia, la Iglesia Católica recomienda abstenerse de consumir carne roja durante los viernes de Cuaresma, como parte de la práctica de la penitencia y la preparación para la celebración de la Pascua o imitando a la carne roja de Jesús que sufría en la cruz el viernes hasta su muerte.
Hay muchas interpretaciones al respecto. Lo concreto es que la gente para el viernes Santo, por tradición la mayoría, se vuelca a comer tartas de atún, diversos pescados, tartas de humita, arroz con mariscos, etc. Etc.
Voy a contarles para el planeta los beneficios de no comer carne.
Ejemplo. ¿saben cuánto le cuesta una hamburguesa al medio ambiente? Producir una hamburguesa drena alrededor de 1695 litros de agua. Además de aumentar los gases contaminantes que influyen en el cambio climático, la cría de vacas contribuye a la deforestación y al desplazamiento de comunidades rurales e indígenas.
El consumo de carne es una de las formas más destructivas en las que dejamos una huella en el planeta, asegura un estudio respaldado por ONU Medio Ambiente, ya que la ganadería es una de las principales fuentes de emisión de metano, un gas de efecto invernadero relativamente potente que contribuye al calentamiento global. Para hacerse una idea de su alcance basta imaginar que, si las vacas formaran un país, sería el tercero en emisiones de gases de efecto invernadero, captan la energía del ambiente y calientan la Tierra como ninguna industria.
Una vaca expulsa unos 200 gramos de Metano al día y eso equivale a 5 kilogramos en unidades de CO2. Esto supone que, según datos de la FAO, cada año todas las vacas del planeta liberan a la atmósfera 100 millones de toneladas de Metano que tienen el mismo efecto que 2.500 millones de toneladas de CO2.
Pero su impacto medioambiental no se detiene ahí y llega hasta nuestros bosques y nuestra agua: las selvas de Sudamérica están siendo taladas para plantar soja y crear pastos para el ganado mientras que, de media, una hamburguesa de ternera de un cuarto de libra consume- repito, alrededor de 1695 litros de agua, dependiendo de dónde se fabrica.
El Fondo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura proyecta que crezca la actividad cárnica en un 76% hasta 2050. “Se consumirá más carne que nunca en la historia, y pagaremos un precio ambiental y humano, a menos que se haga un cambio”, asegura ONU Medio Ambiente.
Necesitamos ser realistas. Cortar la carne de la dieta por completo no es una opción para muchas personas.
Quien va a dejar de comer carne, un buen asado, un buen bife, salvo por causas económicas o como es mi caso, por la convicción de que mi organismo no necesita de ningún animal mu**to para sobrevivir, ya que con una pastillita de B 12 y una buena dieta proteica se soluciona el problema.
Por ello sugerimos que intenten consumir alimentos de granjas ecológicas. Que tomen conciencia de que al planeta lo salvamos entre todos nosotros. No lo va a salvar la industria alimenticia, que lo esquilma.
El consumo de carne procesada en exceso también tiene implicaciones negativas para la salud. Los antibióticos que se utilizan para criar el ganado y mantenerlo libre de enfermedades a menudo terminan en los alimentos y contribuye a desarrollar una peligrosa resistencia a estos medicamentos en los seres humanos.
Un estudio apoyado por la Universidad de Michigan encontró que con el agua que se necesita para producir 312 hamburguesas de carne roja, se pueden producir 60.937 hamburguesas vegetarianas (not burguer para mí son las mejores)
La investigación asegura que, por ejemplo, los estadounidenses comen alrededor de tres hamburguesas a la semana, y si se cambiara una de ellas por la versión vegetariana, sería como quitar los gases de efecto invernadero de 12 millones de autos de la carretera durante un año.
Para más datos recomendación de Vínculos. En Neflix hay un documental que se llama Cowspiracy: El secreto de la sostenibilidad
Es uno de los reclamos de la película y es un motor de emisiones de gases de efecto invernadero. Destaca que el metano producido por el ganado, especialmente el ganado vacuno, es un potente gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento significativamente mayor que el dióxido de carbono. “Cowspiracy” sostiene que las emisiones colectivas de la ganadería superan las de todo el sector del transporte combinado.
Ya nadie va a hacer nada. Ni las organizaciones ambientalistas, ni los gobiernos, ni los partidos políticos, si no hay primero una concientización que obligue a los sectores de poder a que obliguen a los empresarios ganaderos y cárnicos que se obliguen a cuidar el planeta.
Algunas organizaciones han comenzado a promover dietas a base de plantas, abogando por un menor consumo de carne o reconociendo la necesidad de prácticas agrícolas más sostenibles. Sin embargo, “Cowspiracy” sirve como una llamada de atención, desafiando a las instituciones a tomar medidas más decisivas para abordar el impacto ambiental de la ganadería.