06/12/2023
CAVILACIONES SOBRE EL BIEN Y EL MAL
Esta historia, bien peca de orgullosa.
Un hecho singular, un episodio,
Donde dos hombres se profesan odio
Por vanidad. Dirás que tales cosas
Son corrientes monedas en la pluma.
Que ejemplos hay de sobra y no lo niego.
El odio está desde que el fuego es fuego,
Y que no hay vanidad que no presuma
De Eternidad. Pero esta historia tiene
Otro rasgo que la hace excepcional.
Los dos protagonistas son el Mal
Y los dos son el Bien. Ya no conviene
Aventurar finales. Me confieso
Ajeno a lo que dictarán mis musas
De ahora en más. No crea que es excusa.
Como usted, yo tampoco saldré ileso.
Otra tierra y no esta, fue escenario
De los hechos que pueblan vuestra hoja.
¿Será Dios y no otro, quien recoja
las palabras de mi vocabulario?
Lo ambiguo es y no lo riguroso,
Es lo impreciso y no lo definido.
¿Si acaso el buen Abel no hubiera sido
De los dos el hermano más hermoso?
¿Si acaso aquel Caín, el envidioso,
Hubiera de su hermano recibido
Ese golpe fatal. Si el elegido
Por Dios no fuese nunca el más virtuoso?
¿O si en verdad no hay leyes ni sanciones
Y si todo es equívoco y confuso?
¿Si ha sido el Hombre mismo el que interpuso
A Dios entre su mente y sus acciones?
¿Y así Caín y Abel son variaciones
Del Bien y el Mal que nunca se detiene.
Y Dios que todo observa, no interviene
En nuestros actos, por sabias razones?
Como a estos dos hermanos, nos gobierna
(conjeturo ) quizás, un viejo rito.
Ya lo dijo aquel verso que hoy repito:
Esta bala es antigua... es eterna.
LUCIANO CAVIDO