15/01/2023
Los que alguna vez mal interpretamos la soledad tuvimos 2 actitudes frente a la vida, sufrir o aceptar y hacer algo diferente.
Quejarnos y preguntarnos ¿por qué yo?
o aceptar que simplemente cada uno es como es y que hay cosas que no se pueden controlar, que solo deben suceder.
Nos hemos negado tanto tiempo a estar con nosotros mismos para darnos cuenta que jamás estuvimos solos...para chequear que nunca nos faltó nada. Que la felicidad siempre estuvo frente a nosotros y no nos animamos a tomarla.
Nos pasamos la vida sin animarnos a decir que no nos animamos, que le tenemos miedo.
Así de pronto si dejamos de luchar inutilmente contra lo inevitable que es la felicidad, la soledad desaparece y el amor se hace presente en nuestras vidas.
Y lo rompe todo, rompe todos los esquemas, rompe todos los moldes, rompe con la idea de la cultura, rompe con lo pre establecido.
Y de sentirnos completamente solos descubrimos que el amor tiene más de una fuente. Nos sentimos que el amor nos inunda y nos desborda por todos lados.
Solo hasta entonces entendemos que nunca habíamos conocido el amor en su plenitud.
Solo tuvimos destellos, pistas, adelantos de felicidad, o fe.
Y cómo no va sonar a cosa de otro mundo?, si el amor en esta dimensión ya no nos pertenece, porque no podemos extinguirlo con nosotros. Viaja más allá de las presencias, viaja más allá de las palabras. Se vuelve un instrumento de comunicación poderoso y universal.
Si todos vinieramos al mundo con tanto amor... que distinta que sería la civilización.