12/02/2019
LA IMPORTANCIA Y VITALIDAD SAGRADA DEL ARCO IRIS
'Mama K'uichi' es el puente femenino energético y sagrado entre las tres 'pachas' para los q'eros del linaje Apaza. Y según María Apaza, la única altomisayoc mujer, tiene un secreto vivo para estos tiempos...
En todas las culturas, el arco iris ha sido vital. Para los griegos era la diosa Iris: la gran mensajera entre el mundo de los dioses y el de los humanos; equivalente en importancia a Hermes y, en algunas versiones, madre de Eros. Para los mayas, como aparece en el Chilam Balam, el K’uichi está asociado a la diosa Ix Chel (Mujer Arco Iris), diosa del amor, la fertilidad, la gestación, el tejido mágico, la luna y la sanación.
Los hopis tienen la profecía de los Guerreros del Arco Iris: personas elegidas de cada color, pueblo y dirección del planeta, que aparecerían precisamente cuando la tierra y los ríos estuvieran feneciendo.
Para los budistas tibetanos, el K’uichi es una manifestación tangible de la presencia total o la muerte en realización de un gran lama. Es más, un iluminado puede consolidar en sí “el cuerpo de arco iris”, en el que no conoce el fallecimiento físico.
Los nórdicos llamaron Bifrost (“Camino Brillante”) al K’uichi y lo concibieron ardiente, como puente entre el Midgard (reino de los hombres) y el Asgard (mundo de los dioses). Y era la senda de las valquirias para llevar a los guerreros hacia el Valhalla (palacio edénico de héroes).
Para los celtas, era la frontera de tesoros, debajo de cuyos extremos los duendes guardaban calderos de oro y piedras preciosas. Solo destinados para héroes de corazón puro. En la mitología china, el dios Nüwa se valió de piedras de siete colores para sellar el desgarro del cielo (la herida de la creación). Ese parche sagrado se convirtió en el Arco Iris.